La plaza.
Todo el mundo pensó que había sido el servicio municipal de limpieza de madrugada pero, en realidad, la plaza se despertó empapada aquella mañana de mayo porque echaba de menos a los jóvenes.
Sueños
Cuando Sancho despertó, el yelmo de Bambrino se había convertido en bacía de barbero, los gigantes en molinos y D. Quijote en un Alonso Quijano cuerdo y aburrido. Así que prefirió seguir soñando.
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