El rapero Nach ha hecho una curiosa canción a raíz de distintos versos de Miguel Hernández, poeta contemporáneo a la Generación del 27 y que aprovechamos para recordar ahora.
Soy profe de Lengua y Literatura y en este blog iré colgando actividades y textos que trabajemos en clase (o no). "Hola, ¿qué tal? Soy el chico de las poesías".
jueves, 18 de diciembre de 2014
miércoles, 17 de diciembre de 2014
martes, 16 de diciembre de 2014
#poema27 Ciudad de los gitanos
Canción de Marea cuya letra es el Romance de la Guardia Civil española de Federico García Lorca:
Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle
con las torres de canela.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
La ciudad, libre de miedo,
multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entran a saco por ellas.
Los relojes se pararon
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.
Por las calles de penumbra,
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás, fugaces,
remolinos de tijeras.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar
sin peines para sus crenchas.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.
¡Oh ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan
#poema27 Vivir en los pronombres
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
(Pedro Salinas)
#poema27 Rafael Alberti cumple 112 años.
Las tierras, las
tierras, las tierras de España,
las grandes, las
solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo
cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en
el mar!
A corazón suenan,
resuenan, resuenan
las tierras de
España, en las herraduras.
Galopa, jinete del
pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en
el mar!
Nadie, nadie, nadie,
que enfrente no hay nadie;
que es nadie la
muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo
cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es
tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en
el mar!
#poema27 La casada infiel
La casada infiel
Y que yo me la llevé
al río
creyendo que era
mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de
Santiago
y casi por
compromiso.
Se apagaron los
faroles
y se encendieron los
grillos.
En las últimas
esquinas
toqué sus pechos
dormidos,
y se me abrieron de
pronto
como ramos de
jacintos.
El almidón de su
enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de
seda
rasgada por diez
cuchillos.
Sin luz de plata en
sus copas
los árboles han
crecido,
y un horizonte de
perros
ladra muy lejos del
río.
*
Pasadas las
zarzamoras,
los juncos y los
espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el
limo.
Yo me quité la
corbata.
Ella se quitó el
vestido.
Yo el cinturón con
revólver.
Ella sus cuatro
corpiños.
Ni nardos ni
caracolas
tienen el cutis tan
fino,
ni los cristales con
luna
relumbran con ese
brillo.
Sus muslos se me
escapaban
como peces
sorprendidos,
la mitad llenos de
lumbre,
la mitad llenos de
frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los
caminos,
montado en potra de
nácar
sin bridas y sin
estribos.
No quiero decir, por
hombre,
las cosas que ella me
dijo.
La luz del
entendimiento
me hace ser muy
comedido.
Sucia de besos y
arena
yo me la llevé del
río.
Con el aire se batían
las espadas de los
lirios.
Me porté como quien
soy.
Como un gitano
legítimo.
Le regalé un
costurero
grande de raso
pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo
marido
me dijo que era
mozuela
cuando la llevaba al
río.
(FEDERICO GARCÍA LORCA)
.... Muchos años más tarde, Jon Juaristi hizo una versión de este poema en su libro Diario de un poeta recién cansado (que, a su vez, es un homenaje al Diario de un poeta reciéncasado de Juan Ramón Jiménez)
La casada infiel
Un día de Aberri
Eguna
me puso en un
compromiso.
Después vivimos una
historia
de amor, maría y luna
llena
frente a la playa de
Zarauz
que habría matado de
envidia
a cualquier
arábigo-andaluz.
Yo me la llevé a la
playa
la noche de Aberri
Eguna,
pero tenía marido
y era de Herri
Batasuna.
Me porté como quien
soy,
como un euscaldún
legítimo,
y para olvidarla
pronto
le regalé un
prendedor
con un verso, una
icurriña, una pluma y una flor,
y un libro de Patri
Urkizu
forrado en raso
pajizo.
"Diario de un
poeta recién cansado" 1985
#poema27 "No es bueno quedarse en la orilla"
Hermoso es,
hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol,
entre los demás, impelido,
llevado, conducido,
mezclado, rumorosamente arrastrado.
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o
como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y
sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el
movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.
Como ese que vive ahí,
ignoro en qué piso,
y le he visto bajar
por unas escaleras
y adentrarse
valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba.
Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo
reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa
humildad, allí él también
transcurría.
Era una gran plaza
abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol
descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que
sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que
rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
Y era el serpear que
se movía
como un único ser, no
sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y
perceptible, pero cubridor de la tierra.
Allí cada uno puede
mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde
caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños
y la interrogación en la boca,
quisieras algo
preguntar a tu imagen,
no te busques en el
espejo,
en un extinto diálogo
en que no te oyes.
Baja, baja despacio y
búscate entre los otros.
Allí están todos, y
tú entre ellos.
Oh, desnúdate y
fúndete, y reconócete.
Entra despacio, como
el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus
pies en la espuma,
y siente el agua
subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua
en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus
brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se
reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta
espumas, y salta y confía,
y hiende y late en
las aguas vivas, y canta, y es joven.
Así, entra con pies
desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente
que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón
diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también
el unánime corazón que le alcanza!
(Vicente Aleixandre)
#poema27 Juan Larrea
En el país de la risa
la ceniza precede al fuego
La nieve precede al
pájaro
Las lágrimas a sus
tronos
Lo que es esperanza
en un comienzo se hace huella en el camino
Lo que ocurre deja
los colores desunidos
Pero sujetos a una
especie de impostura oscura
Para perder la vida
no hay más que un motivo en el cielo
Las bocas huelen al
deseo de descubrir un hermoso crimen
Un café nunca está
lejos
Unidos por una misma
tendencia
Cuando el alba paga
las nubes con su vida
Unidos por el bajo
relieve de una voz venida a menos
Unidos como monedas
en el precio de una mujer desnuda
Los miembros de un
hombre no dejan allí nada que desear
Como eclipses
parciales
Como solos de arpa
Como tiros al aire
Como cerillas
#poema27 Dámaso Alonso
INSOMNIO
Madrid es una ciudad
de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche
yo me revuelvo y me incorporo
en
este nicho en el que hace 45 años que me
pudro,
y paso largas horas
oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros,
o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas
gimiendo como el huracán,
ladrando
como un perro enfurecido,
fluyendo
como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas
preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre
lentamente mi alma,
por qué se pudren más
de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones
de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto
quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te
sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas
letales de tus noches?
Dámaso Alonso,
Hijos de la ira, 1946
#POEMA27
Un año más vamos a conmemorar que nuestra ciudad recogió el
momento fundacional de la Generación del 27, el homenaje a Góngora en el Ateneo
de Sevilla, que se celebró entre los días 16 y 17 de diciembre de 1927
(declarado también Día de la Lectura por la Junta de Andalucía),
Para ello, nos sumaremos a la propuesta de Toni Solano (ya
lleva siete años desarrollando esta actividad en la red) de inundar Internet de
poesía de los autores y autoras de la Generación del 27. La tarea constará de
dos fases:
-En un primer momento, vamos a investigar qué autores y
autoras se adscriben a esta generación literaria. Después, deberemos leer
varios poemas y seleccionar uno que nos guste. Para esta tarea podemos acudiar
a las páginas A media voz, Poesí.as o en este enlace.
El poema escogido lo
publicaremos en nuestro blog junto con una fotografía de su autor o autora,
etiquetándo la entrada como #poema27.
-Después tuitearemos nuestra entrada añadiendo el hashtag
#poema27, y seguidamente seguiremos tuiteando fragmentos de poemas, versos que
nos lleguen o retuiteando a l@s compañer@s.
Podemos seguir en clase el recorrido del hashtag con Twitter
Wall Pro.
lunes, 15 de diciembre de 2014
Fábula del colibrí y el incendio.
Aquel
día hubo un gran incendio en la selva. Todos los animales huían
despavoridos. En mitad de la confusión, un pequeño colibrí empezó a
volar en dirección contraria a todos los demás. Los leones, las jirafas,
los elefantes… todos miraban al colibrí asombrados, pensando qué
demonios hacía yendo hacia el fuego. Hasta que uno de los animales, por
fín, le preguntó: “¿Dónde vas? ¿Estás loco? Tenemos que huir del fuego”.
El colibrí le contestó: “En medio de la selva hay un lago, recojo un
poco de agua con mi pico y ayudo a apagar el incendio”. Asombrado, el
otro animal sólo pudo decirle “Estás loco, no va a servir para nada. Tú
solo no podrás apagarlo”.
Y el colibrí respondió:
“Es posible, pero yo cumplo con mi parte.”
Y el colibrí respondió:
“Es posible, pero yo cumplo con mi parte.”
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