jueves, 17 de junio de 2021

ANTONIO MACHADO VS LOS PLANETAS: LA ESTILÍSTICA DEL SILENCIO

 

Cuando Los Planetas hablan de dinero se ponen elusivos, indirectos, alegóricos; otro tanto sucede con las drogas. Nadie ignora a qué aluden expresiones como "Nuevas sensaciones" o "Toxicosmos" o los dibujos de astronautas y pastillas realizadas por Javier Aramburu para ilustrar sus discos, pero el tema solo se aborda a las claras en el celebérrimo "nos hemos metido cuatro millones de rayas -una hipérbole que quizá cuenta por todas las veces en que ese tema se mencionó por circunloquio-. (...)

En la descripción del buen día se habla de muchos detalles irrelevantes, como si no pasara nada, pero en dos momentos se hace patente que todo ello tiene que ver con la dinámica de la memoria sentimental: el "exclusus amator" intenta olvidar la relación perdida en la vida cotidiana -y en las drogas- pero los recuerdos de la mujer siguen aflorando en los momentos más impensados. Claudio Guillén llamó a este modo expresivo ESTILÍSTICA DEL SILENCIO, y lo definió como una técnica literaria en que un relato que parece puramente descriptivo cambia de signo al aparecer algunas suitles, solapadas menciones a la amada ausente, cuya imagen, apenas nominada, y por ello tanto más poderosa, embarga el poema entero. En la poesía española el ejemplo más señero de este recurso, señalado por Guillén, es el poema de Antonio Machado "A José María Palacio", dedicado a la mujer fallecida del poeta. "Un buen día es una variación abreviada y actual de esa estrategia; puede que esa canción represente para la generación crecida en los noventa l oque "A José María Palacio" fue para su generación. En el caso de Los Planetas, la estructura es la siguiente: "suelo hablar de drogas de manera alegórica, pero cuando faltas tú, lo hago de manera literal". La idea tiene que ver, desde luego, con el "topos" del amor como adicción, pero también con la idea de circunversión, en que la referencia a las drogas alegoriza esos modos de circular.

EROS: La superproducción de los afectos. (Eloy Fernández Porta)


A JOSÉ MARÍA PALACIO
 Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...

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