lunes, 25 de octubre de 2021

CARMEN DE BURGOS: la almeriense prohibida

 

Periodista, escritora (representante de la Generación del 98), traductora y activista por los derechos de la mujer. Tuvo que usar pseudónimos para poder publicar sus escritos: por ejemplo, se hizo llamar "Colombine", "Gabriel Luna", "Perico el de los Palotes" o "Marianela".

Es considerada la primera periodista profesional de España y fue corresponsal de guerra:


Sufrió persecución por parte de la Iglesia por sus artículos a favor del divorcio o del sufragio femenino. 

Escribió casi doscientas obras: un centenar de novelas cortas, cuentos, ensayos, biografías, libros de viajes, crónicas periodísticas y traducciones. Toda esta literatura fue prohibida tras la guerra civil porque su mensaje atentaba contra el nacionalcatolicismo imperante. Pero su importancia fue enorme. Vivió a caballo entre la generación del 98 y los movimientos de vanguardia. Alcanzó gran fama en España pero también en América y Europa, hasta llegar a convertirse en la voz más autorizada del feminismo y la lucha por las libertades civiles en nuestro país. 

Aquí tienes su biografía en la web del Instituto Cervantes.

Aquí tienes más información extraída de su entrada en Wikipedia:

A finales de 1906 retomó su labor docente y periodística y lanzó una campaña en el Heraldo de Madrid a favor del sufragio femenino con una columna titulada «El voto de la mujer». A su regreso de Francia creó una reunión semanal denominada ‘La tertulia modernista’, a la que acudían escritores, periodistas, músicos, artistas plásticos, poetas y artistas extranjeros de paso por Madrid. Allí conoció a Ramón Gómez de la Serna, entonces un desconocido estudiante de diecinueve años, veinte años menor que ella, que se convierte en su admirador y amante.

En el año 1908, Carmen funda la Alianza Hispano-Israelí en defensa de la comunidad sefardita internacional. La difusión de la misma se realiza a través de la Revista Crítica. Tras el desastre del barranco del Lobo en el Rif en 1909, Carmen de Burgos decidió acercarse a las tropas españolas que luchaban alrededor de Melilla. Allí ejerció de corresponsal de guerra del diario El Heraldo de Málaga. Una vez de vuelta a Madrid publicó el artículo ¡Guerra a la guerra! en el que defendía a los pioneros de la objeción de conciencia (algo que no se generalizaría hasta 80 años más tarde). (...)

 Además de su intensa obra periodística son destacables sus conferencias en el ámbito del movimiento feminista; como por ejemplo: La misión social de la mujer (1911) y La mujer en España. Entre sus novelas más populares puede citarse Puñal de claveles, escrita al final de su vida y basada en el suceso conocido como el «crimen de Níjar», que tuvo lugar el 22 de julio de 1928 en el Cortijo del Fraile, en los Campos de Níjar, y que fue una de las inspiraciones con que contó Federico García Lorca para sus Bodas de sangre.

Se le considera una de las primeras defensoras del papel social y cultural de la mujer. Defendió asimismo la libertad y el goce de existir. Decididamente independiente, creyó en un mundo mejor y fue una temprana "feminista", aunque ella odiaba ese término.5​ En su obra La mujer moderna y sus derechos (1927) definía su postura como un feminismo conciliador al explicar: «No es la lucha de sexos, ni la enemistad con el hombre, sino que la mujer desea colaborar con él y trabajar a su lado».5​ No fue muy bien considerada por un importante sector de los críticos y escritores contemporáneos, que en muchas ocasiones colocaron su labor y su obra relegada y reducida a la condición de «amante» de Ramón Gómez de la Serna.

En su memoria se celebra el Premio Internacional de Periodismo COLOMBINE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario