domingo, 29 de diciembre de 2019

EL AZAR Y VICEVERSA (un ejemplo de novela picaresca contemporánea).

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En esta entrada de mi blog tienes resumida la información fundamental de LA NOVELA PICARESCA: TEORÍA Y PRÁCTICA.


Como explicamos entonces y recordamos ahora, VIDA DE LÁZARO DE TORMES es una obra fundamental porque se trata de la primera novela picaresca, un género típicamente español que, con matices, se ha exportado con gran éxito a diferentes lugares y épocas.

En la opinión de varios críticos o lectores (entre los que me incluyo) uno de los mejores ejemplos entre la literatura contemporánea es EL AZAR Y VICEVERSA, una novela de Felipe Benítez Reyes que puedes elegir como lectura voluntaria.



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A continuación te dejo unos fragmentos del comienzo del libro, para que los leas, disfrutes y comentes. Y, ojalá, para que te llamen la atención hasta el punto de decidir seguir con el resto de la obra:
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No sé si estará usted de acuerdo conmigo, pero creo que todos llevamos una triple vida, sustentada en tres pilares: lo que creemos ser, lo que quisiéramos ser y lo que en verdad somos. La mezcla de los tres elementos suele resultar bastante mala, aunque conviene mostrarse optimista y hacerse cuanto antes a la idea de equilibrar de la mejor manera posible esa conjugación desconcertante.
Al fin y al cabo, no hay cosa que conozca uno mejor que su vida aparente y que su vida imposible, de igual modo que no hay cosa que cualquiera de nosotros conozca menos que su identidad más recóndita, ya que podemos interpretar nuestras acciones, dilucidar sus razones superficiales, incluso las intermedias, pero no su razón última, que no pasa de ser algo así como el brinco irreflexivo del arlequín: lo que hacemos y pensamos sin tener ni idea de por qué lo pensamos ni de por qué lo hacemos. Y es posible que ahí esté la clave de todo, o de casi todo: la existencia como una sucesión de piruetas aleatorias en el vacío.
Disfrutamos de la facultad de narrarnos, aunque a través de meras anécdotas, y de sobra sabe usted que una anécdota no es más que un entresueño disfrazado dereali dad, un jalón pintoresco y más o menos coherente en la gran secuencia del sinsentido. Pero lo radicalmente abstracto, ¿cómo se cuenta? Ni los mejores filósofos sirven del todo para eso.
Bien… Por suerte, no puedo creer en la predestinación: desde la cuna, yo iba para víctima colateral de la mecánica insensata del mundo, como la mayoría de la gente, pero el caso es que he sido una persona venturosa y hasta diría que tirando a feliz.
Con el paso inerte de los años, he aprendido algunas cosas, como es natural, y he vivido otras muchas, aunque, según ha demostrado esa ciencia exacta que es la desilusión, el mucho aprender no siempre sirva para la vida ni el mucho vivir enseñe en el fondo nada, ya que todo es un comienzo: cada día nos inauguramos. Los indefinidos. Los reescritos. Un documento con tachaduras y con una escritura urgente, pues la historia de cualquier existencia tiene menos que ver con la caligrafía que con la taquigrafía, y no sé si me explico: esto es el vértigo. Una carrera a ciegas en una casa de cristal, rompiendo cosas. Esto va tan rápido, en fin, que a veces tienes la impresión de que no va a acabarse nunca.
Para empezar, ¿qué sabe un adulto de su niñez? Pues me temo que poco más que un niño de su futuro. Con respecto al tiempo, estamos siempre entre dos fantasmagorías, y lo que nos sucedió ayer por la tarde no es menos neblinoso que lo que habrá de pasarnos mañana por la mañana. De todas formas, si no tiene usted inconveniente, le hablaré durante un rato, así por encima, de esa masa de niebla que he ido dejando atrás, a pesar de que comprendo que la niebla es un mal asunto deconver sación.
Mi infancia (la verdadera, esa que dura hasta los ocho o nueve años, justo en elmomento en que nos damos cuenta de que llorar no sirve para nada) fue como casi todas: la miniatura de un mundo en el que los muñecos hablan con nuestra voz y los jinetes de plástico recorren un desierto infinito en el espacio de una baldosa. (...)
«Un día muy lejano, la mar se nos morirá», me decía mi padre, entre la pesadumbre y la videncia catastrofista, y yo imaginaba que el cadáver de la mar sería una superficie mansa y estática, sin oleaje y silente, hasta que fuera consumiéndose, evaporándose hasta la última gota, y dejara al descubierto una planicie sin fin atestada de esqueletos de ballenas y de cascos de embarcaciones náufragas, de calaveras y tesoros, como una tierra novedosa y espectral de promisión. Pero el caso es que la mar sigue ahí, envenenada pero viva, y que mi padre se me murió muy pronto. Lo tengo en la memoria como una especie de presencia volatizada, con esa indefinición de todo lo que se mueve en la línea medianera entre lo fingido y lo verdadero, aunque le dio tiempo a revelarme algunos de los secretos de la mar, que pueden ser insondables si uno no consigue establecer un patrón para ese misterio en movimiento perenne, y en eso la mar se parece mucho a la vida, por lo que ambas tienen de prodigios inestables. (...)
Miguel Escribano Beltrami, que así se llamaba mi padre, trabajó de muchacho en la tienda de tejidos de mi abuelo y luego apenas un par de años en una caja de ahorros, tarea que complementaba con la de llevar la contabilidad pequeña de algunos comercios. Murió a los treinta y cuatro años, cuando yo tenía doce, y nunca he sabido resignarme a esa esfumación suya tan temprana. Es una figura borrosa de la que me acuerdo casi a diario: una especie de pincelada de humo en el aire, con su traje de alpaca gris —que es con el que casi siempre me lo represento, no sé por qué, ya que tenía otros, claro está— o a veces, más raramente, con la guayabera blanca de los veranos, que venía a ser el disfraz de indiano próspero de casi todos los padres, que con aquella prenda introducían una reminiscencia de ultramar en nuestros meses de calor. El tiempo traza, eso sí, perspectivas deformantes: cuando llega el momento en que recuerdas a tu padre difunto como alguien más joven que tú, la secuencia lógica del tiempo se desarticula y tienes la impresión desatinada de que el huérfano es él.
Afortunados, en fin, quienes puedan recordar a sus progenitores como unos viejecillos que se despidieron poco a poco de la vida, porque en esa nostalgia habrá al menos un método, aunque es posible que no menos dolor. Tampoco menos extrañeza: la muerte es siempre rara.
Mi padre nunca se sacó el carnet de conducir, pero fantaseaba con comprarse algún día un Dodge Dart de color rojo y tenía recortada la página de una revista en la que se anunciaba un Dodge Dart de color azul. El día en que se lo llevó por delante la leucemia, la casa se nos llenó de allegados y de susurros reverenciales, como si hablasen delante de un dormido. Por falta de experiencia fúnebre, yo no sabía qué hacer, y conservo en la memoria un detalle chocante: el ataúd tenía la misma tonalidad y el mismo brillo que nuestro mueble bar.
Mi madre, Herminia Rangel Riquelme, montó al poco de casarse una mercería a la que bautizó El Dedal de Oro, imagino que para sugerir el prestigio de las cosas que fulguran, pero no pudo resistir la competencia de El Hilo de Holanda y acabó echando el cierre cuando las cuentas sólo podían escribirse en rojo de sangre, igual que los créditos de las películas de vampiros, lo que tuvo como consecuencia el que durante años nuestra casa fuese un almacén de mercadurías inertes, pues abrías cualquier cajón y te lo encontrabas repleto de carretes de hilo, de muestrarios de botonaduras y de alfileres de novia. Poco a poco, aquellos enseres fueron desapareciendo, en parte porque mi madre cosió durante un tiempo para la calle y en parte porque los regalaba a quien se los pidiese, ya que ella fue muy de dar lo que pudiera, incluida ella misma.
A los pocos meses del cierre de El Dedal de Oro, el 25 de enero de 1958, en el 3.º izquierda del número 14 de la calle Progreso, en Rota, provincia de Cádiz, a las cinco y diez de la madrugada, nací yo, Antonio Jesús Escribano Rangel. En mayo de 1962, mi madre tuvo una niña medio muerta que murió a la edad de cuatro días. (...)
Cuando murió mi padre, en nuestra casa entró por la puerta grande la melancolía y por la puerta falsa la necesidad, ya que el puesto del mercado, al estar gestionado con poca diligencia, daba para lo justo, mientras que la pensión de viudedad era poco más que calderilla. Mi abuelo paterno nos pasaba algún dinero, aunque se tardaba más en contarlo, siendo poco, que en gastarlo. Los sábados por la mañana, mi madre me ponía un guardapolvo blanco que me quedaba un poco grande, con mi nombre bordado por ella en el bolsillo del pecho, y me llevaba al mercado para que le hiciera los repartos a domicilio. Casi todos los días comíamos el sobrante de venta, y, por mucho que se cocinara, yo siempre veía en el plato un pescado muerto, con sus vísceras malolientes y sus ojos de pánico, que en eso a los peces no les gana casi nadie. Por aquel entonces hice el propósito de no llevarme a la boca ningún animal marino cuando me hiciera mayor y pudiera gobernar en mis antojos, y curiosamente es algo que he cumplido con apenas excepciones.
Uno de aquellos sábados vi una moneda en el suelo, una moneda que había rodado hasta extraviarse debajo del mostrador, ahogada en el agua turbia que se encharcaba allí. Mi madre me había reñido unos minutos antes por una tontería. No sólo compré con aquella moneda un refresco y una chocolatina blanca, sino que también me hizo sentirme poderoso: los deseos podían cumplirse, y su cumplimiento estaba relacionado con el dinero. El sábado siguiente no esperé a que mi madre me riñera ni a que una moneda se extraviase: la cogí directamente del cajón. Y en ese momento empezaron para mí —sin yo sospecharlo— muchas cosas, tal vez demasiadas. Entre ellas, no la maldad, pero sí la inocencia del mal, por ejemplo. El mal que aún no se conoce a sí mismo. La malicia —digamos— de los ángeles. La codicia —digamos— de los ángeles.
A mis trece años, mi madre me dijo que tendría que ponerme a trabajar. Me lo dijo con la voz llorosa, aunque los ojos no le lloraban. Yo fomentaba ideales de futuro, como es lógico suponer: un día me levantaba con el afán de convertirme en contramaestre, por aquella querencia marítima que mi padre me inculcó; otro día, con la intención inamovible de ser un cirujano experimentalista, por el prestigio que infundían a la perversidad las películas protagonizadas por el doctor Frankenstein y por otros caballeros de ciencia escorados a la locura, y al día siguiente barajaba la utopía de montar algún negocio inaudito en quién sabe qué selva inexplorada para hacerme rico y vivir a mi aire. (...)
La ley prohibía que un niño de trece años entrase a trabajar, pero ¿quién mejor que un niño para saltarse las leyes a piola?
La primera mañana que salí para el Bazar Grumete, con un guardapolvo azul que me dio el dueño cuando se cerró el trato, mi madre salió llorando —esa vez sí— para la pescadería. (...)
Tras mi salida del Bazar Grumete, estuve varias semanas ayudando a mi madre en la pescadería, no porque me lo pidiera, sino porque me ofrecí, a pesar de lo penitencial del ofrecimiento: vuelta a aquellos olores, vuelta a la conglomeración de ojos aterrados, pues la verdad es que el mostrador parecía el cesto de los artículos defectuosos de una fábrica de ojos de cristal.
Daba una vuelta por las tardes solo o con quien me encontrara, y los chavales ociosos acabábamos reunidos casi siempre en la estación de ferrocarril, donde había poco que hacer, de modo que no hacíamos nada, aparte de fumar, como si esperásemos la llegada no de un tren, sino del Tiempo. (...)

Para que nadie viviera en el paraíso, apedreábamos a las ratas. A veces me metía en el cine, a ver lo que pusieran, aunque mi predilección iba entonces por las películas de vampiros y de anomalías en general que echaban, desde principio de junio hasta mediados de octubre, en el Playa Cinema, que era algo así como el consulado del país de los espantos y los yuyus surtidos en nuestra localidad. Su kiosco de golosinas lo atendía, por cierto, Esperancita Gil, la hija del portero, ojerosa y muy pálida, con mirada de ángel muerto y vestida de luto por su madre. Yo era un chaval de fondo romántico, aliado de la noche y la ultratumba, y me enamoré de ella, aunque jamás me atreví a sugerirle sentimientos cuando iba a comprarle algo y ella me servía con una resignación de doncella transilvana encerrada en la torre maldita de los altramuces y de las piruletas. Cuando digo que me enamoré de Esperancita Gil no estoy sugiriendo que quisiera nada con ella, sino exactamente eso: que me enamoré de Esperancita Gil, de su aura fúnebre. A esas edades, las cosas suelen ser muy sencillas y a la vez muy complicadas, ya que te enamoras de alguien sin saber con qué intenciones ni con qué ilusiones te enamoras. (El paso del tiempo corrige, por supuesto, ese trastorno de pureza: te enamoras de una persona con la idea predominante de follártela lo antes posible, y que luego venga lo que tenga que venir, si es que algo viene, y si no viene nada pues casi mejor). Para dármelas de macabro, le solía comprar a Esperancita un chicle Cosmos de los negros, igual que sus ojos, igual —imaginaba yo— que su alma. (...)
En eso, en definitiva, andaba yo: en los pasatiempos sin aliciente, en los estudios oportunistas y en la pescadería de mi madre, birlándole monedas y dejándome llevar por el ritmo adormecido de los acontecimientos, en el caso de que el hecho de que no te pase nada, ni bueno ni malo, merezca la denominación de acontecimiento, que creo que no.
Por suerte, al poco me salió una colocación en el taller de Mario Vidal, cuya vida me permito recrear con pincel muy grueso, a partir de lo que él me contó, pues era de hablar mucho de sí, quizá por no entenderse del todo consigo, o no sé.
Mario Vidal heredó de su padre una empresa que era mucho menos imponente que su nombre comercial: Yesos y Escayolas Heracles de Gades. (...)
Me contó Mario Vidal que, cuando él era niño, su padre solía anunciarle: «Algún día todo esto será tuyo», abarcando con un gesto circular de su mano orgullosa aquel batiburrillo de figuras sacadas de la mitología o de la historia verdadera, pero me confesó que se veía demasiado pequeño por entonces para ser dueño de nada que no fuesen sus juguetes y sus liviandades de bolsillo y que sentía en el ánimo el peso monumental y angustioso, gramo por gramo, de toda aquella industria de figuras inmóviles. «Es como si te dicen que de mayor vas a ser el dueño de una isla llena de titanes». Pero los años pasaron, y en su paso trajeron a Mario Vidal la responsabilidad taciturna de tomar el relevo de aquel negocio que su antecesor logró levantar con desvelo y fatiga al poco de terminar la guerra. Así que un día se vio como propietario y gerente de la empresa familiar, desechada la pretensión de convertirse en capitán de un gran pesquero y medirse con las tempestades, pues siempre fue sensible a los cantos de sirena de la mar, que desde niño le resonaban en el centro de sus imaginaciones con la fuerza seductora de un conjuro y con la hipnosis que propicia todo enigma, como les ocurría a mi padre y a muchos otros: de tanto vivir junto a la mar, la imaginación se les volvía acuática. No obstante aquella renuncia, y como la mar llama mucho, coleccionaba maquetas de embarcaciones.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

No solo de muerte, de amor también se vive (poesía amorosa de Jorge Manrique)

 


Castillo de amor

de Jorge Manrique



I

Hame tan bien defendido,
señora, vuestra memoria
de mudanza,
que jamás, nunca, ha podido
alcanzar de mi victoria
olvidanza:
porque estáis apoderada
vos de toda mi firmeza
en tal son,
que no puede ser tomada
a fuerza mi fortaleza
ni a traición.

II

La fortaleza nombrada
está en los altos alcores
de una cuesta,
sobre una peña tajada,
maciza toda de amores,
muy bien puesta:
y tiene dos baluartes
hacia el cabo que ha sentido
el olvidar,

y cerca a las otras partes,
un río mucho crecido,
que es membrar.

III

El muro tiene de amor,
las almenas de lealtad,
la barrera
cual nunca tuvo amador,
ni menos la voluntad
de tal manera;
la puerta de un tal deseo,
que aunque esté del todo entrada
y encendida,
si presupongo que os veo,
luego la tengo cobrada
y socorrida.

IV

Las cavas están cavadas
en medio de un corazón
muy leal,
y después todas chapadas
de servicios y afición
muy desigual;
de una fe firme la puente
levadiza, con cadena
de razón,
razón que nunca consiente
pasar hermosura ajena
ni afición.

V

Las ventanas son muy bellas,
y son de la condición
que dirá aquí:
que no pueda mirar de ellas
sin ver a vos en visión
delante mí;
mas no visión que me espante,
pero póneme tal miedo,
que no oso
deciros nada delante,
pensando ser tal denuedo
peligroso.

VI

Mi pensamiento -que está
en una torre muy alta,
que es verdad-
sed cierta que no hará,
señora, ninguna falta
ni fealdad;
que ninguna hermosura
ni buen gesto,
no puede tener en nada
pensando en vuestra figura
que siempre tiene pensada
para esto.

VII

Otra torre, que es ventura,
está del todo caída
a todas partes,
porque vuestra hermosura
la ha muy recio combatida
con mil artes,
con jamás no querer bien,
antes matar y herir
y desamar
un tal servidor, a quien
siempre debiera guarir
y defensar.

VIII

Tiene muchas provisiones
que son cuidados y males
y dolores,
angustias, fuertes pasiones,
y penas muy desiguales
y temores,
que no pueden fallecer
aunque estuviese cercado
dos mil años,
ni menos entrar placer
a do hay tanto cuidado
y tantos daños.

IX

En la torre de homenaje
está puesto toda hora
un estandarte,
que muestra por vasallaje
el nombre de su señora
a cada parte;
que comienza como más
el nombre y como valer
el apellido,
a la cual nunca jamás
yo podré desconocer
aunque perdido.

X

FIN

A tal postura os salgo
con muy firme juramento
y fuerte jura,
como vasallo hidalgo
que por pesar ni tormento
ni tristura,
a otro no lo entregar
aunque la muerte esperase
por vivir,
ni aunque lo venga a cercar
el Dios de amor, y llegase
a lo pedir.

domingo, 17 de noviembre de 2019

"Pueblo blanco" (Joan Manuel Serrat)


Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco,
bajo un cielo que, a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.

Por sus callejas de polvo y piedra
por no pasar, ni pasó la guerra...
sólo el olvido
camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.

El sacristán ha visto
hacerse viejo al cura.
El cura ha visto al cabo
y el cabo al sacristán...
Y mi pueblo después
vio morir a los tres.

Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.

De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbral
de sus casas de cal.

Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.
Fuerte pa' ser su señor.
Tierno para el amor...

Ellas sueñan con él,
y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.

La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.

Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.

Toma tu mula, tu hembra y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo
y busca otra luna.
Tal vez mañana sonría la fortuna.
Y si te toca llorar
es mejor frente al mar.

Si yo pudiera unirme
a un vuelo de palomas,
y atravesando lomas
dejar mi pueblo atrás,
juro por lo que fui
que me iría de aquí...

Pero los muertos están en cautiverio
y no nos dejan salir del cementerio.


1-¿Cuál es el tema de esta canción? ¿Se corresponde con algún tópico literario estudiado?

2-¿Crees que se trata de un pueblo muy concreto o de alguno que puede representar el inmovilismo de un país?

3-¿Quién describe el pueblo? ¿Desde qué punto de vista?

4-¿Supone una idealización del pueblo, es decir, se trata de un locus amoenus, como en otra famosa canción de Serrat, Mediterráneo?

5-Señala los recursos literarios que veas (personificaciones, antítesis, comparaciones, metáforas, paralelismos...).

*Redacta el comentario completo recopilando la información anterior.

miércoles, 9 de octubre de 2019

"Curriculum vitae" (Antonio Orejudo)

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He dado la vuelta al mundo, he recorrido veinte mil leguas de viaje submarino, he montado en globo, he sido secuestrado por contrabandistas, he conocido a un hombre que estaba loco y a una mujer que detestaba a su marido, he visto sirenas, me han seducido hombres maduros, he sido un traidor, he sido un héroe, he sido un gusano.
He vivido con una prostituta que no tenía nariz, he visto cómo ejecutaban a un inocente, y yo mismo he cometido atrocidades de las que prefiero no hablar. He capturado malhechores y he chupado sangre. He residido temporalmente en Alemania y conozco Francia como la palma de mi mano. He recorrido China, he viajado en el tiempo. Me he batido con caballeros que unas veces me han vencido y otras no. He ido a la guerra, he sido recluido en campos de exterminio, sé qué es la tortura y la
desesperación, también conozco la felicidad y el amor; me han atormentado los celos.
He muerto. He resucitado. He sentido miedo y me he sumergido en el viscoso mundo de los ciegos. He sido rico, he pasado hambre y frío, he vivido con animales.
También he sido normal y corriente. En cierta ocasión estuve ingresado en un sanatorio de tuberculosos y luego pisé la Luna. He tenido superpoderes. He descubierto delitos. He engañado, he sido herido, he probado la carne humana, he sobrevivido en islas desiertas, he tenido amigos íntimos, he tenido hijos, he tenido nietos. Sé qué es vivir con culpa y vivir sin esperanza; he sido rey, he visitado el cielo, he sido alcohólico, he escrito versos, he visto nacer a un hombre y lo he visto
morir ya muy anciano, he cazado ballenas y he hablado con los muertos. He leído, en definitiva, algunos libros, lo he pasado bien; pero tengo la sensación de no saber mucho sobre la vida y de haber visto poco mundo.
1-¿Cuál es el tema o idea principal? 

2-¿Qué tipo de texto es?
¿Dirías que es un texto expositivo, ya que casi en su totalidad está formado por enunciados afirmativos?
¿Consideras que es un texto narrativo, ya que cuenta las diversas acciones que ha realizado?
¿O es un texto argumentativo, cuyos recursos son utilizados para convencer de un punto de vista o una opinión determinada?

lunes, 16 de septiembre de 2019

¿Lectura VS Netflix? NO. NETFLIX GRACIAS A LA LECTURA.

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¿Lees? ¿Te gusta leer? ¿Por qué? Muy a menudo la excusa habitual a estas preguntas es que hoy hay mejores cosas que hacer... 

Aparte de las variadas chorradas propias del ocio habitual de un adolescente, el fenómeno de las series tiene cada vez más importancia social. A menudo, periodistas o escritores repiten el ya manido tópico de "hoy Shakespeare escribiría una serie para una gran plataforma". Puede ser, no lo sabemos. Lo que sí sabemos, a poco que conozcamos la literatura, es que los guionistas han leído a Shakespeare, Lope, Cervantes, Homero o Pardo Bazán y eso se refleja en lo que veis (y vemos) en nuestro televisor.

Yo, como profesor, llevo varios cursos aceptando reseñas sobre series en lugar de basadas en libros. 
Es verdad que leer os traerá muchos beneficios, como entender mejor todo (incluido, por supuesto, lo que tenéis que estudiar o lo que necisitéis en vuestra vida)... Pero, a fin de cuentas, si alguien ha entendido cómo se hace una reseña y la entrega bien, ¿qué más da cómo haya asimilado esa obra? 


Ahora vamos a dar un paso más en esta evolución y, en lugar, de aceptar que Netflix y el resto de plataformas no son enemigos naturales de la literatura sino vecinos con los que se puede y hay que convivir... vamos a tomarlos como aliado.


En este caso, vamos a adaptar su actividad "QUIERO SER NETFLIX" (que puedes ver en este hilo).

...pero que, por si acaso no va bien internet (yatúsabe...) resumiremos a continuación...




Eso sí, para aligerar el presupuesto, facilitar la producción y para asegurarnos de que ningún grupo ampara o esconde a alumnos que no se han leído o entendido el libro... 
vamos a sustituir el tráiler inicial de todas las series por una VIDEORESEÑA, que deberán realizar todos los miembros del grupo o, en caso de que el profesor se lo pida, de una RESEÑA ORAL por parte de cualquier alumno señalado.

domingo, 8 de septiembre de 2019

"Vivir así es morir de amor..."


1-¿Conocías esta canción?
2-¿Te suena el autor? ¿Por qué? ¿Ha sucedido algo últimamente que le haya puesto de actulidad en los medios de comunicación?
3-¿Sabes cómo se llama la noticia del fallecimiento de alguien famoso? ¿Crees que se han escrito artículos de opinión en homenaje al artista? ¿Sabes cómo se llaman este tipo de poemas o escritos que expresan dolor por la muerte de alguien?

4-¿Te gusta la poesía? ¿La entiendes? ¿Has estudiado los recursos literarios? ¿Los entiendes? ¿Eres capaz de marcarlos en los poemas de tus exámenes de Lengua y Literatura?

¿Te sucede lo mismo con las canciones que escuchas normalmente? 

¿A qué crees que se debe? Vamos a practicar.

5-¿Cuál dirías que es el tema o idea principal de esta canción? ¿Por qué? Busca versos que demuestren que tienes razón.

6-Antes hemos visto algunos ejemplos de noticias. ¿Qué tipo de lenguaje utilizan o deben utilizar? 
7-¿La canción que hemos escuchado es objetiva o subjetiva? ¿Por qué? ¿Qué tipo de lenguaje utiliza?
8-¿Consideras que es una letra complicada de descifrar o emplea una lírica sencilla basada en el lenguaje cotidiano? Pon algún ejemplo.
9-¿Eso significa que no aparecen recursos literarios? 
Vamos a hacer un repaso de los recursos literarios más habituales y, después, vamos a buscarlos en la le letra de la canción. Verás que no solo eres capaz de encontrarlos sino también de entender lo que quieren expresar.


Siempre me traiciona la razón
y me domina el corazón,
no sé luchar contra el amor.

Siempre me voy a enamorar
de quien de mí no se enamora,
y es por eso que mi alma llora.

Y ya no puedo más, ya no puedo más,
siempre se repite esta misma historia.
Ya no puedo más, ya no puedo más,
estoy harto de rodar como una noria.

Vivir así es morir de amor,
por amor tengo el alma herida,
por amor, no quiero más vida que su vida,
melancolía.

Vivir así es morir de amor,
soy mendigo de sus besos,
soy su amigo y quiero ser algo más que eso,
melancolía.

Siempre se apodera de mi ser
mi serenidad se vuelve locura,
y me llena de amargura.

Siempre me voy a enamorar
de quien de mí no se enamora,
y es por eso que mi alma llora.

Y ya no puedo más, ya no puedo más,
siempre se repite la misma historia.
Ya no puedo más, ya no puedo más,
estoy harto de rodar como una noria.

Vivir así es morir de amor,
por amor tengo el alma herida,
por amor, no quiero más vida que su vida,
melancolía.

Vivir así es morir de amor,
soy mendigo de sus besos,
soy su amigo y quiero ser algo más que eso,
melancolía.

Vivir así es morir de amor,
por amor tengo el alma herida,
por amor, no quiero más vida que su vida,
melancolía.

Vivir así es morir de amor,
soy mendigo de sus besos,
soy su amigo y quiero ser algo más que eso,
melancolía.

domingo, 26 de mayo de 2019

¿Lees?

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LEE PARA FOLLAR

A leer, de tanto untarle con el debe, le han dejado romo el atractivo. Los apologistas de la lectura, repartidos por colegios, familias y ministerios, llevan décadas bombardeando a niños inocentes con monsergas aprendidas de memoria. Que si leer es muy necesario. Que si no se puede ir por la vida sin coger un libro. Que si sin novelas no se rellena la cabeza. Que si, oh, terrores, si quieres saber del amor, tendrás que leer poesía. En definitiva, a los chavales se les intenta hacer creer que o lees o te conviertes en un reducido mental por vocación que no será capaz de gestionar el flujo de sus propios residuos metabólicos.

Evidentemente, un ser humano medio tarda poco tiempo en comprobar que esto es mentira. Les basta con levantar la vista del libro una vez para ver que se puede ir por la vida sin leer y conducir un BMW. O poner un canal de esos de videoclips en los que las letras son tan tontas que, aunque pretendan exponer sentimientos similiamorosos, sólo alcanzan a decir: «No he leído en mi vida y mira dónde estoy. Lo único que importa en este mundo es peinarse».

En el mejor de los casos, el chaval no será tonto. Sospechará que no todo en la vida es videoclip y BMW de dudosa procedencia, así que es probable que se ponga a leer. Pero leerá por miedo a devenir en ignorante; por huir de una vida con subwoofer y Seat León, por huir de años llenos de sanjacobos y televisión siempre puesta, de mesa portátil en el sofá, de novias que mascan chicle o de ir por ahí en moto con el casco puesto en el codo. Leerá, pero leerá por huir, leerá por un debe, leerá porque es muy necesario para ser culto. Y eso es, inevitablemente, el preámbulo de un fracaso. 

Si se quiere meter en la lectura (y no sé si esto es en sí mismo bueno) a la juventud hay que decirle la verdad: si lees vas a follar más. Leer te convertirá en un seductor para toda la vida, no hasta que te aguanten los pectorales o las tetas en su sitio. Leyendo se hace uno más rápido, más imprevisible y más ágil. Leyendo se aprende a encandilar. Leyendo se le recuerda al cerebro cuál es su ritmo, se le apacigua, se le echa de comer. Y eso te devuelve al mundo con una sonrisa cabrona, una mirada que ve más allá y unas palabras como navajas que hacen que a tu paso se vayan abriendo bocas. Esto, y no lo de ser más culto, es lo que pasa con la lectura. Alguien tenía que decíroslo.

Javier Gómez Santander
@jgomezsantander

1-¿Qué tipo de texto es? ¿Cuál es su intención principal? ¿A qué género pertenece? ¿Y a qué subgénero? ¿Por qué?

2-¿Cuál es su tema o idea principal? Intenta sintetizarlo en una sola frase (que, evidentemente, puede ser compuesta, subordinada, coordinada...). Intenta que sea lo más sencilla posible porque después la tendrás que analizar.

3-¿Cómo está organizado el texto? ¿Con qué intención? ¿Cómo se llama esta estructura? 

4-¿Cómo defiende sus ideas? Tal vez te sean útiles los esquemas que aparecen a continuación.

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viernes, 17 de mayo de 2019

COMPLEMENTOS DEL PREDICADO


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PRÁCTICA DE ORACIONES RESUELTAS

Pepe compró un coche a Pepa.
Les comieron la moral.
Pronto llegaremos al lugar previsto.
Los martes estudiamos latín.
Cervantes escribió Don Quijote de la Mancha
"El Quijote" fue escrito por Cervantes.
El Quijote se escribió en 1605.
Ayer le pisoteó una vaca.
Se lo regalamos en Navidad.
Nuestra confianza en el entrenador no tiene límites.
Jesús lleva la camisa muy sucia.
Rubén y Fernando se saludan.
Carlos le dio una carta certificada.
La película es apta para menores
Confundí el coche de Isaac con el tuyo.
Informé a Gabriel de tu lesión.
Daniel ha comprado una camiseta roja.

jueves, 16 de mayo de 2019

PRÁCTICA TIPOS DE TEXTOS

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SLIDESHARE SOBRE CÓMO HACER CHULETAS

1-¿Qué tipo de texto es? ¿Por qué?
2-¿Reúne las características propias de este tipo de textos? ¿Cuáles son?

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1-¿Qué tipo de texto es? ¿Por qué?
2-¿A qué subgénero pertenece? ¿Por qué?
3-¿Cuál es el tema o idea principal? ¿Cómo lo defiende?
4-¿Qué tipo de narrador utiliza?

Había en Bagdad un mercader que envió a su criado al mercado a comprar provisiones, y al rato el criado regresó pálido y tembloroso y dijo: señor, cuando estaba en la plaza del mercado una mujer me hizo muecas entre la multitud y cuando me volví pude ver que era la Muerte. Me miró y me hizo un gesto de amenaza; por eso quiero que me prestes tu caballo para irme de la ciudad y escapar a mi sino. Me iré para Samarra y allí la Muerte no me encontrará. El mercader le prestó su caballo y el sirviente montó en él y le clavó las espuelas en los flancos huyendo a todo galope. Después el mercader se fue para la plaza y vio entre la muchedumbre a la Muerte, a quien le preguntó: ¿Por qué amenazaste a mi criado cuando lo viste esta mañana? No fue un gesto de amenaza, le contestó, sino un impulso de sorpresa. Me asombró verlo aquí en Bagdad, porque tengo una cita con él esta noche en Samarra.
1-¿Qué tipo de texto es? ¿Por qué?
2-¿A qué género pertenece? ¿Y a qué subgénero? ¿Por qué?
3-¿Cuál es su estructura? 
4-¿Qué narrador utiliza?

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1-¿Qué tipo de texto es? ¿Por qué?
2-¿A qué género pertenece? ¿Por qué?
3-¿Qué narrador utiliza?
4-¿Cuál crees que es su tema o idea principal?
5-Haz el esquema métrico.
6-Señala su rima y la poesía de la que es característica.
7-¿Cómo se llama este tipo de poema?

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1-¿Qué tipo de texto es? 

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