martes, 28 de enero de 2025

¡NERUDAAA!


POEMA 15
ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.


Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.


Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda es uno de los poetas más famosos de la Historia, especialmente en castellano (a la altura de Federico García Lorca, con quien mantuvo una relación de amistad en España.
El éxito de 20 poemas de amor y una canción desesperada es brutal y mundial, hasta el punto de que millones de personas se saben varios de sus versos de memoria y que el nombre de "Neruda" se usa como sinónimo de "poeta":


Por supuesto, Pablo Neruda es un autor parodiable, tanto por su estilo exacerbado, como por su romanticismo desfasado o por su concepto de la hombría mal entendida (de la que tenemos numerosos ejemplos en su libro de memorias, CONFIESO QUE HE VIVIDO, tanto en su paternalismo hacia Lorca como al confesar una violación):

Muy posiblemente, Neruda ni siquiera era una buena persona, como demuestra lo que hizo con su hija:




Su fama llega al punto de que se han hecho varias películas sobre su figura, no ya en Chile, su país natal, sino incluso en Hollywood, como la exitosa y premiadísima El cartero y Pablo Neruda que adapta una novela de Antonio Skármeta:



Y en esta su concepción de metáforas:


Pero, de nuevo, es tan famoso que sus poemas se han usado en películas sobre otros temas, como en esta escena de PATCH ADAMS:

También ha sido citado por otros artistas, como Extremoduro:


Se trata de uno de sus poemas más célebres, "Walking around", incluido en su monumental RESIDENCIA EN LA TIERRA, posiblemente uno de sus mejores poemarios. Y que resulta tan conocido que se encuentran tantos vídeos en castellano como en la traducción al inglés:



SI TÚ ME OLVIDAS

QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.




PEQUEÑA AMÉRICA

CUANDO miro la forma
de América en el mapa,
amor, a ti te veo:
las alturas del cobre en tu cabeza,
tus pechos, trigo y nieve,
tu cintura delgada,
veloces ríos que palpitan, dulces
colinas y praderas
y en el frío del sur tus pies terminan
su geografía de oro duplicado.

Amor, cuando te toco
no sólo han recorrido
mis manos tu delicia,
sino ramas y tierra, frutas y agua,
la primavera que amo,
la luna del desierto, el pecho
de la paloma salvaje,
la suavidad de las piedras gastadas
por las aguas del mar o de los ríos
y la espesura roja
del matorral en donde
la sed y el hambre acechan.
Y así mi patria extensa me recibe,
pequeña América, en tu cuerpo.

Aún más, cuando te veo recostada
veo en tu piel, en tu color de avena,
la nacionalidad de mi cariño.
Porque desde tus hombros
el cortador de caña
de Cuba abrasadora
me mira, lleno de sudor oscuro,
y desde tu garganta
pescadores que tiemblan
en las húmedas casas de la orilla
me cantan su secreto.
Y así a lo largo de tu cuerpo,
pequeña América adorada,
las tierras y los pueblos
interrumpen mis besos
y tu belleza entonces
no sólo enciende el fuego
que arde sin consumirse entre nosotros,
sino que con tu amor me está llamando
y a través de tu vida
me está dando la vida que me falta
y al sabor de tu amor se agrega el barro,
el beso de la tierra que me aguarda.



lunes, 27 de enero de 2025

¿TÚ VES NORMAL UN C*** EN TU NUCA? o lo que 'La isla de las tentaciones' nos explica sobre cómo son las relaciones en 2025.

 

¿TÚ VES NORMAL UN COÑO EN TU NUCA? O lo que 'La isla de las tentaciones' nos explica sobre cómo son las relaciones en 2025.                                     


"¿Tú ves normal un coño en tu nuca?”. Con esta frase, el estreno de la octava edición de La isla de las tentaciones ha vuelto a acaparar titulares y conversaciones. Las hogueras, las alarmas y las tentaciones regresan para ser protagonistas las noches de los lunes. Una vez más, cinco parejas acuden a una isla paradisiaca rodeados de solteros y solteras dispuestos a conquistarlos y así responder a la pregunta “¿Estoy realmente con la persona indicada o hay alguien mejor para mí?”. Este reality nos invita a observar cómo las inseguridades, los deseos y los límites de los concursantes se ponen a prueba bajo cámaras que graban las 24 horas del día. Pero más allá del dramatismo, seducción y morbo que caracterizan a La isla de las tentaciones, a través de este programa se puede reflexionar sobre la manera en la que entendemos las relaciones en una era marcada por el cambio constante y la inmediatez. 

En este contexto, los conceptos de “amor líquido” y “modernidad líquida” acuñados por el sociólogo Zygmunt Bauman ayudan a analizar las dinámicas de pareja actuales y que están presentes en el programa. Bauman habla en sus obras de un cambio en las relaciones personales, donde las conexiones profundas y duraderas se han visto sustituidas por otras más frágiles y volátiles, que priorizan la satisfacción inmediata y evitan el compromiso. Este “amor líquido”, como lo llama Bauman, surge en un contexto de “modernidad líquida”: una sociedad en la que todo, desde el trabajo hasta las relaciones, está en constante cambio. 




En esta edición, varios concursantes reconocen haber pasado por rupturas antes de entrar al programa. Alba y Gerard son un ejemplo evidente: él mismo relata en su presentación que se “agobió un poco” cuando llevaban tres semanas juntos. Su reconciliación no llegó hasta que, en una noche de fiesta en Madrid, Gerard vio a Alba besándose con otro chico y, en sus palabras, “se dio cuenta de lo que había perdido”. Bayan y Eros, otra de las parejas, también admiten haber experimentado varios “altibajos” en sus cuatro años de relación —fruto de las constantes infidelidades por parte de él—; mientras, Andrea y Joel confiesan haber roto y vuelto en varias ocasiones durante los tres años que llevan juntos. 

La dinámica del show explota la fragilidad que parece caracterizar a estas parejas, reforzando la idea de que los vínculos son fácilmente reemplazables y que siempre existe la posibilidad de “algo mejor”. Para Bauman, la lógica de consumo invade las relaciones humanas, promoviendo la idea de que siempre se puede “mejorar” lo que se tiene. 

Mireia Cosano, neuropsicóloga especializada en ansiedad que analiza La isla de las tentaciones en sus redes sociales, ve en el programa el reflejo de una especie de “Tinder emocional”, donde los solteros y solteras tratan de suplir las carencias que existen en las relaciones, ofreciendo una alternativa hipotética que lleva a los concursantes a cuestionar sus vínculos actuales. 

Del pensamiento de Bauman se desprende una idea clave: si tu pareja no cumple con todas tus expectativas, siempre puede haber alguien dispuesto a ocupar su lugar. Esto refleja cómo las relaciones en la modernidad líquida se ven influidas por una lógica de consumo. Al igual que con los bienes materiales, las personas tienden a percibir sus vínculos afectivos como algo reemplazable, sujetos a la constante búsqueda de “algo mejor”. Según explica a elDiario.es Soraya Calvo González, este enfoque está muy relacionado con el miedo a “perderse nuevas experiencias, nuevas personas, nuevos caminos…”, simplemente por no querer cambiar. En el primer capítulo de esta nueva temporada, Montoya, otro de los concursantes, hablaba con su pareja Ana sobre el motivo por el que habían ido al programa: “Hemos venido aquí para eso, para darme cuenta de que ninguna tiene lo que me das tú”. Más adelante, Ana se enfada con el mismo Montoya y le critica tras escuchar como les dice a las solteras: “Estamos aquí para lo que surja”. Este miedo al compromiso o a tomar una elección definitiva de la que habla Bauman lleva a las personas a mantener abiertas todas las posibilidades. Es el ejemplo de Andrea, quien reconoce ante las cámaras haber sido infiel en todas sus anteriores relaciones, así como haber “tonteado con varios chicos” estando con Joel, su actual novio, justificando que su relación “estaba en crisis”. 

“La sociedad contemporánea promueve la autosuficiencia como una virtud suprema”, asegura a elDiario.es Belén Sánchez, psicóloga que practica terapia de pareja en su consulta. La profesional explica cómo actualmente se percibe la dependencia de otra persona, incluso en una relación segura y saludable, como una amenaza a la independencia o autonomía. Es por ello por lo que triunfan mensajes como “no necesitas a nadie para ser feliz” o se refuerza la idea de “no dejar que una pareja te anule o te coarte”, reflejando según Sánchez “una preocupación moderna por preservar la autonomía personal dentro de las relaciones”. Esta forma de pensar se refleja en cada episodio de La isla de las tentaciones.

Los solteros animan constantemente a las concursantes de Villa Playa a ser ellas mismas, a dejarse llevar y no permitir que pensar en sus parejas afecte a su comportamiento. Alba, una de ellas, recibe a menudo “ánimos” de los tentadores para que “se suelte” y “disfrute” sin pensar en su novio. Además, en Villa Montaña también se refuerza esta idea: en la primera hoguera, Gerard, uno de los novios, aconsejaba a su compañero Montoya: “Tú tienes que hacer en cada momento lo que sientas”. 

Bajo esta premisa de actuar con libertad justifican comportamientos que podrían dañar a sus parejas. En otra ocasión, Gerard defendía la idea de que comportarse sin limitaciones podría ser positivo para él y para Alba, su pareja, llegando a afirmar que a la relación le podría “venir bien tontear” y “jugar”. 

El 'reality' pone sobre la mesa los cambios en la forma de amar y relacionarnos en una sociedad marcada por la inmediatez y la incertidumbre, conceptos que Zygmunt Bauman ya definió como parte del “amor líquido”.


El factor de realidad que ofrece La isla de las tentaciones frente a series o películas es para Mireia Cosano lo que de verdad engancha a los espectadores. La neuropsicóloga cree que lo que puede enganchar es “ver parejas normales que pueden hacer que se sientan identificados con la relación, normalizando ciertas conductas o, al revés, dejar de normalizarlas en sus relaciones”. También provoca debates interesantes desde el punto de vista ético, amoroso, sociológico o, incluso, filosófico. Por ejemplo: ¿hay que hacer en cada momento lo que se sienta? ¿La autosuficiencia es una virtud suprema? ¿Como decía Machado, solo se canta a lo perdido? O incluso… ¿tú ves normal un coño en tu nuca?


Anabel Cuevas 26-1-25  El diario.es (adaptado)           

                                                                



¡¡MONTOYA, POR FAVOR!!

La secuencia de La isla de las tentaciones en la que Montoya ve en directo cómo su novia Anita se mete en la cama —y no para dormir— con un tentador reincidente, es un fenómeno internacional. Sucede como les cuento: Montoya, acompañado por Sandra Barneda, es invitado a ver en directo algunas imágenes de su novia, y coincide con que ella está manteniendo relaciones sexuales con un cazadamas llamado Manuel. Montoya corre por la playa, con rayos y truenos de fondo, hasta llegar a la villa donde está teniendo lugar la infidelidad. La Barneda, con su estilismo de cariátide, grita: “¡Montoya, por favor!”. Montoya llega a la piscina gritando y Anita desmonta a Manuel para ir a insultar a su novio (no, yo tampoco lo entiendo), quien va a la playa a berrear “¿Por qué?”. Anita pregunta “¿Qué dice?” y tres personas, entre ellos Manuel, responden al mismo tiempo “Por qué”. La Jezabel catalana cambia de opinión y corre, entre lágrimas, al encuentro de su apaleado novio. Esta secuencia tiene un poderío dramático que ya quisieran muchas películas. Pero claro, los extranjeros no nos conocen demasiado, y la exaltación romántica unida a la vulgaridad se les hace exótica: esos somos nosotros.
El clip ha dado la vuelta al mundo y ha sido usado por cuentas de equipos de fútbol, baloncesto, Fórmula 1, por actores, influencers, y empresas de todo tipo y condición. Gente de todas partes ha pedido traducción y se les ha concedido. Semejantes vocablos y acentos solo puede entenderlos un hablante nativo. No puedes traducir ese “Zarta la gamba”. Les fascinaba sin entender lo que decían, y entendiéndolo, mucho más. Ha salido hasta en The Guardian. Montoya ya es una celebridad efímera, pero mundial. No tiene que ser plato de buen gusto que tu dolor se convierta en un meme, y sin embargo es difícil ignorar la comicidad de semejante momento.

Por estas cosas los realities funcionan; cuando creemos que ya no dan más de si, te sorprenden con algo tan profundamente humano como inexplicable en el contexto de la vida civilizada. Por otro lado, Penélope Cruz, Pedro Almodóvar, Julianne Moore y Tilda Swinton no comparecen en la gala de los Goya. Dicen que están malos. Sospechaba que era para no responder a nada relacionado con Karla Sofía Gascón. La realidad, seguro, es más cruel: saben que jamás podrán competir contra algo tan contundente como el grito de “¡Montoya, por favor!”.
Jimina Sabadú 10/02/2025 EL PAÍS

domingo, 26 de enero de 2025

¡PERO VALE YA DE TONTERÍAS Y VAMOS A HABLAR DE MANUEL MACHADO! (Y EL DECADENTISMO)

 

Manuel Machado Ruiz (Sevilla, 29 de septiembre de 1874-Madrid, 19 de enero de 1947) fue un poeta y dramaturgo español, enmarcado en el modernismo. Fue hermano del también poeta Antonio Machado, así como del pintor José Machado.

AUTORRETRATO
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed…
Lo demás, nada… Vida… Cosas… Lo que se sabe…
Calaveradas… amoríos… Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía…
¿Vicios? Todos. Ninguno… Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres… -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente…
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza…
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo «chic» y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna.
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo…
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde… Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.





El decadentismo es una corriente artística, filosófica y, principalmente, literaria que tuvo su origen en Francia en las dos últimas décadas del siglo XIX y se desarrolló por casi toda Europa y algunos países de América. ​La denominación de decadentismo surgió como un término despectivo sin embargo, fue adoptado por aquellos a quienes iba destinada.

La humillación que supuso para Francia la Guerra franco-prusiana en 1870 dejó la impresión permanente en la nueva generación de que una época había terminado (...). Según Louis Marquèze-Pouey, fue Maurice Barrès el primero que aplicó y oficializó la denominación de "décadents" a un grupo literario en 1884.​ 
À rebours / A la contra (1884) de Huysmans fue sin duda el aldabonazo del movimiento. Pero el término era despectivo, y solo se generalizó con la polémica que provocó una parodia en forma de pastiche de su estética, temas, estilos y aún de las biografías de sus desmayados autores (neurópatas, morfinómanos, amorales, pesimistas, extranjerizantes o peor: germanófilos y wagnerianos).
Una de las mejores expresiones de este movimiento la refleja el verso de Verlaine: Yo soy el imperio final de la decadencia. Precisamente Verlaine estuvo durante algún tiempo a la cabeza del movimiento, especialmente después de la publicación de Los poetas malditos (1884).

La fórmula pictórica y escultórica de los parnasianos (ut pictura poesis, según la norma de Horacio), se sustituye en el decadentismo por el ideal de una poesía que tiende a la cualidad de la música, que solo es forma (Walter Pater) y valora la libertad de expresión hasta el punto de mostrarse indiferente en su valoración a las cuestiones morales. El decadentismo arremete contra la moral y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado y explora las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente.


Como veréis, toda esta huella puede seguirse en Manuel Machado: se inicia en la literatura en Francia, influido por estos autores simbolistas y decadentistas, mantiene un gusto por la vida alegre y bohemia pero sin lograr abandonar un constante tono melancólico.

Esto lo veremos por ejemplo en las deudas confesadas en forma de homenaje o elegías a Alejandro Sawa (autor maldito por excelencia de la bohemia española, inspirador del Max Estrella de Luces de bohemia) o en el francés Verlaine:

– A ALEJANDRO SAWA
Jamás hombre más nacido
para el placer, fue al dolor
más derecho.
Jamás ninguno ha caído
con facha de vencedor
tan deshecho.
Y es que él se daba a perder
como muchos a ganar.
Y su vida,
por la falta de querer
y sobra de regalar,
fue perdida.
Es el morir y olvidar
mejor que amar y vivir.
Y más mérito el dejar
que el conseguir.


–CORDURA
SAGESSE, cordura… Mi pobre Verlaine,
di a la vida, contigo tan mala y tan dura,
que tenga cordura
también.
Di a la vida,
que aullaba a tu paso
y ponía el ajenjo en tu vaso,
que sea más cuerda,
que olvide y perdone…
Y, si no, dile el mot de Cambronne…

Quien gane y quien pierda
piense que jugamos.
Que los que hoy ganamos,
mañana perdemos…
Y que no sabemos…

Según el ensayista Matei Calinescu, "el verdadero opuesto a la decadencia es la regneración". Esta idea puede servirnos para recordar la diferencia entre Modernismo/Generación del 98 y, por tanto, entre Manuel y Antonio Machado.

Théophile Gautier escribe en el prefacio de 1868 para las Fleurs de mal de Baudelaire:
"El estilo inadecuadamente denominado como decadencia no es nada más que el arte que ha alcanzado un nivel de extrema madurez (...): esilto ingenioso y complicado, lleno de sombras y búsqueda".

Sin duda, Baudelaire establece una directa conexión entre "decadencia" y "modernidad". Delacroix, por su parte, sostenía que "los periodos de decadencia son siempre más complejos, más refinados y más analíticos que los que les preceden".


4
Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente…,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía…

Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía… No sabemos nada.
Todo es conforme y según.


ALCOHOL
CLARO nombre, mortal como el pecado
y la herida del corazón.
Agua de perdición.
Nombre de demonio.
Delicia insana.
Mal placer…
¡Alcohol!
Mentira, química, muerte.
Falso fuerte,
dicha fea…
¡Maldito sea!





 INTERNACIONAL
CHULO, souteneur, maquereau,
White-Chapel, Montmartre, Madrid.
son los biznietos del Cid,
los sobrinos de Diderot.
El argot
es cosa tan natural
como lo son los placeres,
el pegar a las mujeres
(que está mal)
y el caló.

Poesía de germanía
es poesía
por la gente desdeñada
todavía.

Hay cierto gusto cobarde
que halla elegante la tarde
e infame la madrugada.
(Crepúsculo vespertino,
bien mostrenco,
padre del matiz divino…)

El clarear matutino
huele a vino
y a flamenco…

Pues sabed
—vaguedad por vaguedad—
que, en el mundo, la verdad
es una cuestión de sed.
Tal la vida…
Si hoy estoy
abrazado a mi querida,
no hablemos más que de hoy.

Y mañana
hablaremos de otra cosa
más hermosa…
Si la hay, y me da la gana.

 NOCTURNO MADRILEÑO
De un cantar canalla
tengo el alma llena,
de un cantar con notas monótonas, tristes
de horror y vergüenza.

De un cantar que habla
de vicio y de anemia,
de sangre y de engaño, de miedo y de infamia,
¡y siempre de penas!

De un cantar que dice
mentiras perversas…
De pálidas caras, de labios pintados
y enormes ojeras.

De un cantar gitano,
que dice las rejas
de los calabozos y las puñaladas,
y los ayes lúgubres de las malagueñas.

De un cantar veneno,
como flor de adelfa.

De un cantar de crimen,
de vino y miseria,
oscuro y malsano…
cuyo son recuerda
esa horrible cosa que cruza de noche
las calles desiertas.




– MI PHRINÉ
NO es cinismo. Es la verdad:
Yo quiero a una mujer mala
fuera de la sociedad.
Una déclassée, lo sé,
pero… ¿la conoce usté?
¡No! Pues, bueno;
sea usted bueno y cállese,
que es el saber más profundo,
y nadie diga en el mundo
de este agua no beberé.

Es hermosa.
Sabe ser
a ratos voluptuosa
y querer,
o no querer.

De la prosa, sabe hacer
otra cosa.
Y es mujer
muy hermosa,
muy hermosa y muy mujer.

Lo tiene todo bonito
mi Phriné…
Desde el cabello hasta el pie
chiquito.

Ahí tiene usté
disculpado mi delito.
—No es delito.
—Ya lo sé.

lunes, 20 de enero de 2025

"Yo pisaré las calles nuevamente..." (LA HISTORIA ES NUESTRA, Y LA HACEN LOS PUEBLOS)

 

“YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE” (Pablo Milanés, 1976)

Yo pisaré las calles nuevamente

de lo que fue Santiago ensangrentada

y, en una hermosa plaza liberada,

me detendré a llorar por los ausentes.


Yo vendré del desierto calcinante

y saldré de los bosques y los lagos

y evocaré en un cerro de Santiago

a mis hermanos que murieron antes.


Yo, unido al que hizo mucho y poco,

al que quiere la patria liberada,

dispararé las primeras balas

más temprano que tarde, sin reposo.


Retornarán los libros, las canciones

que quemaron las manos asesinas.

Renacerá mi pueblo de su ruina

y pagarán su culpa los traidores.


Un niño jugará en una alameda

y cantará con sus amigos nuevos

y ese canto será el canto del suelo

a una vida segada en La Moneda.


1-Tipo de texto, género y subgénero. Estilo literario.


2-Resume el texto (para lo que, seguramente, necesitarás contexto histórico)



3-Sintetiza la idea principal en  una sola frase.


4-Señala los recursos literarios.


5-Haz el esquema métrico de las dos primeras estrofas.

Indica el tipo de rima y la poesía de la que es característica.



6-Redacta el comentario completo



7-¿A qué personaje histórico se refiere la parte subrayada?

¿A qué personaje literario te recuerda? ¿A qué obra pertenece?

¿Quién es su autora?


8-Lee el discurso del político chileno Salvador Allende, pronunciado

el 11 de septiembre de 1973 desde el Palacio de la Moneda. 


La Historia es nuestra, y la hacen los pueblos. (...)

Seguramente Radio Magallanes será callada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. 
No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debedejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo,  donde la traición pretende imponerse.

Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!


A continuación, relaciónalo con la letra de la canción de Pablo Milanés.

  1. ¿Hay referencias metaliterarias, guiños u homenajes? Señálalas




  1. Señala los recursos literarios que veas







9-Realiza el análisis sintáctico de las siguientes oraciones

La Historia es nuestra y la hacen los pueblos










Yo vendré del desierto calcinante y saldré de los bosques y los lagos












Renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán su culpa los traidores.



miércoles, 18 de diciembre de 2024

LAS NENAS Y OTROS FANTASMAS



Las Nenas y otros fantasmas creados por Inteligencia Artificial

Irene Lozano.   29-12-24. Eldiario.es.                                              

Esta columna la ha escrito un ser humano. Más en concreto, yo. Hace unos meses hubiera resultado superfluo aclararlo, pero ya no, porque lo del contenido generado por Inteligencia Artificial (IA) se nos está yendo de las manos. Eso alegaron los creadores de Las Nenas, un grupo de música que parecía estar formado por tres mujeres de carne y hueso: Viviana, Claudia y Naiara. Al principio nadie reparó en que los tres nombres contienen las letras -ia-, en un guiño. El caso es que ellas no existen, las fotos que ilustran su disco se han generado por IA, las voces y su música también. Aseguran que las letras las escribía una persona: vete tú a saber. También dijeron que empezaron como un juego y se les fue de las manos. Jugando, jugando, concedían entrevistas y todo, aunque sólo por correo electrónico.

Por suerte este periódico desveló la noticia de que eran falsas. Las personas que están detrás del engaño siguen sin dar la cara. Se ha escrito que no eran reales, pero hemos de ser precisos con las palabras. Las imágenes y las canciones de Las Nenas son reales, sólo que las ha hecho una máquina. Esto es lo que tenemos que comprender: la mentira es real. La mentira no es lo contrario de la realidad, es lo contrario de lo verdadero. Así que Las Nenas son falsas humanas, pero como fantasmas gozan de plena realidad. La IA está creando fantasmas y poniéndolos a vivir entre nosotros. A ver qué pasa.

En el mundo de las modelos una fantasma tiene ya más de 300.000 seguidores. Se llama Aitana López y es una influencer. En Instagram postea sus historias, viaja, se va de compras, celebra su cumpleaños. La ha fabricado The Clueless, una agencia de modelos de IA de Barcelona. En su caso no fue un juego. Se dieron cuenta de que para las marcas resultaba caro y pesado trabajar con  personas. Las influencers de carne y hueso tienen la mala costumbre de dormir y comer. En The Clueless pusieron fin al engorro creando a Aitana. Ella misma lo ha explicado en las redes: “Mi capacidad para generar contenido de manera rápida y constante, sin limitaciones de tiempo o cansancio, permite una presencia constante en las plataformas”. Aitana produce 24/7 y las marcas que quieren tomar prestada su audiencia la encuentran siempre disponible. Una influencer humana nunca podrá superarla.

Estas creaciones con IA no son nada original ni valioso, se trata de meras suplantaciones. En el perfil de Aitana se indica que está generada por IA, pero si uno entra a verla desde el móvil, como hace el 99% de la gente, le pasa fácilmente inadvertido. Aitana tiene un gran defecto: es perfecta (sobre todo para una mirada masculina). Es delgada, pero tiene grandes pechos. Su melena rosa le da una imagen atrevida, sus ojos son saltones y de sus cejas delineadas al milímetro no se escapa un pelo. Es perfecta pero sigue pareciendo humana, y eso convierte su vida en una narración aspiracional para muchas mujeres, sobre todo adolescentes. Como se muestra en las fotos yendo al gimnasio, las usuarias le preguntan por su rutina deportiva, para llegar a tener un cuerpo como el suyo. Un cuerpo fantasmal. 

Los fantasmas han llegado también al mundo inmobiliario. Uno de mis placeres culpables es mirar pisos en Idealista. Cada vez es más frecuente que se muestren fotos falsas de los pisos: muestran estancias de ensueño, decoradas a la moda y con un perfecto cielo azul de fondo. Supongo que habrá alguna aplicación a la que le dices que te reforme y te amueble un piso desvencijado y te genera las imágenes en segundos. Un piso fantasmal, un señuelo. Cuando un comprador vaya a verlo físicamente, tendrá que enfrentarse a paredes desconchadas, suelos arañados y puertas rotas. La IA nos oculta el material de derribo, humano e inmobiliario, pero en la vida real estamos rodeados de escombros. Yo no sé cómo serán las personas que salgan de esta confusión entre la realidad y lo fantasmal, pero en unos años tendremos los resultados del experimento que están haciendo con nosotros. Como el de las redes sociales ha salido fenomenal, no hay motivos para preocuparse.


martes, 17 de diciembre de 2024

LA CASA DE LOS ESPÍRITUS como ejemplo del "realismo mágico"


Ten cuidado en general y en este caso en particular con las adaptaciones cinematográficas... Pueden no ser fieles a la obra literaria original y cambiar su estructura, el tipo de narrador o, más frecuentemente, eliminar personajes o juntar varios en uno.
Resulta muchísimo más recomendable, siempre que puedas y especialmente en el caso que nos ocupas, el podcast "UN LIBRO, UNA HORA":



Barrabás llegó a la familia por vía marítima, anotó la niña Clara con su delicada caligrafía. Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se quedó muda, escribía también las trivialidades, sin sospechar que cincuenta años después, sus cuadernos me servirían para rescatar la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto. El día que llegó Barrabás era Jueves Santo. Venía en una jaula indigna, cubierto de sus propios excrementos y orines, con una mirada extraviada de preso miserable e indefenso, pero ya se adivinaba —por el porte real de su cabeza y el tamaño de su esqueleto— el gigante legendario que llegó a ser. Aquél era un día aburrido y otoñal, que en nada presagiaba los acontecimientos que la niña escribió para que fueran recordados y que ocurrieron durante la misa de doce, en la parroquia de San Sebastián, a la cual asistió con toda su familia. (...) 

 Miró a sus hijos, los menores estaban cansados, rígidos en su ropa de domingo, y los mayores comenzaban a distraerse. Posó la vista en Rosa, la mayor de sus hijas vivas, y, como siempre, se sorprendió. Su extraña belleza tenía una cualidad perturbadora de la cual ni ella escapaba, parecía fabricada de un material diferente al de la raza humana. Nívea supo que no era de este mundo aun antes que naciera, porque la vio en sueños, por eso no le sorprendió que la comadrona diera un grito al verla. Al nacer, Rosa era blanca, lisa, sin arrugas, como una muñeca de loza, con el cabello verde y los ojos amarillos, la criatura más hermosa que había nacido en la tierra desde los tiempos del pecado original, como dijo la comadrona santiguándose. Desde el primer baño, la Nana le lavó el pelo con infusión de manzanilla, lo cual tuvo la virtud de mitigar el color, dándole una tonalidad de bronce viejo, y la ponía desnuda al sol, para fortalecer su piel, que era translúcida en las zonas más delicadas del vientre y de las axilas, donde se adivinaban las venas y la textura secreta de los músculos. Aquellos trucos de gitana, sin embargo, no fueron suficiente y muy pronto se corrió la voz de que les había nacido un ángel. Nívea esperó que las ingratas etapas del crecimiento otorgarían a su hija algunas imperfecciones, pero nada de eso ocurrió, por el contrario, a los dieciocho años Rosa no había engordado y no le habían salido granos, sino que se había acentuado su gracia marítima. El tono de su piel, con suaves reflejos azulados, y el de su cabello, la lentitud de sus movimientos y su carácter silencioso, evocaban a un habitante del agua. Tenía algo de pez y si hubiera tenido una cola escamada habría sido claramente una sirena, pero sus dos piernas la colocaban en un límite impreciso entre la criatura humana y el ser mitológico. A pesar de todo, la joven había hecho una vida casi normal, tenía un novio y algún día se casaría, con lo cual la responsabilidad de su hermosura pasaría a otras manos. Rosa inclinó la cabeza y un rayo se filtró por los vitrales góticos de la iglesia, dando un halo de luz a su perfil. Algunas personas se dieron vuelta para mirarla y cuchichearon, como a menudo ocurría a su paso, pero Rosa no parecía darse cuenta de nada, era inmune a la vanidad y ese día estaba más ausente que de costumbre, imaginando nuevas bestias para bordar en su mantel, mitad pájaro y mitad mamífero, cubiertas con plumas iridiscentes y provistas de cuernos y pezuñas, tan gordas y con alas tan breves, que desafiaban las leyes de la biología y de la aerodinámica. (...)

—¡Endemoniada! ¡Soberbia endemoniada! Esas palabras del padre Restrepo permanecieron en la memoria de la familia con la gravedad de un diagnóstico y, en los años sucesivos, tuvieron ocasión de recordarlas a menudo. La única que no volvió a pensar en ellas fue la misma Clara, que se limitó a anotarlas en su diario y luego las olvidó. Sus padres, en cambio, no pudieron ignorarlas, a pesar de que estaban de acuerdo en que la posesión demoníaca y la soberbia eran dos pecados demasiado grandes para una niña tan pequeña. Temían a la maledicencia de la gente y al fanatismo del padre Restrepo. Hasta ese día, no habían puesto nombre a las excentricidades de su hija menor ni las habían relacionado con influencias satánicas. Las tomaban como una característica de la niña, como la cojera lo era de Luis o la belleza de Rosa. Los poderes mentales de Clara no molestaban a nadie y no producían mayor desorden; se manifestaban casi siempre en asuntos de poca importancia y en la estricta intimidad del hogar. Algunas veces, a la hora de la comida, cuando estaban todos reunidos en el gran comedor de la casa, sentados en estricto orden de dignidad y gobierno, el salero comenzaba a vibrar y de pronto se desplazaba por la mesa entre las copas y platos, sin que mediara ninguna fuente de energía conocida ni truco de ilusionista. Nívea daba un tirón a las trenzas de Clara y con ese sistema conseguía que su hija abandonara su distracción lunática y devolviera la normalidad al salero, que al punto recuperaba su inmovilidad. Los hermanos se habían organizado para que, en el caso de que hubiera visitas, el que estaba más cerca detenía de un manotazo lo que se estaba moviendo sobre la mesa, antes que los extraños se dieran cuenta y sufrieran un sobresalto. La familia continuaba comiendo sin comentarios. También se habían habituado a los presagios de la hermana menor. Ella anunciaba los temblores con alguna anticipación, lo que resultaba muy conveniente en ese país de catástrofes, porque daba tiempo de poner a salvo la vajilla y dejar al alcance de la mano las pantuflas para salir arrancando en la noche. A los seis años Clara predijo que el caballo iba a voltear a Luis, pero éste se negó a escucharla y desde entonces tenía una cadera desviada. Con el tiempo se le acortó la pierna izquierda y tuvo que usar un zapato especial con una gran plataforma que él mismo se fabricaba. En esa ocasión Nívea se inquietó, pero la Nana le devolvió la tranquilidad diciendo que hay muchos niños que vuelan como las moscas, que adivinan los sueños y hablan con las ánimas, pero a todos se les pasa cuando pierden la inocencia.

—Ninguno llega a grande en ese estado —explicó—. Espere que a la niña le venga la demostración y va a ver que se le quita la maña de andar moviendo los muebles y anunciando desgracias. (...)

Nívea lo interrumpió para decir que no era ése el punto. Lo grave era que si las proezas de su hija trascendían las paredes de la casa y el cura empezaba a indagar, todo el mundo iba a enterarse.

—Va a empezar a llegar la gente para mirarla como si fuera un fenómeno —dijo Nívea.

—Y el Partido Liberal se irá al carajo —agregó Severo, que veía el daño que podía hacer a su carrera política tener una hechizada en la familia.

En eso estaban cuando llegó la Nana arrastrando sus alpargatas, con su frufrú de enaguas almidonadas, a anunciar que en el patio había unos hombres descargando a un muerto. Así era. Entraron en un carro con cuatro caballos, ocupando todo el primer patio, aplastando las camelias y ensuciando con bosta el reluciente empedrado, en un torbellino de polvo, un piafar de caballos y un maldecir de hombres supersticiosos que hacían gestos contra el mal de ojo. Traían el cadáver del tío Marcos con todo su equipaje. Dirigía aquel tumulto un hombrecillo melifluo, vestido de negro, con levita y un sombrero demasiado grande, que inició un discurso solemne para explicar las circunstancias del caso, pero fue brutalmente interrumpido por Nívea, que se lanzó sobre el polvoriento ataúd que contenía los restos de su hermano más querido. Nívea gritaba que abrieran la tapa, para verlo con sus propios ojos. Ya le había tocado enterrarlo en una ocasión anterior, y, por lo mismo, le cabía la duda de que tampoco esa vez fuera definitiva su muerte. (...)

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Como hemos visto, las literaturas idealistas y realistas suelen mantener una relación de enfrentamiento a lo largo de casi toda la historia de la literatura: es decir, la literatura idealista o escapista trata de evitar la crudeza de la realidad y el realismo, en cambio, no solo no la rehúye sino que no tiene miedo en regodearse en ella, incluidos sus aspectos más sórdidos o desagradables.

Muchas veces se muestra la crudeza de la realidad mediante una parodia del idealismo que muestre su falsedad (es el caso de La Celestina -amor cortés-, Lazarillo -épica- o D. Quijote -novelas de caballerías-).

Sin embargo, tal y como estudiaremos, a partir del Romanticismo, la literatura recibe influencias de diversas épocas y estilos y las mezcla.

EL SINCRETISMO o mezcla de todas las tendencias va a ser una de las características principales de la literatura del siglo XX.
Un ejemplo claro será el "Realismo mágico", que se produce en el siglo XX mezclando el realismo del siglo XIX con la literatura idealista anterior.




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Realismo magico

Posó la vista en Rosa, la mayor de sus hijas vivas, y, como siempre, se sorprendió. Su extraña belleza tenía una cualidad perturbadora de la cual ni ella escapaba, parecía fabricada de un material diferente al de la raza humana. Nívea supo que no era de este mundo aun antes que naciera, porque la vio en sueños, por eso no le sorprendió que la comadrona diera un grito al verla. Al nacer, Rosa era blanca, lisa, sin arrugas, como una muñeca de loza, con el cabello verde y los ojos amarillos, la criatura más hermosa que había nacido en la tierra desde los tiempos del pecado original,, como dijo la comadrona santiguándose.
Desde el primer baño, la Nana le lavó el pelo con infusión de manzanilla, lo cual tuvo la virtud de mitigar el color, dándole una tonalidad de bronce viejo, y la ponía desnuda al sol, para fortalecer su piel, que era translúcida en las zonas más delicadas del vientre y de las axilas, donde se adivinaban las venas y la textura secreta de los músculos. Aquellos trucos de gitana, sin embargo, no fueron suficiente y muy pronto se corrió la voz de que les había nacido un ángel. Nívea esperó que las ingratas etapas del crecimiento otorgarían a su hija algunas imperfecciones, pero nada de eso ocurrió, por el contrario, a los dieciocho años Rosa no había engordado y no le habían salido granos, sino que se había acentuado su gracia marítima. El tono de su piel, con suaves reflejos azulados, y el de su cabello, la lentitud de sus movimientos y su carácter silencioso, evocaban a un habitante del agua. Tenía algo de pez y si hubiera tenido una cola escamada habría sido claramente una sirena, pero sus dos piernas la colocaban en un límite impreciso entre la criatura humana y el ser mitológico. A pesar de todo, la joven había hecho una vida casi normal, tenía un novio y algún día se casaría, con lo cual la responsabilidad de su hermosura pasaría a otras manos. 
(...)  Rara vez pensaba en su novio, Esteban Trueba, no por falta de amor, sino a causa de su temperamento olvidadizo y porque dos años de separación son mucha ausencia. Él estaba trabajando en las minas del Norte. Le escribía metódicamente y a veces Rosa le contestaba enviando versos copiados y dibujos de flores en papel de pergamino con tinta china. A través de esa correspondencia, que Nívea violaba en forma regular, se enteró de los sobresaltos del oficio de minero, siempre amenazado por derrumbes, persiguiendo vetas escurridizas, pidiendo créditos a cuenta de la buena suerte, confiando en que aparecería un maravilloso filón de oro que le permitiría hacer una rápida fortuna y regresar para llevar a Rosa del brazo al altar, convirtiéndose así en el hombre más feliz del universo, como decía siempre al final de las cartas. Rosa, sin embargo, no tenía prisa por casarse y casi había olvidado el único beso que intercambiaron al despedirse y tampoco podía recordar el color de los ojos de ese novio tenaz. Por influencia de las novelas románticas, que constituían su única lectura, le gustaba imaginarlo con botas de suela, la piel quemada por los vientos del
desierto, escarbando la tierra en busca de tesoros de piratas, doblones españoles y joyas de los incas, y era inútil que Nívea tratara de convencerla de que las riquezas de las minas estaban metidas en las piedras, porque a Rosa le parecía imposible que Esteban Trueba recogiera toneladas de peñascos con la esperanza de que, al someterlos a inicuos procesos crematorios, escupieran un gramo de oro. Entretanto, lo aguardaba sin aburrirse, imperturbable en la gigantesca tarea que se había impuesto: bordar el mantel más grande del mundo. Comenzó con perros, gatos y mariposas, pero pronto la fantasía se apoderó de su labor y fue apareciendo un paraíso de bestias imposibles que nacían de su aguja ante los ojos preocupados de su padre. Severo consideraba que era tiempo de que su hija se sacudiera la modorra y pusiera los pies en la realidad, que aprendiera algunos oficios domésticos y se preparara para el matrimonio, pero Nívea no compartía esa inquietud. Ella prefería no atormentar a su hija con exigencias terrenales, pues presentía que Rosa era un ser celestial, que no estaba hecho para durar mucho tiempo en el tráfico grosero de este mundo, por eso la dejaba en paz con sus hilos dé bordar y no objetaba aquel zoológico de pesadilla. (...)


Para Clara ése habría sido uno de los momentos más dolorosos de su vida, si Barrabás; no hubiera llegado mezclado con los bártulos de su tío. Ignorando la perturbación que reinaba en el patio, su instinto la condujo directamente al rincón donde habían tirado la jaula. Adentro estaba Barrabás; Era un montón de huesitos cubiertos con un pelaje de color indefinido, lleno de peladuras infectadas, un ojo cerrado y el otro supurando legañas, inmóvil como un cadáver en su propia porquería.
A pesar de su apariencia, la niña no tuvo dificultad en identificarlo.
—¡Un perrito! —chilló.
Se hizo cargo del animal. Lo sacó de la jaula, lo acunó en su pecho y con cuidados de misionera consiguió darle agua en el hocico hinchado y reseco. Nadie se había preocupado de alimentarlo desde que el capitán Longfellow, quien como todos los ingleses trataba mucho mejor a los animales que a los humanos, lo depositó con el equipaje en el muelle. Mientras el perro estuvo a bordo junto a su amo moribundo, el capitán lo alimentó con su propia mano y lo paseó por la cubierta, prodigándole todas las atenciones que le escatimó a Marcos, pero una vez en tierra firme, fue tratado como parte del equipaje. Clara se convirtió en una madre para el animal, sin que nadie le disputara ese dudoso privilegio, y consiguió reanimarlo. Un par de días más tarde, una vez que se calmó la tempestad de la llegada del cadáver y del entierro del tío Marcos, Severo se fijó en el bicho peludo que su hija llevaba en los brazos.
—¿Qué es eso? —preguntó.
—Barrabás —dijo Clara.
—Entrégueselo al jardinero, para que se deshaga de él. Puede contagiarnos alguna
enfermedad —ordenó Severo.
Pero Clara lo había adoptado.
—Es mío, papá. Si me lo quita, le juro que dejo de respirar y me muero.
Se quedó en la casa. Al poco tiempo corría por todas partes devorándose los flecos de las cortinas, las alfombras y las patas de los muebles. Se recuperó de su agonía con gran rapidez y empezó a crecer. Al bañarlo se supo que era negro, de cabeza cuadrada, patas muy largas y pelo corto. La Nana sugirió mocharle la cola, para que pareciera perro fino, pero Clara agarró un berrinche que degeneró en ataque de asma y nadie volvió a mencionar el asunto. Barrabás; se quedó con la cola entera y con el tiempo ésta llegó a tener el largo de un palo de golf, provista de movimientos incontrolables que barrían las porcelanas de las mesas y volcaban las lámparas. Era de raza desconocida. No tenía nada en común con los perros que vagabundeaban por la calle y mucho menos con las criaturas de pura raza que criaban algunas familias aristocráticas. El veterinario no supo decir cuál era su origen y Clara supuso que provenía de la China, porque gran parte del contenido del equipaje de su tío eran recuerdos de ese lejano país. Tenía una ilimitada capacidad de crecimiento. A los seis meses era del tamaño de una oveja y al año de las proporciones de un potrillo. La familia, desesperada, se preguntaba hasta dónde crecería y comenzaron a dudar de que fuera realmente un perro, especularon que podía tratarse de un animal exótico cazado por el tío explorador en alguna región remota del mundo y que tal vez en su estado primitivo era feroz. Nívea observaba sus pezuñas de cocodrilo y sus dientes afilados y su corazón de madre se estremecía pensando que la bestia podía arrancarle la cabeza a un adulto de un tarascón y con mayor razón a cualquiera de sus niños.
Pero Barrabás; no daba muestras de ninguna ferocidad, por el contrario. Tenía los retozos de un gatito. Dormía abrazado a Clara, dentro de su cama, con la cabeza en el almohadón de plumas y tapado hasta el cuello porque era friolento, pero después, cuando ya no cabía en la cama, se tendía en el suelo a su lado, con su hocico de caballo apoyado en la mano de la niña. Nunca se lo vio ladrar ni gruñir. Era negro y silencioso como una pantera, le gustaban el jamón y las frutas confitadas y cada vez que había visitas y olvidaban encerrarlo, entraba sigilosamente al comedor y daba una vuelta a la mesa retirando con delicadeza sus bocadillos preferidos de los platos sin que ninguno de los comensales se atreviera a impedírselo. A pesar de su mansedumbre de doncella, Barrabás; inspiraba terror. Los proveedores huían precipitadamente cuando se asomaba a la calle y en una oportunidad su presencia provocó pánico entre las mujeres que hacían fila frente al carretón que repartía la leche, espantando al percherón de tiro, que salió dispararlo en medio de un estropicio de cubos de leche desparramados en el empedrado. Severo tuvo que pagar todos los destrozos y ordenó que el perro fuera amarrado en el patio, pero Clara tuvo otra de sus pataletas y la decisión fue aplazada por tiempo indefinido. La fantasía popular y la ignorancia respecto a su raza, atribuyeron a Barrabás; características mitológicas.
Contaban que siguió creciendo y que si no hubiera puesto fin a su existencia la brutalidad de un carnicero, habría llegado a tener el tamaño de un camello. La gente lo creía una cruza de perro con yegua, suponían que podían aparecerle alas, cuernos y un aliento sulfuroso de dragón, como las bestias que bordaba Rosa en su interminable mantel. La Nana, harta de recoger porcelana rota y oír los chismes de que se convertía en lobo las noches de luna llena, usó con él el mismo sistema que con el loro, pero la sobredosis de aceite de hígado de bacalao no lo mató; sino que le provocó una cagantina de cuatro días que cubrió la casa de arriba abajo y que ella misma tuvo que limpiar.







Los niños escapaban corriendo, iban a esconderse para contarse todo lo que habían acumulado durante esos meses de separación. Pedro le entregaba, avergonzado, unos animalitos tallados que había hecho para ella en trozos de madera y a cambio Blanca le daba los regalos que había juntado para él: un cortaplumas que se abría como una flor, un pequeño imán que atraía por obra de magia los clavos roñosos del suelo. El verano que ella llegó con parte del contenido del baúl de los libros mágicos del tío Marcos, tenía alrededor de diez años y todavía Pedro Tercero leía con dificultad, pero la curiosidad y el anhelo consiguieron lo que no había podido obtener la maestra a varillazos. Pasaron el verano leyendo acostados entre las cañas del río, entre los pinos del bosque, entre las espigas de los trigales, discutiendo las virtudes de Sandokan y Robin Hood, la mala suerte del Pirata Negro, las historias verídicas y edificantes del Tesoro de la Juventud, el malicioso significado de las palabras prohibidas en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el sistema cardiovascular en láminas, donde podían ver a un tipo sin pellejo, con todas sus venas y el corazón expuestos a la vista, pero con calzones. En pocas semanas el niño aprendió a leer con voracidad. Entraron en el mundo ancho y profundo de las historias imposibles, los duendes, las hadas, los náufragos que se comen unos a otros después de echarlo a la suerte, los tigres que se dejan amaestrar por amor, los inventos fascinantes, las curiosidades geográficas y zoológicas, los países orientales donde hay genios en las botellas, dragones en las cuevas y princesas prisioneras en las torres. A menudo iban a visitar a Pedro García, el viejo, a quien el tiempo había gastado los sentidos. Se fue quedando ciego paulatinamente, una película celeste le cubría las pupilas, «son las nubes, que me están entrando por la vista», decía. Agradecía mucho las visitas de Blanca y Pedro Tercero, que era su nieto, pero él ya lo había olvidado. Escuchaba los cuentos que ellos seleccionaban de los libros mágicos y que tenían que gritarle al oído, porque también decía que el viento le estaba entrando por las orejas y por eso estaba sordo. (...) Un día el viejo Pedro García les contó a Blanca y a Pedro Tercero el cuento de las gallinas que se pusieron de acuerdo para enfrentar a un zorro que se metía todas las noches en el gallinero para robar los huevos y devorarse los pollitos. Las gallinas decidieron que ya estaban hartas de aguantar la prepotencia del zorro, lo esperaron organizadas y cuando entró al gallinero, le cerraron el paso, lo rodearon y se le fueron encima a picotazos hasta que lo dejaron más muerto que vivo. —Y entonces se vio que el zorro escapaba con la cola entre las piernas, perseguido por las gallinas —terminó el viejo. Blanca se rió con la historia y dijo que eso era imposible, porque las gallinas nacen estúpidas y débiles y los zorros nacen astutos y fuertes, pero Pedro Tercero no se rió. Se quedó toda la tarde pensativo, rumiando el cuento del zorro y las gallinas, y tal vez ése fue el instante en que el niño comenzó a hacerse hombre. (...)

 Aprendieron a tenerse vergüenza. Ya no competían para ver quién era capaz de hacer el charco más grande de orina y Blanca no le habló de aquella materia oscura que le manchaba los calzones una vez al mes. Sin que nadie se lo dijera, se dieron cuenta de que no podían tener familiaridades delante de los demás. Cuando Blanca se ponía su ropa de señorita y se sentaba en las tardes en la terraza a beber limonada con su familia, Pedro Tercero la observaba de lejos, sin acercarse. Comenzaron a ocultarse para sus juegos. Dejaron de andar tomados de la mano a la vista de los adultos y se ignoraban para no atraer su atención. La Nana respiró más tranquila, pero Clara empezó a observarlos más cuidadosamente. Terminaron las vacaciones y los Trueba regresaron a la capital cargados de frascos de dulces, compotas, cajones de fruta, quesos, gallinas y conejos en escabeche, cestos con huevos. Mientras acomodaban todo en los coches que los llevarían al tren, Blanca y Pedro Tercero se escondieron en el granero para despedirse. En esos tres meses habían llegado a amarse con aquella pasión arrebatada que los transtornó durante el resto de sus vidas. Con el tiempo ese amor se hizo más invulnerable y persistente, pero ya entonces tenía la misma profundidad y certeza que lo caracterizó después. Sobre una pila de grano, aspirando el aromático polvillo del granero en la luz dorada y difusa de la mañana que se colaba entre las tablas, se besaron por todos lados, se lamieron, se mordieron, se chuparon, sollozaron y bebieron las lágrimas de los dos, se juraron eternidad y se pusieron de acuerdo en un código secreto que les serviría para comunicarse durante los meses de separación. (...)









“YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE” (Pablo Milanés, 1976)


Yo pisaré las calles nuevamente

de lo que fue Santiago ensangrentada

y, en una hermosa plaza liberada,

me detendré a llorar por los ausentes.


Yo vendré del desierto calcinante

y saldré de los bosques y los lagos

y evocaré en un cerro de Santiago

a mis hermanos que murieron antes.


Yo, unido al que hizo mucho y poco,

al que quiere la patria liberada,

dispararé las primeras balas

más temprano que tarde, sin reposo.


Retornarán los libros, las canciones

que quemaron las manos asesinas.

Renacerá mi pueblo de su ruina

y pagarán su culpa los traidores.


Un niño jugará en una alameda

y cantará con sus amigos nuevos

y ese canto será el canto del suelo

a una vida segada en La Moneda.


1-Tipo de texto, género y subgénero. Estilo literario.




2-Resume el texto (para lo que, seguramente, necesitarás contexto histórico)





3-Sintetiza la idea principal en  una sola frase.




4-Señala los recursos literarios.




5-Haz el esquema métrico de las dos primeras estrofas. Indica el tipo de rima y la poesía de la que es característica.





6-Redacta el comentario completo










7-¿A qué personaje histórico se refiere la parte subrayada? ¿A qué personaje literario te recuerda? ¿A qué obra pertenece? ¿Quién es su autora?






8-Lee el discurso del político chileno Salvador Allende, pronunciado el 11 de septiembre de 1973 desde el Palacio de la Moneda. 

La Historia es nuestra, y la hacen los pueblos. (...) Seguramente Radio Magallanes será callada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!




  1. A continuación, relaciónalo con la letra de la canción de Pablo Milanés. ¿Hay referencias metaliterarias, guiños u homenajes? Señálalas




  1. Señala los recursos literarios que veas







9-Realiza el análisis sintáctico de las siguientes oraciones

La Historia es nuestra y la hacen los pueblos










Yo vendré del desierto calcinante y saldré de los bosques y los lagos












Renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán su culpa los traidores.



(...) En la perrera escribí con el pensamiento que algún día tendría al coronel García vencido ante mí y podría vengar a todos los que tienen que ser vengados. Pero ahora dudo de mi odio. En pocas semanas, desde que estoy en esta casa, parece haberse diluido, haber perdido sus nítidos contornos.
Sospecho que todo lo ocurrido no es fortuito, sino que corresponde a un destino dibujado antes de mi nacimiento y Esteban García es parte de ese dibujo. Es un trazo tosco y torcido, pero ninguna pincelada es inútil. El día en que mi abuelo volteó entre los matorrales del río a su abuela, Pancha García, agregó otro eslabón en una cadena de hechos que debían cumplirse. Después el nieto de la mujer violada repite el gesto con la nieta del violador y dentro de cuarenta años, tal vez, mi nieto tumbe entre las matas del río a la suya y así, por los siglos venideros, en una historia inacabable de dolor, de sangre y de amor. En la perrera tuve la idea de que estaba armando un rompecabezas en el que cada pieza tiene una ubicación precisa. Antes de colocarlas todas, me parecía incomprensible, pero estaba segura que si lograba terminarlo, daría un sentido a cada una y el resultado sería armonioso. Cada pieza tiene una razón de ser tal como es, incluso el coronel García. En algunos momentos tengo la sensación de que esto ya lo he vivido y que he escrito estas mismas palabras, pero comprendo que no soy yo, sino otra mujer, que anotó en sus cuadernos para que yo me sirviera de ellos. (...) Y ahora yo busco mi odio y no puedo encontrarlo. Siento que se apaga en la medida en que me explico la existencia del coronel García y de otros como él, que comprendo a mi abuelo y me entero de las cosas a través de los cuadernos de Clara, las cartas de mi madre, los libros de administración de Las Tres Marías y tantos otros documentos que ahora están sobre la mesa al alcance de la mano. (...) Quiero pensar que mi oficio es la vida y que mi misión no es prolongar el odio, sino sólo llenar estas páginas mientras entierro a mi abuelo que ahora descansa a mi lado en este cuarto, mientras aguardo que lleguen tiempos mejores, gestando a la criatura que tengo en el vientre, hija de tantas violaciones, o tal vez hija de Miguel pero sobre todo hija mía.

Mi abuela escribió durante cincuenta años en sus cuadernos de anotar la vida. Escamoteados por algunos espíritus cómplices. se salvaron milagrosamente de la pira infame donde perecieron tantos otros papeles de la familia. Los tengo aquí, a mis pies, atados con cintas de colores, separados por acontecimientos y no por orden cronológico, tal como ella los dejó antes de irse. Clara los escribió para que me sirvieran ahora para rescatar las cosas del pasado y sobrevivir a mi propio espanto. El primero es un cuaderno escolar de veinte hojas, escrito con una delicada caligrafía infantil. Comienza así: «Barrabás llegó a la familia por vía marítima...»:.

YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.

Yo, unido al que hizo mucho y poco,
al que quiere la patria liberada,
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.

Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.

Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y, en una hermosa plaza liberada,
me detendré a llorar por los ausentes.



Por si acaso alguno le pilláis el punto al REALISMO MÁGICO, os facilito algunos otros ejemplos.



EL REALISMO MÁGICO EN EL CINE