UN SONETO ME MANDA HACER VIOLANTE (Lope de Vega)
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y ëstoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy ëntrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aün sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorcë, y está hëcho.
El soneto es un poema formado por 14 versos endecasílabos repartidos en dos cuartetos y dos tercetos. Tiene rima consonante y su esquema métrico es ABBA, ABBA, CDC DCD (aunque los tercetos pueden variar).
Se hace muy popular en Italia desde el siglo XIII y en el siglo XIV encontramos obras maestras con esta forma, como los sonetos amorosos de Dante Alighieri (dedicados a su amada Beatrice) o, sobre todo, Petrarca, gracias a cuyo Cancionero el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
En España el primero en intentar adaptarlos es el Marqués de Santillana, con resultados dispares.
El primer poeta español en conseguir absoluta brillantez en sus sonetos es Garcilaso de la Vega, como podemos ver en este ejemplo:
SONETO V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
SONETO XXIII
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
A partir de entonces, se convierte en la forma métrica más habitual en la poesía culta, tanto en el Renacimiento como en el Barroco. Por ejemplo, podemos ver este soneto de Luis de Góngora con una referencia metaliteraria al anterior de Garcilaso:
EN TANTO QUE DE ROSA Y AZUCENA
Mientras por competir con tu cabello,oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Otro que merece la pena tener en cuenta es este soneto místico de autor desconocido:
A CRISTO CRUCIFICADO
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Pues esta serie de adaptaciones es la parte más interesante del proyecto Un cancionero petrarquista.
Es decir, conseguir que esta estructura métrica se ajuste a nuestro lenguaje y nuestro tiempo.
Te ofrecemos algunos ejemplos a continuación:
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beberveneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor: quien lo probó lo sabe.
(Lope de Vega)
Monógamo, ruin, disparatado,
cicatero, ridículo, mezquino,
absurdamente absurdo, muy cansino
y encima de cornudo, apaleado.
Cuatro días de sol, veinte nublado,
Tomar, por jamón del bueno, tocino,
tener que dejar por el otro el vino,
los canutos, la sal, hasta el helado.
Y qué bonito dormir en pelotas,
uña y carne; de tu tos, el jarabe,
cursi hasta las más vomitivas cotas.
Creer que un te quiero en un wasap cabe,
mi sueldo por regalarte unas botas,
esto es amor: quien lo probó lo sabe.
(Víctor Martín Iglesias)
A TRABAJOS FORZADOS
A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.
Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.
(Antonio Gala)
PUNTOS SUSPENSIVOS
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos
(Joaquín Sabina)
(Joaquín Sabina)
(LUIS RAMIRO)
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