miércoles, 11 de mayo de 2022

Los puntos de vista o la FOCALIZACIÓN







 

Estas viñetas, oportuna para Tutoría o, en general, para eso tan importante en la vida de PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO... nos permite introducir un tema importante en la narración: Los puntos de vista.


Como sabes, la realidad muchas veces es subjetiva y depende mucho del punto de vista: 
Eso afecta a las diferentes narraciones, que estarán influidas por el punto de vista o incluso el carácter de cada personaje:


Esto mismo, en las narraciones literarias, se conoce como FOCALIZACIÓN:

SLIDESHARE sobre la focalización literaria.

Existen muchos ejemplos cuyo uso de la focalización puede ser interesante. 

  LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS (un cuento perfecto narrado desde el punto de vista de un niño que pierde la inocencia durante el final de la II República y al comienzo de la Guerra Civil).

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS

La acción se narra desde el punto de vista de Bruno, el hijo de ocho años de un militar de alto rango nazi. Él y su familia se ven obligados a abandonar Berlín cuando a su padre lo destinan para trabajar en el campo de concentración de Auschwitz. El joven desde la ventana de su habitación puede vislumbrar varias casas y muchas personas que visten “pijamas de rayas”. La inocencia característica de un niño de su edad le hace creer que son granjeros, cuando en realidad son los judíos presos del campo. 

LIBRO COMPLETO EN PDF. 

FICHA DE LECTURA EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS.

FICHA 2.

 

HAMNET (Maggie O´Farrell)


Para la mayoría de críticos, Hamnet fue el libro del año 2021. (En este enlace puedes leer la reseña en Babelia de Marta Sanz sobre el libro)

Hamnet cuenta la vida de la familia de uno de los escritores o quizá el escritor más famoso de toda la Historia... William Shakespeare. Sin embargo, focaliza la historia en un ángulo distinto al habitual, centrándose en la mujer del autor, Agnes, de quien por primera vez conocemos su punto de vista.

En este caso, no es una narración en primera persona (el narrador es el más habitual: externo y omnisciente) pero sí con un foco diferente, que se centra en los personajes que han sido siempre secundarios: la mujer y los hijos del marido famoso y ausente (hasta el punto de que el nombre de William Shakespeare no aparece ni una sola vez en la novela).

 PENÉLOPE Y LAS DOCE CRIADAS (Margaret Atwood)

Similar a Hamnet, aunque muy anterior, en este caso Penélope, conocida por ser la mujer de Odiseo o Ulises, nos narra su vida con su propia voz, mostrándonos cómo la cara oculta de la épica de 2 las obras más importantes de la literatura clásica, La Ilíada y La Odisea (es decir, la mujer que se queda en casa 20 años esperando a que su célebre marido vuelva de la Guerra de Troya) puede ser igual de interesante...

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE

La historia está escrita en primera persona por Christopher John Francis Boone, un chico de 15 años con un trastorno del espectro autista y que vive en un pueblo de Reino Unido. Allí, tiene que convertirse en un "héroe por accidente" y transformarse en un improvisado detective para resolver un misterio. 

Christopher es un niño de quince años con un trastorno del espectro autista (ASPERGER, según el autor). Vive con su padre desde la muerte de su madre dos años antes. Un día, descubre el cadáver del perro del vecino y se convierte en sospechoso. En parte para demostrar su inocencia y en parte para resolver el misterio se pone a investigar. 

Evidentemente, si ya resulta difícil cuando un novato o un aficionado tiene que "meterse a policía"... esto se acentúa si es un adolescente que ve la vida de forma diferente a los demás. Por ejemplo, es incapaz de reconocer y comprender las expresiones faciales o sentimientos y tiene dificultades para entender las metáforas y los chistes. Le gustan las cosas concretas, las listas y los hechos, tiene miedo de los extraños y de los lugares desconocidos, y su sueño favorito es aquel en el que toda la gente "normal" (aquellos que no son como él) están muertos y él tiene libertad de ser como es sin gente que lo moleste. (...) 

A lo largo de sus aventuras, Christopher lleva un registro de sus experiencias en un libro, titulado El curioso incidente del perro a medianoche." Es decir, que es interesante tanto por el ejercicio de focalización como por la metaliteratura y, sobre todo, por enseñarnos cómo ve, siente y se expresa un niño muy inteligente que se siente poco comprendido por el resto.


JOJO RABBIT


Muy similar a la anterior aunque en este caso se trata de una comedia con humor muy negro desde el punto de vista de un joven nazi que tiene un amigo invisible... que es el mismo Hitler.


Relato de mi alumna Laura Morillo cuando estaba en 3ºESO:

Si os soy sincero, nunca fue sencillo esto de ser cielo: amanezco y atardezco, y conmigo lo hace el mundo. Desde luego, no es tarea fácil.
Os sorprendería lo ajenos que son día y noche, las diferentes historias que traen, cómo se mezclan tragedias y comedias, como las primeras eclipsan siempre a las segundas.
Aun así, tras toda una vida siendo cielo, cuando más lloré, cuando más lloví, fue con la historia de Romeo y Julieta. Siempre quise verles disfrutar de mis atardeceres. Siempre supe que no les daría tiempo.
Todo empezó con la famosa fiesta de las máscaras que año tras año organizaban los Capuleto. Recuerdo que Romeo se coló, sin saber que se metía de lleno en la boca del lobo, de uno muy hambriento. Como no podía ser de otro modo, fue a enamorarse de la menos indicada.
Me acuerdo de cómo me sentía yo, mientras ellos no conocían el apellido de quien besaban y yo veía cómo empezaban a amar al enemigo. Crearon momentos que luchaban consigo mismos, sin saber qué sensación generarme. Debatiéndose entre ponerme tenso, escandalizarme o aceptarlos como bonitos. Sin saber que probaban los labios del contrincante.
Cuando fueron conscientes, maldijeron sus apellidos y ser quiénes eran. Aunque sin dejar de besarse. Yendo más lejos: planeando casarse.
Pero el curso del río sigue y un par de piedras nunca fueron ni son suficientes para frenar un río que ruge con fuerza. Para el resto, el enemigo seguía siéndolo, ese día y todos, mientras yo siguiera amaneciendo.
Hasta entonces no había llorado. Claro que había llovido, y claro que los poetas creen que cada vez que lo hace es porque lloro. Pero no. Cuando os lloro se me ponen los ojos rojos. Porque, ¿quién se va a quedar a observarme si si me mira se cala?
Ni los poetas que dicen amar la lluvia se quedan a observar que no es llanto.


Por un lado, querían darle a Julieta un matrimonio adecuado a su rango; se casaría con el Duque París. Adjudicada. Adjudicado.
Por el otro, una guerra entre familias salpicaba al más sano de esta historia, el que conocía el curso del río y lo seguía; el mejor amigo de Romeo. El rayo de esperanza que moría el primero. Y como es sabido, la esperanza es lo último que se pierde. Pues ya estábamos perdidos. Ya estábamos tocados. Sólo nos tocaba hundirnos.
Romeo buscó venganza, y mató al que le dejó sin mejor amigo y al que nos dejó sin esperanza. Desesperado.
Mató al primo de su adorada Julieta. Exiliado.
Porque ni el amor pudo unificar lo enfrentado.
Dos desgracias paralelas que al día siguiente se cruzaron. Choque. Colisión. Daños.
Bien es cierto que cuando le contaron de la muerte de su primo, y de quien fue el asesino, Julieta se cuestionó y preguntó los motivos. Aunque dos toques en su ventana, bastaron para que le perdonara.
Pero como ya he dicho, el río sigue su curso, el caudal no para.
Romeo exiliado. Julieta prometida.
Romeo obligado. Julieta forzada.
Y pobre de quién intentara luchar contra el río.
Eso sí, Julieta por lo menos, podía huir de su destino. Durmiendo parcialmente, haciéndole al mundo creer que era en paz, o para siempre.
Le enviaron una carta a Romeo, esperando cordura de alguien que amaba con locura, de alguien que era de palabra y había jurado un hasta la muerte. Sin tener en cuenta que la gente toma titulares como noticias. Así que fue a verla, creyéndola definitivamente muerta.
Sinceramente, si yo no estuviera pendiente de su historia, si no la observase desde primera fila, tampoco hubiera entendido que era solo actuado.
Al explicar lo que ahora viene, me nublo (algo parecido a vuestro nudo en la garganta antes de llorar): Romeo la vio muerta y fue con ella que, como no lo estaba, despertó, y al ver morir a su amor, le siguió. La serpiente que se muerde la cola. Historia de amor fallida. Sepultada. Fallecida.

Y por eso desde entonces en Inglaterra llueve tanto: soy yo recordando que nunca les podré dedicar el atardecer que les sigue esperando. 

miércoles, 4 de mayo de 2022

LAS CRÓNICAS PERIODÍSTICAS: qué son y cómo -demontres- se hacen


EN EL APOCALIPSIS, PASA LO DE SIEMPRE 
Escribo esto desde un tren de alta velocidad detenido en algún punto entre Madrid y Barcelona. Por las ventanillas de mi derecha veo campo. Alfalfa, creo. Por las de la derecha más campo y un pequeño pueblito a lo lejos. Hace seis horas y media el tren se ha detenido y pocos minutos después nos han informado por megafonía de que se ha ido la luz. No hay electricidad para que el tren siga avanzando. Yo y los demás pasajeros —cerca de 450 personas— estamos atrapados en medio de la nada. No tenemos cobertura. Algunos dicen que es porque ha caído todo. Otros que es por donde estamos, que aquí nunca suele haber. Buscaría en internet si tienen razón los unos o los otros pero, efectivamente, no puedo hacerlo. No hay datos para llamar, no hay internet. Esto es lo que hay: el apocalipsis. Y bueno, sí, ante el apocalipsis, está pasando lo de siempre.

La gente empieza a decir que es un ciberataque. Alguien dice que nosequién le ha dicho que esto va para largo. Una voz desde cabina nos informa de que van a “apagar el tren”. Si gastan la reserva de energía para el aire acondicionado el tren no podrá arrancar de nuevo cuando vuelva la electricidad. Y el tren se apaga.

El aire empieza a calentarse. La temperatura sube y Pol hace acto de presencia. Pol es el jefe del equipo de azafatos del tren. Sé su nombre porque lleva una chapita con el nombre escrito. Es un tipo paciente, amable. Va arriba y abajo informando de la situación con un megáfono a pilas. En español e inglés. Nos dice que la temperatura va a subir, que aquellos que tengan una maleta con ropa se cambien, que se pongan algo fresquito. Usa esta palabra, “fresquito”. Se agradece su naturalidad. Nos promete agua. Una señora grita en alto: “¡gracias!”.

Un bebé llora. Un joven está teniendo un ataque de ansiedad. Lo estiran, le abanican en la cara, para que le dé el aire. Se oye al fondo un perro ladrar.

El bueno de Pol nos informa que no puede abrir las puertas porque ha abierto cuatro de ellas para que corra el aire y le han bajado furtivamente ya varios pasajeros. Ansias de libertad. Nos quedamos solo con las cuatro puertas abiertas que pueden controlar los cuatro azafatos de los que dispone.

Y entonces, algo inesperado: el baño es eléctrico. Esta sí que no nos la esperábamos. El baño no puede absorber más pis porque al parecer necesita corriente eléctrica para ello.

Pasan las horas. El bebé ha dejado de llorar. Lo han dejado en pañales, bien “fresquito”. El del ataque de ansiedad está bien y Pol y su equipo nos reparten un poco de agua. Hay vasos para todos y una botella cada cuatro. Toca a vaso y medio de agua por persona. Nada mal.

“Nos hemos vuelto muy blandengues”, dice un señor mayor, “nos falta el aire, nos falta el aire... ¡Venga ya! ¡Los que están en el campo trabajando no se quejan tanto!”. Seguramente no le falta razón. Tampoco le falta razón a la doctora que se acerca a la abuela a la que se le están hinchando las piernas. Le dice que de momento todo bien pero que estará vigilando a ver cómo avanza el tema.

Pol quiere que quien tenga pis pueda hacerlo. Sería tan fácil como salir a mear al campo pero al parecer —y no nos habíamos dado cuenta hasta ahora, la verdad— hay dos metros entre el vagón y el suelo. Pol necesita una escalera. Y consigue una escalera. Están por aquí escondidas, entre nosotros, se ve que son para emergencias y se ve también que esto es una emergencia. Mira tú. Ya con la escalera organiza la cosa: Dos personas abajo como máximo, por turnos. La cola es automática. Hay ganas de hacer pis. Hay ganas de campo. Hay ganas de un poco de aire de campo mientras haces pis. Y así estamos.

“Si fuera por mí, llamo a los SWAT”, dice Pol con su megáfono. Si es que hay que quererle.

Pasan algunas horas más. Ha llegado la Guardia Civil. Un coche, dos agentes. No le tengo yo mucho aprecio a las Fuerzas de Seguridad del Estado (porque esto de la fuerza no acaba nunca de ser bueno) pero la verdad es que son muy efectivos. Tranquilizan a la gente. Su presencia hace posible que podamos salir del tren sin la excusa de la bufeta llena. Y salimos. Bajamos las escaleritas de emergencia y salimos todos o casi todos. Hay tres metros de piedrecitas entre el vagón y la valla que separa la vía del campo. Nos sentamos sobre las piedrecitas y vemos el tiempo pasar ante nosotros mientras Pol nos pide, por favor, que no nos desperdiguemos demasiado.

Y aquí estoy yo, con mi ordenador al límite de la batería, sintiéndome el cronista del fin del mundo. Y ante mí, como decía, pasa lo de siempre: Cuando la situación se complica, lo humano prevalece. Hace calor, tenemos hambre, no sabemos cuántas horas vamos a estar aquí incomunicados pero seguimos siendo personas. Con algunos defectos y muchas virtudes. Porque la doctora revisa el estado de salud de la abuela cada poco, un pelotón de gente hace muecas al bebé casi por turnos y en la escalerita para bajar los jóvenes ayudan a los mayores a salir. A esto lo llamo yo estar vivo y pertenecer a un grupo llamado humanidad. Porque aunque recibamos a diario decenas de noticias que dicen lo contrario, cuidarse es lo natural entre personas. Incluso entre personas desconocidas entre sí.

Escribo las últimas líneas de esta mediocre crónica de batalla viendo llegar una furgoneta. De su interior salen tres personas. Son vecinos del pueblito que vemos a lo lejos. Se han enterado de que estamos aquí atrapados y nos traen agua y comida. Lo que no saben es que traen con ellos algo más. Llámalo esperanza en el ser humano. Llámalo orgullo. Yo qué sé. Yo ya no sé lo que me digo.

(Eduard Sola sigue parado en algún lugar entre Madrid y Barcelona. Ha podido enviar este texto gracias a los datos de una turista japonesa que, muy amablemente y traductor mediante, ha compartido con él la poca cobertura que tenía.)
EDUARD SOLA. 29/04/2025. EL PAÍS.






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Como sabes, los textos expositivos se limitan a dar información de forma objetiva. Por ejemplo, los manuales de instrucciones, las recetas de cocina, los reglamentos, etcétera...
Las noticias, en principio, tienen como principal función INFORMAR, a ser posible, DE FORMA OBJETIVA.
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Por otra parte, los textos argumentativos intentan convencer de una opinión subjetiva mediante el uso de razones (o argumentos).

Contienen una (o varias) tesis, al principio o al final y normalmente remarcada con una conclusión que resuma los puntos más importantes.
Por ejemplo los artículos y columnas de opinión, el editorial, las reseñas o críticas, etcétera...
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Además, existen textos híbridos o textos mixtos, es decir, que mezclan información y opinión: por ejemplo, aunque la principal función de las noticias debe ser transmitir información (respondiendo a las preguntas qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué), pueden enfocarse de distintas maneras y dejar traslucir diferentes formas de entender el mundo.


El mejor ejemplo de texto híbrido (en el que tiene tanta importancia la información como la opinión) son las crónicas, que es el subgénero periodístico que vamos a estudiar y practicar ahora.
Las crónicas
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Una crónica es una noticia narrada de forma subjetiva, normalmente contando los hechos según van sucediendo a lo largo del tiempo.
De esta forma, el periodista añade a la narración de los hechos (presentación objetiva) su propia interpretación personal (valoración subjetiva).


Son ejemplos de crónicas la crítica de los conciertos, las narraciones de viajes, la narración de acontecimientos deportivos o la valoración personal de eventos sociales o culturales como la Semana Santa, festivales de cine o música, etcétera...






Para hacer una crónica hay que seguir los pasos que se indican a continuación:
  1. ELEGIR bien el tema. 
Toda crónica debe partir de un tema de actualidad (que, por tanto, pueda interesar a los lectores) y que te llame la atención, para que así y puedas aportar una opinión personal interesante (que no se limite a informar de hechos).

*A veces se opta por lo contrario: elegir un tema del que no se sabe nada para irlo aprendiendo a la vez que el lector… Puede ser una elección muy divertida pero quizás sea más difícil para empezar...

  1. RECOPILAR información sobre el tema,

Directamente (mediante entrevistas o encuestas, lo que se llama "trabajo de campo") o consultando la prensa y otros medios.


  1. ORGANIZAR la redacción mezclando información y opinión  e 
    intentado que resulte tan interesante como divertida o entretenida a los lectores.


La estructura más habitual (pero ni mucho menos obligatoria) para elaborar una crónica es esta:
-Comenzar por la información objetiva sobre los hechos, como si se tratara de una noticia.
-Dar una visión o una opinión más personal que se fije en los detalles y la valoración personal.
-Cierre en el que se resume lo más importante.
A menudo, la crónica no solo mezcla información y opinión, sino que combina la narración y la lírica, pues cuenta las cosas de forma poética... Esto puede ser una de tus referencias.
Aunque, de todas formas, la mejor forma de hacer crónicas es practicando.
Busca un tema que te interese y escribe tu propia crónica:
la puedes hacer de Carnavales, la Semana Santa, un partido de fútbol, una obra de teatro, una excursión, un taller del instituto…