miércoles, 1 de noviembre de 2023

"UN PAÍS VALE LO QUE VALE SU PRENSA"

 El móvil, la vida.

Álvaro Prieto —18 años, modélico chico, hijo modelo— salió una tarde de su casa en Córdoba a pasar una noche de fiesta en Sevilla con idea de volver en el primer tren de la mañana, pero se le quedó el móvil sin batería y acabó muerto, electrocutado entre dos vagones de un convoy averiado, tras colarse en las tripas de la estación de Santa Justa. La frase es larga a conciencia para dejar sin resuello a quien la lea. Porque la tragedia que ha conmocionado a España esta semana es así. Todo lo frenética, increíble, absurda e imprevisible que puede ser la muerte de un adolescente de los de aquí y de ahora para quienes el móvil es la vida. Al morírsele el teléfono, Álvaro se quedó él mismo en suspenso. Gripado. Sin billete. Sin dinero. Sin tarjeta. Sin contactos. Sin recursos. Completamente desnudo perfectamente vestido con su pantalón de loneta crema, sus deportivas último grito y su camisa de lino verde agua de niño bien de toda la vida.

No estaba solo. Lo rodeaban cientos de personas. Pudo pedir ayuda. Se la brindaron, de hecho, ofreciéndole un cargador, y la rechazó, en la primera de la serie de ilógicas decisiones que acabaron con su vida. Ese es el error. Aplicar la lógica adulta a un chaval quizá regido por la ley del yo puedo, yo controlo, yo soy mayor, yo me basto, yo tengo 18 años. Esa cantinela que escuchan a la vez orgullosos y horrorizados tantos padres a los que se les abren las carnes al ver salir a sus hijos por la puerta y no se les cierran hasta que vuelven a entrar por ella. Seguro que a los de Álvaro les dolía la boca de decirle que llevara efectivo, una tarjeta, una batería extra, algo, por si acaso. Nada que hacer frente a quien se cree inmortal y no ve más peligro que ser pillado en falta o haciendo el ridículo. Así murió el joven Prieto. Abrasado por la impaciencia de salir él solito del apuro. Para que no le echaran la bronca. Para que le dejaran volver a salir de fiesta. Para probarse a sí mismo. Así le recordarán los suyos. Eternamente joven, guapo y buen niño, como en el último selfi con su amigo en la discoteca y el último wasap a casa diciéndoles “tranquilos; estoy en camino”. Descanse en paz. Sus padres ya no podrán hacerlo.

LUZ SÁNCHEZ-MELLADO El País, 19/10/ 2023


1. 1.Haz un resumen del texto: escribe un único párrafo de entre cinco y ocho líneas que muestre de forma breve pero completa lo que dice el autor del texto. Debe estar redactado en 3ª persona y no utilizar frases textuales. 



1.2.Enuncia el tema de este texto utilizando un GN, cuyo núcleo sea un sustantivo abstracto, con tantos CN como sea necesario para acotar la intención del autor. 


1.3.- Determina la estructura del texto (señala las partes en que puede dividirse el texto en función de su contenido explicando por qué) y, si puedes, indica qué nombre recibe. 

1.4-¿Cuál es la principal intención comunicativa del autor? ¿Qué modalidad textual predomina? ¿Por qué? ¿Hay alguna otra que tenga importancia? Señálalas (puedes dividirlas en secuencias) y explica por qué.

1.5-Teniendo en cuenta lo anterior, señala dos rasgos propios de esa modalidad textual.

1.6. ¿Se trata de un texto adecuado, cohesionado y coherente? Señala al menos dos anáforas y dos catáforas. También puedes indicar la repetición de un recurso retórico sobre el que está construido el texto. Atiende principalmente a la progresión temática, el campo semántico y señala los conectores, el uso de recurrencia semántica (con sinónimos totales o parciales), mecanismos de recurrencia o repetición (mediante hipónimos o hiperónimos) y si hay cohesión gracias a referencias, conjunciones, elipsis o repeticiones.


1.7. Sustituye las palabras en negrita por sinónimos.



1.8. ¿Te parece un artículo que transmita de forma convincente su opinión? ¿Por qué? ¿Con qué estás más de acuerdo? ¿Con qué menos? Plantea preguntas y, a ser posible, da respuestas propias en torno al tema desarrollado. También puedes ampliar un tema secundario.

En cualquier caso, elabora un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado.


                                                           El móvil, la vida.

Álvaro Prieto —18 años, modélico chico, hijo modelo (PARALELISMO/REITERACIÓN)— salió una tarde de su casa en Córdoba a pasar una noche de fiesta en Sevilla con idea de volver en el primer tren de la mañana (SIGUIENTE) (DEIXIS TEMPORAL), pero se le quedó el móvil sin batería y (Álvaro Prieto) acabó muerto, electrocutado entre dos vagones de un convoy averiado, tras colarse (Álvaro Prieto) en las tripas de la estación de Santa Justa. La frase (ANTERIOR) es larga a conciencia para dejar sin resuello a quien la lea. Porque la tragedia que ha conmocionado a España esta semana (DEIXIS TEMPORAL) es así. Todo lo frenética, increíble, absurda e imprevisible (GRADACIÓN) que puede ser la muerte de un adolescente de los de aquí y de ahora (DEIXIS TEMPORAL) para quienes el móvil es la vida (METÁFORA). Al morírsele el teléfono, Álvaro (PRIETO) se quedó él mismo en suspenso. Gripado. Sin billete. Sin dinero. Sin tarjeta. Sin contactos. Sin recursos. Completamente desnudo perfectamente vestido (PARADOJA) con su pantalón de loneta crema, sus deportivas último grito y su camisa de lino verde agua (PARALELISMO) de niño bien de toda la vida. (Álvaro Prieto) No estaba solo. Lo rodeaban cientos de personas. (Álvaro Prieto) Pudo pedir ayuda. Se la brindaron, de hecho, ofreciéndole un cargador, y (Álvaro Prieto) la rechazó, en la primera de la serie de ilógicas decisiones (----->CATÁFORA) que acabaron con su vida. Ese es el error (---->CATÁFORA). Aplicar la lógica adulta a un chaval quizá regido por la ley del yo puedo, yo controlo, yo soy mayor, yo me basto, yo tengo 18 años (PARALELISMO) . Esa cantinela que escuchan a la vez orgullosos y horrorizados (PARADOJA) tantos padres a los que se les abren las carnes al ver salir a sus hijos por la puerta y no se les cierran (ANTÍTESIS) hasta que vuelven a entrar por ella. Seguro que a los (PADRES) de Álvaro (PRIETO) SINONIMIA REFERENCIAL les dolía la boca de decirle que llevara efectivo, una tarjeta, una batería extra, algo, por si acaso. Nada que hacer frente a quien se cree inmortal y no ve más peligro que (EL PELIGRO DE) ser pillado en falta o haciendo el ridículo. Así murió el joven (ÁLVARO) Prieto (SINONIMA REFERENCIAL). Abrasado por la impaciencia de salir él solito del apuro. Para que no le echaran la bronca. Para que le dejaran volver a salir de fiesta. Para probarse a sí mismo. Así (CATÁFORA----->) le recordarán los suyos. Eternamente joven, guapo y buen niño, como en el último selfi (DEIXIS TEMPORAL) con su amigo en la discoteca y el último wasap a casa diciéndoles “tranquilos; estoy en camino”. Descanse en paz (Álvaro Prieto). Sus padres ya (DEIXIS TEMPORAL) no podrán hacerlo.

LUZ SÁNCHEZ-MELLADO El País, 19/10/ 2023


SIN RESPETO NI DECENCIA


BULOS O "FAKE NEWS"


EXAMEN DE COHERENCIA Y COHESIÓN RESUELTO

Diana Quer y la culpa de todos






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(…) Tras su desaparición se produjo tal cúmulo de suposiciones (…) que casi nadie quería pensar en un desenlace horrible y simplista: a Diana la había matado un tipo miserable, como tantos depredadores que cada año se pasean por el mundo segando la vida de alguna mujer. Y mientras ese desalmado hacía vida normal, muchos tejían historias imposibles de fugas juveniles, de huidas de película.1º


Los medios, las redes y la chismología se habían apresurado a hacer un retrato de la desaparecida que casaba muy bien con el arquetipo de la aventurera de novela. (…). No sabíamos si Diana estaba viva o muerta, pero sí que había padecido bulimia, que a veces discutía con su madre, que ella y su padre habían tarifado por asuntos relacionados con la custodia de las crías. Nada extraordinario, vaya, pero daba igual porque había que rellenar páginas de sucesos y minutos de tele. Mientras el paradero de Diana era una incógnita, el país entero sometía su entorno a una radiografía moral tan monstruosa, a un escrutinio tan detallado, que ninguna familia del mundo habría podido pasar con nota semejante examen.

Ahora que ha aparecido el cadáver de la pobre chica, nos damos cuenta de que Diana era una chica normal, y su familia una familia corriente, con sus luces y sus sombras, como todas las familias del mundo. Pero es demasiado tarde. Ya hemos multiplicado el dolor (…).

Miren, cuando una persona desaparece, las fuerzas de seguridad tienen la obligación de investigar hasta el trozo más pequeño de su vida, pues en un detalle insignificante puede estar la llave maestra de un caso. Pero los medios no tienen por qué hacer lo mismo. La familia de Diana no sólo la ha perdido a ella. Ha perdido su intimidad, su privacidad, su derecho a tener pequeños secretos. Quizá haya que hacer examen de conciencia. Quizá haya una parte de este espanto del que todos somos culpables.


Marta Rivera De la Cruz, El Español, 8 de enero de 2018



1.       Establecimiento del tema del texto, breve resumen de su contenido y descripción y explicación del esquema organizativo –partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas- (4 puntos).


2.       Comente los aspectos más relevantes de la cohesión gramatical en el texto. (3 puntos)


3.       Comente los aspectos más relevantes de la cohesión léxica en el texto. (3 puntos)



A continuación, vamos a realizar el comentario crítico del texto titulado “Diana Quer y la culpa de todos”, publicado en el periódico de tirada nacional El Español, concretamente el pasado 8 de enero de 2018 por Marta Rivera de la Cruz.

En primer lugar, debemos distinguir el tema o idea principal de este artículo. En este caso, se trataría de una crítica contra el tratamiento de la prensa de la desaparición de Diana Quer.


Para ello, en resumen, la autora enumera distintas opiniones y suposiciones que hubo sobre la desaparición de Diana Quer y cómo se han visto a rectificar al aparecer la verdadera información con la noticia de la chica muerta (con lo que queda demostrado el “amarillismo” de los rumores sobre la relación con los padres, el exnovio, etc.). 

La autora anima a reflexionar sobre la excesiva facilidad con que los medios de comunicación se creen con derecho a inventar sobre la vida de las personas y les conmina/invita a aprender de sus errores y no volver a inmiscuirse ni inventar datos, especialmente sobre las víctimas y sus familias.


A continuación proseguiremos con el estudio de las propiedades del texto. Evidentemente, se trata de un texto adecuado, escrito en un registro culto, aunque de manera sencilla (incluye incluso algunas expresiones coloquiales), dado que se trata de un artículo en prensa para público no especializado y, por tanto, pretende (y consigue) ser entendido por casi cualquier lector. 

Lógicamente, es un texto escrito en un castellano correcto, sin faltas de ortografía ni errores de expresión y que se lee con facilidad gracias a su coherencia y cohesión, propiedades que desgranamos a continuación.


Es un buen momento para recordar el concepto de coherencia: se trata de una propiedad textual que manifiesta las relaciones de significado de todos los elementos que componen el texto.


En cuanto a la estructura externa, podemos afirmar que el artículo se divide en dos partes: un titular (“Diana Quer y la culpa de todos”) y un cuerpo argumentativo de veintidós líneas divididas en cinco párrafos de desigual extensión.


Respecto a la estructura interna, podemos dividir el contenido del texto en tres partes: una introducción de la línea 1 a la 5, donde encontramos como idea principal la desaparición de Diana Quer y su desenlace y, como idea secundaria, las historias sobre dicha desaparición; una segunda parte que sería el desarrollo (líneas 6-16), que tiene como idea principal el desconocimiento sobre el paradero de la chica y, como idea secundaria, la información sobre la familia; y la última parte, la conclusión (líneas 17-22), donde la idea principal es la reflexión sobre el comportamiento de la prensa y de la sociedad y cuya idea secundaria es el trabajo de las fuerzas de seguridad y el de la prensa. En esta última parte, podemos señalar la tesis, concretamente en las líneas 21 y 22: “Quizá haya que hacer… culpables”. Al encontrarla expresada, la clasificamos como tesis explícita. Y, al encontrarse al final del artículo, podemos afirmar que la estructura del mismo es sintetizante o inductiva.


La autora, para defender su tesis, se apoya en argumentos de ejemplificación, como lo dicho en las líneas 8-10 (información sobre la vida personal de Diana), y argumentos de contraste: en las líneas 3 a 5 compara la realidad con lo que pensaba la gente sobre su desaparición o huida; y en las líneas 11-13 contrasta la vida familiar de Diana con la de cualquiera de los lectores.


Por último, diremos que la progresión temática de este texto es de tema constante ya que aparece a lo largo de todo el texto el tema del comportamiento de la sociedad durante la desaparición de Diana Quer, completado por diferentes remas: 1) las historias inventadas, 2) los rumores, 3) la realidad y 4) la invitación a la reflexión después de todo esto.

Así pues, y para terminar, podemos afirmar que se trata de un texto coherente puesto que todos sus elementos están bien relacionados y el artículo presenta unidad de significado.


A continuación, pasamos a analizar la COHESIÓN del artículo. Entendemos por cohesión la propiedad textual que relaciona los elementos lingüísticos del texto mediante mecanismos léxico-semánticos, gramaticales y lógicos.


Empezaremos analizando la cohesión léxico-semántica. En primer lugar, diremos que el texto presenta las siguientes recurrencias: “Diana” (titular, 2, 8, 11, 14, 19), “todos” (titular, 21), “mundo” (3, 16), “vida” (3, 18), “medios” (6, 19), “familia/s” (13, 15, 15, 16, 19), “examen” (13, 21), “chica” (14, 15), “pequeño/s” (18, 19), “ha perdido” (dos veces en la 20). De entre todas estas repeticiones, podemos señalar como palabras claves “Diana” y “familia”, puesto que recogen el significado global del texto.

También en lo referido a repeticiones, podemos encontrar, al menos, tres familias léxicas: la de “culpa” (titular”) y “culpables” (22); la formada por “desaparición” (1) y “desaparecida” (6); y la de “vida” (4) y “viva” (8).

En cuanto a sinónimos, apreciamos varias parejas y tríos: “suposiciones” (1) e “incógnita” (11); “tipo miserable” (2), “depredadores” (3) y “desalmado” (4), que serían sinónimos contextuales; “radiografía moral” (12), “escrutinio” (12) y “examen” (13); “normal” (15) y “corriente” (15); o “trozo” (18) y “parte” (22).

Respecto a los antónimos, no encontramos tantos ejemplos; aún así, podemos señalar los siguientes emparejamientos: “todos” (titular) y “nadie” (1), “viva” y “muerta” (en la 8),  “madre” y “padres” (ambos en la línea 9), “extraordinario” (10) e “insignificante” (18) o “luces” y “sombras” (ambos en la 15).


Por lo que concierne a la hiperonimia, podemos afirmar que no destaca mucho en el texto. Únicamente se aprecia el hiperónimo “persona” (17) con los hipónimos: “un tipo miserable” (2), “mujer” (3), “madre” (9), “padre” (9), “crías” (10) y “chica” (14).


Seguimos comentando los campos semánticos, donde encontramos algunos más significativos que otros respecto al contenido del mensaje. Por una parte, está el de la familia (13): “madre” (9), “padre” (9), “crías” (10). También vemos el de la prensa, con términos como “medios”, “redes”, “chismología” (los tres en la línea 6), páginas de sucesos” (10-11) y “tele” (11). Otro campo semántico es el de la cultura, con vocablos como “desenlace” (2), “historias” (4), “fugas juveniles” (4), “huidas de película” (4-5), “arquetipo” (7), “aventurera de la novela” (7). Asimismo, el campo semántico más importante sería el del caso de Diana Quer, donde incluimos palabras como “Diana Quer” (titular), “desaparición” (1), “suposiciones” (1), “desenlace” (2), “un tipo miserable” (2), “depredadores” (3), “desalmado” (4), “paradero” (11), “cadáver” (14), “dolor” (16), “fuerzas de seguridad” (17), “caso” (19).


Este último campo semántico se erigiría como isotopía léxica del texto, pudiendo añadirle términos como “viva” (8), “murta” (8), “madre” (9), “padre” (9), “custodia” (9), etc.

Para terminar, señalaremos algunas figuras retóricas destacables. Es el caso de las metáforas, que podemos encontrar en “tejían historias” (4), para expresar la creatividad en cuanto al paradero de Diana; “habían tarifado” (9) cuando habla de la custodia para criticar la falta de acuerdo entre los padres por la manutención de las hijas; “radiografía moral” (12) para hablar del análisis de su vida que se hizo a esta familia; “pasar con nota semejante examen”, relacionado con la metáfora anterior por parecer que esta familia tuviera que aprobar el examen de familia perfecta que tiene la sociedad; o “hacer un examen de conciencia”, donde compara la preparación para el sacramento de la reconciliación con la reflexión que debe hacer la sociedad sobre la conducta que ha mostrado ante este caso. Otras figuras que podemos apreciar, menos significativas, son el paralelismo y la anáfora de las dos últimas oraciones del texto: “Quizá haya...” (21-22).


Pasamos a continuación a analizar los mecanismos gramaticales y lógico-sintácticos que dan cohesión a este artículo.

En primer lugar, analizaremos las deixis o elementos de foricidad externa. Así pues, no encontramos ejemplos relevantes de deixis de lugar. Sí los hay de tiempo, de los que encontramos los adverbios “ahora” (14), “tarde” (16) y “ya” (16); el sintagma nominal “cada año” (3); y todos los verbos del texto, que comentaremos en su apartado correspondiente.

Para terminar de analizar las deixis, hablaremos de las de persona, que no predominan en el texto. Por un lado, vemos de emisor y receptor en los verbos en 1ª persona del plural (“sabíamos”, 8; “damos”, 14; y “somos”, 22) y en el pronombre personal “nos” (14). Y, por otro lado, encontramos un caso de deixis de receptor que, además, es deixis social, pues muestra la distancia o el respeto del emisor respecto al receptor: “miren” (17).


En segundo lugar, comentaremos las anáforas y las catáforas, es decir, la foricidad interna del texto. Así como no se aprecian catáforas relevantes, sí abundan las anáforas. Por una parte, las hay con el determinante posesivo “su”: en la línea 1 referido a “Diana Quer” (titular); en la línea 9, los dos referidos a “Diana” (8); en la 12, respecto a “Diana” (11); en la 15, también referido a “Diana” (14), etc.; y en plural “sus” en la línea 15 para referirse a “familia” en la misma línea. Otras anáforas se sirven del pronombre relativo “que”, como el de la línea 3 para hablar de “tantos depredadores” (2-3) o el de la 7 referido a “un retrato” (6). También vemos el uso de los pronombres personales “se” (en la 3 para referirse a “depredadores” y en la línea 6 para hablar de “los medios, las redes y la chismología”), “ella” (9) referido a “su madre” en la misma línea, y “la” (20), referido a “Diana” (19). La misma función cumple el sintagma “semejante examen” (13), que alude a “una radiografía moral tan monstruosa” y “un escrutinio tan detallado” en la línea anterior.



Seguidamente, señalaremos los ejemplos de elipsis que encontramos, los cuales no son muy abundantes. Las elipsis más recurrentes son las de sujeto, como vemos en “(Nosotros) no sabíamos...” (8), “a veces (Diana) discutía...” (8-9), “(nosotros) nos damos cuenta...” (14), “miren (ustedes)” (17), “(La familia de Diana) ha perdido...” (20). Igualmente podemos destacar algún caso de elipsis de verbo: con el sujeto incluido en “pero sí (sabíamos nosotros) que había padecido bulimia” (8) o solo del verbo en “Nada (era) extraordinario” (10).


(En lo que respecta a las proformas, es posible afirmar que no predominan puesto que el vocabulario es rico y variado. Aún así, podemos señalar algún ejemplo, como “hacía” (4) en vez de “llevaba”, o “hacer” (19) en lugar de “actuar” o “comportarse”.) NO HACE FALTA.


A continuación, comentaremos el eje temporal del texto: el tiempo que predomina es el pretérito imperfecto de indicativo (“quería”, 1; “hacía”, 3; “casaba”, 7; “estaba”, 8; “discutía”, 9; “daba”, 10; “era”, 11, 14). También es significativo que haya otros pasados: pretérito perfecto simple (“se produjo”, 1), pretérito perfecto compuesto (“ha aparecido”, 14; “ha perdido”, 20), pretérito pluscuamperfecto (“había matado”, 2; “habían apresurado”, 6; “había padecido”, 8), condicional perfecto (“habría podido”, 13), presente de indicativo (“se pasean”, 3; “damos”, 14; tienen”, 17; “somos”, 22) y presente de subjuntivo (“haya”, 21 y 22). El predominio de los tiempos del pasado se debe a que la autora se está refiriendo a hechos del pasado que llegan al presente por el reciente hallazgo del cadáver de Diana y las repercusiones que tiene; por ello, vemos la cronología de los hechos gracias a los pasados y la llegada al presente, así como la invitación a la reflexión con el presente de imperativo (“miren”, 17).

Para terminar, señalaremos los conectores. La autora se sirve de conectores de ejemplificación (“como”, 2), de adición (“Y”, 3) y, sobre todo, de contraste: “mientras” (3 y 11), “pero” (8, 16 y 19).




Llegados a este punto en el que se ha terminado de analizar la cohesión en todos sus aspectos, podemos afirmar que se trata de un texto bien cohesionado, puesto que sus elementos lingüísticos están relacionados perfectamente de manera léxico-semántica, gramatical y lógico-sintáctica.


En resumen, es un artículo de opinión que defiende un punto de vista determinado (crítica al comportamiento de la “prensa amarilla” en un caso concreto) mediante argumentos. 

Se trata de un texto adecuado a la situación comunicativa (artículo en prensa generalista de tirada nacional) y a sus receptores (lectores de prensa en general).


Al tratarse de un texto argumentativo, prima la función conativa o apelativa del lenguaje, aunque también aparecen otras como la referencial. Sin embargo, todo en el texto está dirigido a cumplir su función principal: convencer. A ello se destina también la estructura argumentativa utilizada, que, hemos indicado previamente, es sintetizante o inductiva, es decir, sitúa la tesis o idea principal al final y conduce hasta ella mediante argumentos.


Como hemos probado anteriormente, el texto resulta, además de correcto, coherente y cohesionado y, en mi opinión, se trata asimismo de un texto convincente que sabe transmitir su punto de vista de manera efectiva y que, incluso, te hace plantearte otras cuestiones como el funcionamiento de la prensa o de nuestra función como lectores o seguidores de este tipo de tratamiento.





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