miércoles, 8 de enero de 2020

EL CUARTO DE ATRÁS (Carmen Martín Gaite): ejemplo de autoficción. Guía de lectura, práctica de comentario literario y plagio creativo.


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CÓMO MARTIN GAITE INSPIRÓ AL FEMINISMO






Con El cuarto de atrás, su quinta novela, la escritora salmantina Carmen Martín Gaite (1925-2000) fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa en 1978 (convirtiéndose así en la primera mujer en conseguirlo). 
 
Se trata de una obra de madurez, que publica pasada la cincuentena, habiendo pasado 23 años de su debut (El balneario) y más de dos décadas después de Entre visillos, la obra que ganó el Premio Nadal de 1957 y con la que se dio a conocer.

El cuarto de atrás es (según la categorización de Gonzalo Hidalgo Bayal) una novela "memorable", es decir, que se puede recordar, a pesar de que no es "contable" o "contante": no cuenta ni crea adicción (como las tramas de las historias de misterio).

Es decir, tiene un endeble argumento, un ARGUMENTO MÍNIMO que, en realidad, es apenas un soporte narrativo (o excusa literaria) para desarrollar su juego metalitario
 
Por tanto, EL MÍNIMO ARGUMENTO DESARROLLADO A LO LARGO DE 7 CAPÍTULOS CON RITMO LENTO (y, en su mayoría, estructura dialogada aunque con frecuentes monólogos interiores) se puede resumir en pocas líneas: 
Está narrada en primera persona por un personaje llamado C. que guarda muchas similitudes con la propia autora en aquel momento (incluso se refiere a las obras que Martín Gaite ha publicado hasta entonces, a aquellas en las que se encuentra trabajando -que saldrán a la luz años después- o a la relación con una hija de la misma edad que por aquellos años tenía la de la autora: es decir, METALITERATURA -literatura sobre literatura- Y AUTOFICCIÓN -juega a recrear su propia vida sin que sepamos qué porcentaje es cierto-.)
Esta escritora, llamada C., recibe en una noche tormentosa la visita sorpesa de un extraño personaje, a quien ella dice no recordar pero que parece conocerla bien a ella y a su pasado.

Se produce UNA CONVERSACIÓN O DIÁLOGO DESORGANIZADA, CON FRECUENTES DISGRESIONES Y SALTOS TEMPORALES, interrumpida constantemente por monólogos interiores de la narradora en torno a sus recuerdos, de los que hace cómplice, en parte, a su interlocutor y, totalmente, a los lectores.

FINALMENTE, LA OBRA TERMINA DE FORMA CIRCULAR, exactamente igual que como había comenzado, cuando la narradora y protagonista charla con su hija despues de que ella vuelva de fiesta y se encuentra, sin recordar haberlo escrito, un libro que no es otro que EL CUARTO DE ATRÁS que acabamos de leer.

Como veis, el argumento es apenas un marco para contener y desplegar la voz del narrador protagonista, personaje que se parece muchísimo a la persona real que escribe y firma el libro. 
Además, se producen continuas referencias metaliterarias a otros libros. Es decir, se trata de uno de los ejemplos más claros de AUTOFICCIÓN, un término acuñado en 1977 por el escritor francés Serge Doubrovsky.
"La autoficción es la ficción que, como escritor, he decidido darme a mí mismo, incorporando a ella, en el sentido pleno del término, la experiencia del análisis, no sólo en la temática, sino también en la producción del texto" (Serge Doubrovsky).
"En definitiva, la autoficción sería una suerte de juego carnavalesco que tiene en vilo al lector ya que éste no sabe con certeza qué es lo real y qué es lo falso". (Teo Sanz).
"en la actualidad, la autoficción designa a todo el espacio entre una autobiografía que no quiere decir su nombre y una ficción que no quiere desprenderse de su autor" (Philippe Lejeune).
Este tipo de narrativa está cada vez más de moda. Sería el caso de Annie Ernaux y Emmanuel Carrere en Francia, de Sergio del Molino, Javier Cercas, Miguel Ángel Hernández, Luna Miguel y un largo etcétera en España...
Pero, si nos fijamos en la fecha de publicación, observaremos que Carmen Martín Gaite escribió esta novela, PERFECTO EJEMPLO DE AUTOFICCIÓN, sin los condicionamientos propios de las etiquetas. O, lo que es lo mismo, escribió una obra personal, sin la intención de "subirse al carro" o apuntarse a un movimiento determinado: Carmen Martín Gaite hizo un perfecto ejemplo de autoficción antes de que se asentara el término. En parte por eso se trata de un libro tan importante.

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EL PACTO AMBIGUO (MANUEL ALBERCA)Uno de los ensayistas que mejor ha estudiado la autoficción es Manuel Alberca, principalmente en su libro El pacto ambiguo. En él, desarrolla la siguiente tesis:
En la autoficción se produce un pacto ambiguo entre lector y escritor ya que el lector observa que el escritor cuenta su vida, pero mediante una novela de ficción. Al tratarse de una novela de ficción, el autor podrá cambiar los datos que quiera e introducir los elementos que desee, produciéndose así una especie de juego.
Esta ambigüedad, calculada o espontánea, constituye uno de los rasgos más característicos de la autoficción, pues, a pesar de que autor y personaje son y no son la misma persona, sin dejar de parecerlo, su estatuto no postula una exégesis autobiográfica, toda vez que lo real se presenta como un simulacro novelesco sin apenas camuflaje o con evidentes elementos ficticios. (Alberca, 32-33)

Una vez entendidos estos elementos, vamos a centrarnos en el libro.

Como siempre, el libro en general puedes comentarlo siguiendo el esquema de análisis de los textos narrativos. (En esta entrada de mi blog tienes una guía sobre La reseña: qué es y cómo se hace).


Además, puedes entregar el comentario crítico de cualquiera de estos fragmentos.
 
 
Como sabes, normalmente contestaremos a estas preguntas

 1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. TEMA X: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

 

Como trucos generales, recuerda:


-Para la ESTRUCTURA, casi siempre, TE PODRÁS BASAR EN LA CONVERSACIÓN ENTRE DOS PERSONAJES.

(Aquí tienes un resumen por capítulos para poder situar acertadamente el fragmento correspondiente) 

 

CAPÍTULO 1: "EL HOMBRE DESCALZO".

La historia comienza "in medias res", con unos puntos suspensivos (que, al final, veremos que completan la frase final del libro: por lo tanto, LA OBRA TIENE UNA ESTRUCTURA ENCUADRADA).

Este capítulo nos sirve para conocer que la narradora y protagonista tiene insomnio, que es escritora en proceso de creación y que tiene tendencia a la disgresión: 

1) Encuentra un libro de Todorov y declara que quiere escribir una novela fantástica. 

2) Luego encuentra una carta de amor e imagina que pertenece a un desconocido que camina descalzo por una playa (sic)...

Finalmente se queda dormida (todo esto da a la obra en general y a este capítulo en especial ese extraño aire de duermevela, entre la fantasía y la realidad)

 

 CAPÍTULO 2: "EL SOMBRERO NEGRO"

SUENA EL TELÉFONO ESTANDO LA PROTAGONISTA SOLA Y DORMIDA. C. se despierta. Es un hombre que le recuerda que habían quedado para una entrevista.

C. SE ASUSTA DE UNA CUCARACHA, el hombre de negro la tranquiliza y comienza a preguntarla de forma extraña, como si la conociera, sobre su vida y su obra.

Recuerda que el hombre de negro aparece al comienzo del capítulo 2 y al final de ese mismo capítulo la narradora, C., LE OFRECE UNA TAZA DE TÉ (no prepara ni sirve).

CAPÍTULO 3: "VEN PRONTO A CÚNIGAN"

En el capítulo 3 PREPARA LA TAZA DE TÉ y hace disgresiones sobre los usos amorosos de la posguerra (metaliteratura, ya que se trata de otra obra de la autora), rememora su infancia y adolescencia, habla de CÚNIGAN COMO UN LUGAR MÁGICO DE MADRID (simbolismo).

 CAPÍTULO 4: "EL ESCONDITE INGLÉS":

En el capítulo 4 POR FIN SIRVE EL TÉ. Hace una disgresión sobre viajes, Franco, la Guerra... EL HOMBRE DE NEGRO LE OFRECE UNA CAJITA CON PASTILLAS "PARA LA MEMORIA".

VUELVE A SONAR EL TELÉFONO, PERO AHORA CON EL HOMBRE DE NEGRO ALLÍ, QUE LE ADVIERTE QUE PUEDE SER PARA ÉL Y, EN ESE CASO, QUE DIGA QUE NO ESTÁ.

 CAPÍTULO 5: "UNA MALETA DE DOBLE FONDO"

C. descuelga el teléfono en otra habitación. EXTRAÑA CONVERSACIÓN TELEFÓNICA CON  UNA TAL CAROLA QUE PREGUNTA POR ALEJANDRO. 
C. miente y dice que no está. Carola está celosa. Hace referencia a las cartas de amor. No queda claro en ningún momento si se refieren a la misma persona.
 CAPÍTULO 6: "LA ISLA DE BERGAI".

 En este capítulo las disgresiones son más desordenadas, pero lo más fácil para identificarlo es que SE CENTRA EN SU JUVENTUD Y SUS AÑOS COMO ACTRIZ.

Aparece otro ELEMENTO SIMBÓLICO: "LA ISLA DE BERGAI", un lugar maǵico que inventó junto a una amiga (el nombre es un acrónimo de sus apellidos) y que representa un refugio, es símbolo de independencia y libertad.

El hombre de negro se va sin aclarar quién es, qué quería o por qué parecía saber tanto sobre ella.

CAPÍTULO 7: "LA CAJITA DORADA".

Aparece Carmen, la  hija de C., que vuelve a casa de fiesta y se encuentra a su madre dormida. La despierta para charlar un poco y entonces SU HIJA ENCUENTRA LA CAJITA DORADA, pero C. cambia de tema.

El libro se está acabando y, para dejar clara su ESTRUCTURA CIRCULAR, comienzan a reaparecer en este capítulo final elementos que ya habían aparecido anteriormente (las cucarachas, las estrellas, la carta de amor...).

FINALMENTE, EN EL MISMO SITIO DONDE ENCONTRÓ AL INICIO EL LIBRO DE TODOROV QUE LE HIZO COMPROMETERSE A ESCRIBIR UN LIBRO FANTÁSTICO, ENCUENTRA EL CUARTO DE ATRÁS, ES DECIR, EL LIBRO QUE ACABAMOS DE LEER.

PARA  QUE QUEDE MÁS CLARO LA AUTOREFERENCIALIDAD METALITERARIA, LA FRASE FINAL DEL LIBRO ENLAZA CON LA PRIMERA, EN UNA ESTRUCTURA NARRATIVA CIRCULAR.

Este resumen por capítulos te puede servir para situar los fragmentos.

En el caso de no estar seguro, no te la juegues: evitarás errores innecesarios y tienes muchas mśa cosas que comentar.

PARA EL COMENTARIO DEL FRAGMENTO DEBES: distinguir si comienza UNA ENSOÑACIÓN, UN MONÓLOGO INTERIOR, UNA DISGRESIÓN o UN SALTO TEMPORAL (normalmente se tratará de un salto hacia atrás, es decir ANALEPSIS, o RETROCESO o "FLASHBACK).

-Distingue las 3 opciones principales:
A) Se parte (INDUCTIVA) o se llega a 1 idea principal (DEDUCTIVA).
B) Es una conversación un tanto hueca, con disgresiones que no lleva a ninguna parte (DISGRESIVA O DESORGANIZADA).
C) Se empieza y termina de manera muy similar (ENCUADRADA).
INTENCIÓN COMUNICATIVA DEL AUTOR: 
"La intención comunicativa de la autora es describir una imagen que tiene un intenso valor simbólico dentro de la narración."

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PRÓLOGO DE GUSTAVO MARTÍN GARZO

Chesterton solía decir que deberíamos aprender a mirar elTambién distinguir si comienza UNA ENSOÑACIÓN, UN MONÓLOGO INTERIOR, UNA DISGRESIÓN o UN SALTO TEMPORAL (normalmente se tratará de un salto hacia atrás, es decir ANALEPSIS, o RETROCESO o "FLASHBACK). mundo con los ojos con que Robinson Crusoe miró los objetos que salvó del naufragio. El hecho de que hubiera sol, árboles, dos sexos, debía producirnos el mismo asombro que le produjo a él salvar sus dos rifles y el hacha. Pero el personaje de Defoe tenía dos vidas. Levantaba un orden habitable, y anotaba en un cuaderno sus pensamientos: vivía en el plano de la realidad y en el de la escritura. No es extraño que su caso se cite en El cuarto de atrás, que es una novela sobre la soledad, y en que también se habla de libros y de cómo se llegan a escribir. Hasta el punto de que bien podemos decir que es una novela sobre el misterio de la escritura.

Porque ¿qué es la escritura? El cuarto de atrás entronca con esa tradición metaliteraria que hace a los escritores preguntarse por el sentido de lo que hacen. Porque ¿qué extraña tarea es esa de encerrarse en una casa y dedicarse horas, días, meses, años enteros a escribir? Miguel Delibes, en su discurso de agradecimiento por el Premio Cervantes, se preguntó si la vida que había recibido de sus personajes era comparable a la que él les había entregado. Y esta novela habla de esa vida extraña que hay en las palabras, y de las dudas que inevitablemente surgen en los escritores acerca de si merece la pena o no dedicarles su tiempo.  Y, en efecto, una buena parte de las preocupaciones de C., su protagonista, tiene que ver con los libros. Los libros que ha leído, y los que ella misma ha escrito o quiere escribir alguna vez. El verdadero argumento de El cuarto de atrás es la escritura de un libro. Un libro que, al final de la novela, C. encontrará en su mesa, sin que pueda saber cuándo ni cómo lo llegó a escribir. (...)

El cuarto de atrás es un ensayo sobre el oficio de escribir, un libro de memorias y una novela fantástica. Pero, por encima de todo ello, es una larga conversación. Todos los libros de Carmen Martín Gaite son una conversación, pues para ella escribir nunca fue distinto a hablar. (...)
Eso es escribir, para Carmen Martín Gaite, la búsqueda de ese interlocutor providencial capaz de hacernos decir cosas insospechadas. Porque hablar no es sólo contar lo que sabemos, sino relacionarnos con lo que desconocemos. Hablar es encontrar cosas, salir al bosque y descubrir senderos nuevos, lugares misteriosos. Y eso queremos al escribir, encontrarnos con alguien que nos ayude a pensar. Escribir es hablar con el pensamiento. (...)
Carmen Martín Gaite nos dice que a ese país del recuerdo solo cabe viajar con la imaginación, pues los libros de memorias no son sino una rama de la literatura fantástica. ¿Pueden ser otra cosa? No, porque bien mirado, ¿de qué se trata? De hablar de niñas y adolescentes, de sus anhelos, de sus fantasías románticas, de sus aventuras secretas. Hablar de las películas y los libros que les gustan, de sus juegos y fantasías, de las canciones que hablan de lo extraño que es su corazón. No sabemos lo que hay en ese corazón. Es ciertamente un lugar misterioso, lleno de llamadas, de pasadizos ocultos, de aventuras que nadie antes ha vivido en el mundo. Se confunde con ese cuarto de atrás que da título al libro. Es el cuarto el de los niños. C. nos cuenta que en su casa de Salamanca había un cuarto así. Era allí donde su hermana y ella se retiraban a jugar, donde guardaban sus secretos y sus pequeños tesoros. Y, a lo largo de su conversación con el hombre de negro, C. hará el descubrimiento de que nunca ha salido de ese cuarto, que si quiso ser escritora es para poder pasarse en él toda la vida, ordenando papeles, dibujos, recibiendo visitas extrañas. Que la literatura es esa lista de objetos salvados del naufragio.  Antes dije que este libro habla del misterio de la escritura, pero en realidad es un cuento. Carmen Martín Gaite pensaba que sólo los que aman los cuentos están cerca de la verdad. (...)
En La niña de los fósforos, una niña que se muere de frío se distrae encendiendo en la noche las cerillas que le quedan. Le dan el calor que necesita para vivir y pueblan su pensamiento de visiones. La protagonista de El cuarto de atrás es como esa niña. No sabe qué hace en el mundo, por qué se empeña en seguir escribiendo, ni si lo que guarda en ese cuarto es real o soñado. Vive y muere a la vez, y la cajita dorada que descubre al final en el bolsillo de su pijama solo puede ser una cajita de fósforos como la que tiene la niña de Andersen. ¿Qué haríamos sin ellos? Al encenderse, nos cuentan nuestra verdadera historia. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. TEMA X: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)


FRAGMENTOS PARA COMENTAR

CAPÍTULO I. El hombre descalzo  
...Y, sin embargo, yo juraría que la postura era la misma, creo que siempre he dormido así, con el brazo derecho debajo de la almohada y el cuerpo levemente apoyado contra ese flanco, las piernas buscando la juntura por donde se remete la sábana. También si cierro los ojos –y acabo cerrándolos como último y rutinario recurso–, me visita una antigua aparición inalterable: un desfile de estrellas con cara de payaso que ascienden a tumbos de globo escapado y se ríen con mueca fija, en zigzag, una detrás de otra, como volutas de humo que se hace progresivamente más espeso; son tantas que dentro de poco no cabrán y tendrán que bajar a buscar desahogo en el cauce de mi sangre, y entonces serán pétalos que se lleva el río; por ahora suben aglomeradamente; veo el rostro minúsculo dibujado en el centro de cada una de ellas como un hueso de guinda rodeado de lentejuelas. Pero lo que jamás cambia es la melodía que armoniza el ascenso, melodía que no suena pero marca el son, un silencio especial que, de serlo tan densamente, cuenta más que si se oyera; eso era entonces también lo más típico, reconocía aquel silencio raro como el preludio de algo que iba a pasar, respiraba despacio, me sentía las vísceras latiendo, los oídos zumbando y la sangre encerrada; de un momento a otro –¿por dónde?–, aquella muchedumbre ascendente caería a engrosar el invisible caudal interior como una droga intravenosa, capaz de alterar todas las visiones. (...)
Pretender al mismo tiempo entender y soñar: ahí está la condena de mis noches. Yo, entonces, no quería entender nada; veía el enjambre de estrellas subiendo, sentía el zumbido del silencio, y el tacto de la sábana, me abrazaba a l

CAPÍTULO 6: "LA ISLA DE BERGAI".

a almohada y me quedaba quieta, pero ¡qué iba a ser igual!, esperaba la transformación sumida en una impaciencia placentera, como antes de entrar en el circo, cuando mis padres estaban sacando las entradas y me decían: «no te pierdas que hay mucho barullo», y yo quieta allí, entre el barullo, mirando fascinada los carteles donde se anunciaba lo que dentro de poco iba a ver; algo de temor sí, porque podían mirarme los leones o caerse el trapecista de lo más alto, pero también avidez y audacia y, sobre todo, un sacarle gusto a aquella espera, vivirla a sabiendas de que lo mejor está siempre en esperar, desde pequeña he creído eso, hasta hace poco. (...)

 1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Se puede cumplir un sueño?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

*Considero importante que recordemos cómo empieza el libro (título del capítulo, estructura, relación con la parte final...). 
A partir de ahora, los números que verás corresponden a los fragmentos que yo he seleccionado como opciones para el comentario, pero eres libre de juntarlos y/o de elegir otros.
2) Cuando tardaba en dormirme –siempre tardaba en dormirme más que mi hermana– y las estrellas empezaban a subir por dentro de mis párpados como volutas de cigarrillo turco, el cuarto se mudaba en otro, había un teléfono, pero no el teléfono negro colgado en la pared frente al banco del pasillo, donde se recibían recados para mi padre o, en todo caso, la llamada esporádica de una compañera del Instituto que tenía los ojos algo saltones y se desazonaba mucho con los apuntes («¿Es el  1438 ?... Oye, mira, soy Toñi»), no, lo tenía encima de la mesilla, allí al alcance de la mano, y era de color blanco: un teléfono blanco, la quintaesencia de lo inalcanzable. Además el cuarto era sólo mío y, si encendía la luz, no molestaba a nadie, una habitación en el piso alto de un rascacielos, podía encender la luz, levantarme, darme un baño a medianoche, frotarme el cuerpo con productos de la casa Gal, leer una carta que había recibido aquella tarde donde alguien, mirando el mar, decía que se acordaba de mí, vestirme con un traje de gasa, tomar el ascensor y salir a una ciudad cuajada de luces, pasearme sin rumbo entre transeúntes que te miran y no te miran, esquivar el riesgo de sus miradas, meterme en un café que se llamara Negresco con taconeo resuelto y gesto huidizo, pasar los ojos distraídos por los mármoles negros, las superficies cubistas y los espejos envueltos en humo, encender un cigarrillo turco, esperar. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Los recuerdos de nuestra infancia dicen más de nuestra infancia o de nuestro presente?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

3) Alcanzo un almohadón, me lo pongo entre la espalda y el borde inferior de la cama y me quedo sentada en la franja estrecha de pasillo, contemplando los objetos desparramados y los hilos que enlazan sus perfiles heterogéneos. Ahí está el libro que me hizo perder pie: Introducción a la literatura fantástica de Todorov, vaya, a buenas horas, lo estuve buscando antes no sé cuánto rato, habla de los desdoblamientos de personalidad, de la ruptura de límites entre tiempo y espacio, de la ambigüedad y la incertidumbre; es de esos libros que te espabilan y te disparan a tomar notas, cuando lo acabé, escribí en un cuaderno: «Palabra que voy a escribir una novela fantástica», supongo que se lo prometía a Todorov, era a mediados de enero, cinco meses han pasado, son proyectos que se encienden como los fuegos fatuos, al calor de ciertas lecturas, pero luego, cuando falla el entusiasmo, de poco sirve volver a la fuente que lo provocó, porque lo que se añora, como siempre, es la chispa del encuentro primero. Las tapas del libro blanquean junto a un dedal dorado, la luz baja tenue, se está a gusto a ras de tierra; revivo el antiguo placer por habitar pasadizos, recodos y desvanes, aquel gusto infantil por los escondites. «Aquí no me encuentran», eso era lo primero que pensaba, y me instalaba allí a alimentar fantasías; también ahora puedo jugar, los objetos en libertad parecen fetiches, los muebles son copas de árboles, estoy perdida en el bosque, entre tesoros que sólo yo descubro, algo me va a pasar, todo consiste en esperar sin angustia, en dejarse a la deriva, hemos perdido el gusto por jugar y, en el fondo, es tan fácil, me voy a poner más cómoda. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Cómo se puede mantener el espíritu juguetón de la infancia en la vida adulta?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

4) Ahora la niña provinciana que no logra dormirse me está mirando a la luz de la lamparita amarilla, cuyo resplandor ha atenuado, poniéndole encima un pañuelo: ve este cuarto dibujado por Emilio Freixas sobre una página satinada de tonos ocres, la gran cama deshecha y la mujer en pijama, leyendo una carta de amor sobre la alfombra, le brillan los ojos, idealiza mi malestar. La estoy viendo igual que ella me ve; para que mi imagen se recomponga y no se le lleve la resaca, necesito pedir hospitalidad a aquel corazón impaciente e insomne, es decir, a mi

CAPÍTULO 6: "LA ISLA DE BERGAI".

propio corazón. Reparo con asombro en que es el mismo, me palpo el pecho, ahí está, sigue latiendo en el mismo sitio, sincronizado con los pulsos y las sienes, lo comprueba voluptuosamente; no creo que el corazón aumente mucho de tamaño, tiene trastornos incógnitos, dicen que el humo del tabaco lo afecta y empaña igual que la sobrecarga de emociones, pero eso ¿quién lo ve?, son mudanzas sutiles que se producen a hurtadillas, nuestro crecimiento era más visible, se acusaba en que de un año a otro había que bajar el jaretón de los vestidos o en que empezaban a apretarnos los zapatos del invierno anterior, pero yo creo que el corazón no crece, simplemente cuando se para, se paró, lo importante es que no se pare; a veces, los médicos te enseñan gráficas que corresponden a su extravagante caminar y en cuyas crestas descifran ellos un abstruso destino, igual que si leyeran las rayas de la mano –«Tiene usted un corazón muy bueno»–, y uno se queda maravillado de que tengan algo que ver esos perfiles con nuestras ansiedades, decepciones y entusiasmos. (...)
La niña deja caer la revista al suelo y apaga la luz de la lámpara amarilla, le está entrando sueño y a mí también; me tumbo sobre la carta, las estrellas se precipitan y aún tengo tiempo de decir «quiero verte, quiero verte», con los ojos cerrados; no sé a quién se lo digo. (...)
¿Por qué no viene a sentarse? –me pregunta el hombre de negro, señalándome un sitio a su lado en el sofá, como si fuera él el dueño de la casa y yo la visitante.  Obedezco maquinalmente, sumida aún en mis conjeturas, que se deshilvanan a medida que me alejo de la mesa. Quizá todo consista en perder el hilo y que reaparezca cuando le dé la gana, yo siempre he tenido demasiado miedo a perder el hilo. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Existe una relación directa entre nuestro estado de ánimo y nuestro estado de salud? Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte aEso es escribir, para Carmen Martín Gaite, la búsqueda de ese interlocutor providencial capaz de hacernos decir cosas insospechadas. la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

5) Ahora el hombre vuelve a mirar hacia la máquina de escribir. 
–¿Trabaja siempre aquí? 
–No, cambio mucho de sitio. A veces trasladar los papeles a otra habitación, sobre todo si estoy embarrancada, me anima, me hace el mismo efecto que viajar a otra ciudad, y como yo viajo poco...
–¿Por qué? ¿No le gusta viajar? 
–Sí me gusta, pero nunca me lo propongo; para viajar necesito un estímulo. Creo que los viajes tienen que salir al encuentro de uno, como los amigos, y como los libros y como todo. Lo que no entiendo es la obligación de viajar, ni de leer, ni de conocer a gente, basta que me digan «te va a encantar conocer a Fulano» o «hay que leer a Joyce» o «no te puedes morir sin conocer el Cañón del Colorado» para que me sienta predispuesta en contra, precisamente porque lo que me gusta es el descubrimiento, sin intermediarios. Ahora la gente viaja por precepto y no trae nada que contar, cuanto más lejos van, menos cosas han visto cuando vuelven. Los viajes han perdido misterio. 
–No –dice él–, no lo han perdido. Lo hemos perdido nosotros. El hombre actual profana los misterios de tanto ir a todo con guías y programas, de tanto acortar las distancias, jactanciosamente, sin darse cuenta de que sólo la distancia revela el secreto de lo que parecía estar oculto. 
La última frase la ha dicho mirándome con una eEso es escribir, para Carmen Martín Gaite, la búsqueda de ese interlocutor providencial capaz de hacernos decir cosas insospechadas. xpresión diferente, indescifrable, como si estuviera aludiendo a otra cosa. Y me perturba porque me recuerda a algo que me dijo alguien alguna vez. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Hemos sustituido el romanticismo por el postureo en nuestros viajes?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

6) lo más excitante son las versiones contradictorias, constituyen la base de la literatura, no somos un solo ser, sino muchos, de la misma manera que tampoco la historia es esa que se escribe poniendo en orden las fechas y se nos presenta como inamovible, cada persona que nos ha visto o hablado alguna vez guarda una pieza del rompecabezas que nunca podremos contemplar entero (...).
Ha bajado los ojos. Sería el momento de iniciar una divagación muy brillante sobre el amor y la ausencia, ilustrada con citas de los cancioneros galaicoportugueses y de diversos poemas románticos, es un tema en el que, al cabo de tantos años de adecuarme a la escasez, me muevo con dominio. Y por ahí llegaríamos a la novela rosa, pero esto no es una conferencia, sino una representación, se trata de improvisar en esta situación concreta, no de meter discursos postizos; lo que tendría que hacer –y lo sé, porque me da miedo– es cambiarme a su lado y lograr que me hablara de las cartas que guarda en la maleta de doble fondo; pero reconozco que no me atrevo a tomar esa iniciativa sin llevar pensada una frase buena y que, mientras esté dándole vueltas a esa frase, que no se me ocurre, no seré capaz de levantarme y franquear con naturalidad el breve espacio que nos separa. De ahí me han venido siempre los fallos en el amor, del miedo a que alguien pueda dejarme sin palabras, reducida al desnudo poder de mi mirada o de mi cuerpo. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Es el amor un sentimiento o una idea hecha a base de palabras? Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

7)«Comemos dinero», decía mi padre con gesto preocupado, cuando estábamos sentados a la mesa; a mí esa frase me quitaba las ganas de comer: sólo se pensaba en comer, en acaparar artículos de primera necesidad. En seguida se supo que los juguetes no presentaban méritos suficientes para ser incluidos en este grupo y que, por consiguiente, si después de mucho sacar cuentas, nos compraban alguno, había que amortizarlo. Y esta ley de la amortización general alcanzó también al cuarto de atrás... (...)
¿le he hablado ya del cuarto de atrás? 
–No, supongo que sería un cuarto de su casa y que estaría en la parte de atrás, como su propio nombre indica. 
–Sí. Mi casa de Salamanca tenía dos pasillos paralelos, el de delante y el de atrás, que se comunicaban por otro pequeñito y oscuro, en ése no había cuartos, lo llamábamos el trazo de la hache. Las habitaciones del primer pasillo daban a la Plaza de los Bandos, las del otro, a un patio abierto donde estaban los lavaderos de la casa, y eran la cocina, la carbonera, el cuarto de las criadas, el baño y el cuarto de atrás. Era muy grande y en él reinaban el desorden y la libertad, se permitía cantar a voz en cuello, cambiar de sitio los muebles, saltar encima de un sofá desvencijado y con los muelles rotos al que llamábamos el pobre sofá, tumbarse en la alfombra, mancharla de tinta, era un reino donde nada estaba prohibido. (...)
Hay como una línea divisoria, que empezó a marcarse en el año treinta y seis, entre la infancia y el crecimiento. La amortización del cuarto de atrás y su progresiva transformación en despensa fue uno de los primeros cambios que se produjeron en la parte de acá de aquella raya. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. MI CUARTO DE ATRÁS: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

8) No sabía cómo irme, ni cómo curarme de aquel vicio. Hasta que un día llevé a mi amiga a verla, esa niña que le dije antes, su opinión me parecía fundamental, la acababa de conocer hacía poco en clase y me tenía sorbido el seso, no veía más que por sus ojos. 
–¿Por qué? ¿Era usted lesbiana? 
Nunca me habían hecho esa pregunta; si alguien me la hubiera hecho entonces, habría contestado con otra: «¿Que si soy qué?», era una palabra que no circulaba jamás, ni siquiera clandestinamente, si la hubiera oído, la habría apuntado como todas las que aprendía nuevas y cuyo significado aclaraba luego consultando el diccionario, seguro que su sentido me habría parecido inaceptable, algo sobre lo que había que correr un tupido velo, «pasar como gato por brasas», como decía el profesor de Religión cuando llegaba a explicar el sexto mandamiento; expresiones como fornicar y desear la mujer de tu prójimo venían explicadas por medio de eufemismos que multiplicaban los rodeos, algunas niñas se reían mucho, yo prefería no preguntar, me daban miedo las alusiones al sexo, eran inapresables y ambiguas, como mariposas. «Ése es ligeramente mariposo», oí decir, ya en la Facultad, de un muchacho que tenía gestos afectados. Pero las palabras «invertido» y «lesbiana» no las aprendí hasta muchos años después, en Madrid, y me costó trabajo hacerme cargo de su significado, no tenía un lugar preparado para recibir aquellos conceptos. 
–No –digo–, no se me o

CAPÍTULO 6: "LA ISLA DE BERGAI".

curría tal cosa. Sólo se puede ser lesbiana cuando se concibe el término, yo esa palabra nunca la había oído. 
–Como ha dicho que su amiga le tenía sorbido el seso. 
–Es que la admiraba sin límites. 
–¿Por el pelo rizado? –pregunta sonriendo. 
–No, por dos cosas mucho más insólitas: porque sus padres estaban en la cárcel y porque hacía diario. Lo del diario era algo que podía imitarse, y además ella misma me animó a que la imitara, pero lo otro ni en lo más escondido de mi corazón me atrevía a envidiárselo, por muy novelesco que resultara, porque me parecía que nos podía castigar Dios. (...)

 1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Es necesario nombrar las nuevas realidades para comprender mejor el mundo que habitamos?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

9) (...) ella iba callada, mirando de frente, con las manos en los bolsillos y yo me sentía un poco a disgusto porque no hallaba eco ninguno al entusiasmo con que se la describía, estará esperando a verla, pensé, pero cuando llegamos delante del escaparate y se la señalé con el dedo, siguió igual, ni decía nada ni yo me atrevía a preguntarle, me había entrado vergüenza. Después de un rato de estar allí parada, dijo: «Bueno, vamos, ¿no?, que hace mucho frío», y echamos a andar hacia la Plaza Mayor. Fue cuando me empezó a hablar de Robinson Crusoe, me dijo que a ella los juguetes comprados la aburrían, que prefería jugar de otra manera. «¿De qué manera?» «Inventando; cuando todo se pone en contra de uno, lo mejor es inventar, como hizo Robinson.» (...)
«Sí, es muy bonito –dije yo–, pero nosotras ¿qué?, nosotras no tenemos una isla donde inventar cosas.» Y entonces dijo ella: «Pero podemos inventar la isla entre las dos, si quieres». Me pareció una idea luminosa y así fundamos Bergai; esa misma noche, cuando nos separamos, ya le habíamos puesto el nombre, aunque quedaban muchos detalles. Pero se había hecho tardísimo, ella nunca tenía prisa porque no la podía reñir nadie, yo en cambio tenía miedo de que me riñeran. «Si te riñen, te vas a Bergai –dijo ella–, ya existe. Es para eso, para refugiarse.» Y luego dijo también que existiría siempre, hasta después de que nos muriéramos, y que nadie nos podía quitar nunca aquel refugio porque era secreto. Fue la primera vez en mi vida que una riña de mis padres no me afectó, estábamos cenando y yo seguía imperturbable, les miraba como desde otro sitio, ¿entiende?  –Claro, desde la isla. Aprendió usted a aislarse." (...)
¡Qué historia tan bonita! –dice–.¿Y qué fue de los diarios de Bergai?
–Los guardé algún tiempo en el baúl de hojalata; luego supongo que los quemaría. 
–¿No le da pena? 
–Sí, siempre se idealiza lo que se pierde, pero puede que ahora me defraudasen. Por otra parte, si no se perdiera nada, la literatura no tendría razón de ser. ¿No cree?
 –Claro, lo importante es saber contar la historia de lo que se ha perdido, de Bergai, de las cartas..., así vuelven a vivir. (...)

1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. ¿Lo importante es saber contar la historia de lo que se ha perdido?: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

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EJERCICIO DE PLAGIO CREATIVO: 
LA MUERTE/EXHUMACIÓN DE FRANCO.

El libro tiene referencias al contexto histórico en que se desarrolla, algo muy habitual en las novelas. Sin embargo, lo importante de cada hecho es la forma personal en que lo vive (y, sobre todo, lo recuerda y lo cuenta) la narradora protagonista.

Un ejemplo claro es la forma en que narra la muerte de Francisco Franco. No narra la muerte y entierro de un hombre (ni de un gobernante o un dictador) sino la de un símbolo.

Lee con atención este fragmento y, tomándolo como referencia, elige un acontecimiento histórico reciente para contarlo, a tu manera, de forma similar.
(Si no se te ocurre ninguno, puedes cerrar el círculo narrando, como hiciera Martín Gaite con su muerte, la exhumación de Franco).

10) Franco es el primer gobernante que yo he sentido en mi vida como tal, porque desde el principio se notó que era unigénito, indiscutible y omnipresente, que había conseguido infiltrarse en todas las casas, escuelas, cines y cafés, allanar la sorpresa y la variedad, despertar un temor religioso y uniforme, amortiguar las conversaciones y las risas para que ninguna se oyera más alta que otra. Hágase cargo de que yo tenía nueve años cuando empecé a verlo impreso en los periódicos y por las paredes, sonriendo con aquel gorrito militar de borla, y luego en las aulas del Instituto y en el NO-DO y en los sellos; y fueron pasando los años y siempre su efigie y sólo su efigie, los demás eran satélites, reinaba de modo absoluto, si estaba enfermo nadie lo sabía, parecía que la enfermedad y la muerte jamás podrían alcanzarlo. Así que cuando murió, me pasó lo que a mucha gente, que no me lo creía. Hubo quien hizo muchas alharacas y celebraciones, también habría quien llorase, no le digo que no, yo simplemente me quedé de piedra, se me vinieron encima los años de su reinado, los sentí como un bloque homogéneo, como una cordillera marrón de las que venían dibujadas en los mapas de geografía física, sólo podía darme cuenta de eso que le he dicho antes, de que no soy capaz de discernir el paso del tiempo a lo largo de ese período, ni diferenciar la guerra de la postguerra, pensé que Franco había paralizado el tiempo, y precisamente el día que iban a enterrarlo me desperté pensando eso con una particular intensidad; y me acordé de que habían dicho que iban a televisar el entierro. (...)
trabó una discusión entre el camarero y varios clientes, a través de la barra, sobre si había sido o no una chaladura el hecho de que miles de madrileños se hubieran pasado tres días y tres noches consecutivos haciendo cola para ver unos instantes el cadáver expuesto al público: «Es que una cosa como ésa –dijo uno– si no se ve, no se cree», y otras personas aportaron espontáneamente sus pareceres, tal vez porque sentían que en aquel entierro a todos les daban vela. La opinión de muchos era la de que por una persona que había regido durante tan largo tiempo los destinos de la patria era lo menos que se podía hacer, otros se lo discu - tían, pero era una polémica libre y relajada, parecía como si las palabras «regir», «destino» y «patria» se quitasen el uniforme oficial y apareciesen en cueros sobre una mesa de disección para dejarse hacer la autopsia. También se hicieron, claro, alusiones a lo que Franco había tardado en morirse, algunos lo comentaban con un asomo de conmiseración, pero la mayoría con humor macabro y desgarrado, sacando a relucir la barroca terminología de los partes difundidos para describir aquella dolencia que a Franco, por muy jefe sempiterno que pareciera, había acabado encaminándole hacia la tumba maciza que le esperaba y cuya losa se mostraba allí en el televisor junto al hoyo vacío. (...)
«No se la reconoce –pensé–, pero es aquella niña, tampoco ella me reconocería, hemos crecido y vivido en los mismos años, ella era hija de un militar de provincias, hemos sido víctimas de las mismas modas y costumbres, hemos leído las mismas revistas y visto el mismo cine, nuestros hijos puede que sean distintos, pero nuestros sueños seguro que han sido semejantes, con la seguridad de todo aquello que jamás podrá tener comprobación.» Y ya me parecía emocionante verla seguir andando hacia el agujero donde iban a meter a aquel señor, que para ella era simplemente su padre, mientras que para el resto de los españoles había sido el motor tramposo y secreto de ese bloque de tiempo, y el jefe de máquinas, y el revisor, y el fabricante de las cadenas del engranaje, y el tiempo mismo, cuyo fluir amortiguaba, embalsaba y dirigía, con el fin de que apenas se les sintiera rebullir ni al tiempo ni a él y cayeran como del cielo las insensibles variaciones que habían de irse produciendo, según su ley, en el lenguaje, en el vestido, en la música, en las relaciones humanas, en los espectáculos, en los locales. Y, por supuesto, me había fugado por completo de ese en que estábamos, y de mi hija y de la amiga de mi hija, que se tomaban una cerveza en la barra, las veía allí con sus pantalones vaqueros y me parecía imposible explicarles mi repentina emoción a la vista de Carmencita Franco, huérfana de ese padre sempiterno, que a veces se retrataba con ella para la prensa en habitaciones inaccesibles, durante las breves pausas de su dictatorial vigilancia. Se acabó, nunca más, el tiempo se desbloqueaba; había desaparecido el encargado de atarlo y presidirlo, Franco inaugurando fábricas y pantanos, dictando penas de muerte, apadrinando la boda de su hija y de las hijas de su hija, hablando por la radio, contemplando el desfile de la Victoria; Franco pescando truchas, Franco en el Pazo de Meirás, Franco en los sellos, Franco en el NO-DO, mientras todos envejecíamos con él, debajo de él; y entró el cortejo en la Basílica y se volvió a ver la tumba abierta, «lo van a enterrar», pensaba, pero lo pensaba al margen de consideraciones políticas, preguntándome, más bien, cómo había sido ese bloque de tiempo, lo pensaba desde el punto de vista del escondite inglés, no sé si me entiende." (...)
También, si quieres, puedes comentarlo siguiendo el esquema habitual:
 1.- Enuncia el tema de este texto (1 punto): utiliza un SN, cuyo núcleo sea un sustantivo abstracto, con tantos CN como sea necesario para acotar la intención del autor.
2.- Haz un resumen del texto (2 puntos): escribe un único párrafo de entre cinco y ocho líneas que muestre de forma breve pero completa lo que dice el autor del texto. Debe estar redactado en 3ª persona y no utilizar frases textuales.
3.- Determina la estructura del texto (2 puntos): señala las partes en que puede dividirse el texto en función de su contenido.
4.- Elabora un comentario crítico del texto (5 puntos): se trata de un texto argumentativo de entre 15 y 25 líneas en el que muestres tu opinión sobre el contenido que desarrolla el autor en su texto.

O según las preguntas de PeVAU

 1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estructura. (1.5 puntos)

2. Explique la intención comunicativa del autor (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3. TEMA X: Elabore un discurso argumentativo, de entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado. (2 puntos)

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

Debes argumentar tus juicios de valor y atenerte a la estructura de este tipo de textos: Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión.

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