Gracias a la inabarcable sapiencia y a la extrema generosidad del profesor y, sin embargo, amigo Salva Robles, vamos a disfrutar de la lectura y las correspondientes actividades basadsa en este singular relato de Cristina Peri Rossi.
“PUNTO FINAL” (relato de Cristina Peri Rossi)
Cuando nos conocimos, ella me dijo: “Te doy el punto final. Es un punto muy valioso, no lo pierdas. Consérvalo, para usarlo en el momento oportuno. Es lo mejor que puedo darte y lo hago porque me mereces confianza. Espero que no me defraudes.” Durante mucho tiempo, tuve el punto final en el bolsillo. Mezclado con las monedas, las briznas de tabaco y los fósforos, se ensuciaba un poco; además, éramos tan felices que pensé que nunca habría de usarlo. Entonces compré un estuche seguro y allí lo guardé. […]
Con la felicidad, olvidé el estuche, o lo perdí, inadvertidamente. No puedo saberlo. Ahora que la dicha terminó, no encuentro el punto final porningún lado. Esto crea conflictos y rencores suplementarios. “¿Dónde lo guardaste? – me pregunta ella, indignada -. ¿Qué esperas para usarlo? No demores más, de lo contrario, todo lo anterior perderá belleza y sentido.”
Busco en los armarios, en los abrigos, en los cajones, en el forro de los sillones, debajo de la mesa y de la cama. Pero el punto no está; tampoco el estuche. Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Es posible que lo haya extraviado en alguno de nuestros momentos felices. No está en la sala, ni en el dormitorio, ni en la chimenea. ¿El gato se lo habrá comido?
Su ausencia aumenta nuestra desdicha de manera dolorosa. En tanto el punto no aparezca, estamos encadenados el uno al otro, y esos eslabones están hechos de rencor, apatía, vergüenza y odio. Debemos conformarnos con seguir así, desechando la posibilidad de una nueva vida. Nuestras noches son penosas, compartiendo la misma habitación, donde el resquemor tiene la estatura de una pared y asfixia, como un vapor malsano. Tiñe los muebles, los armarios, los libros dispersos por el suelo. Discutimos por cualquier cosa, aunque los dos sabemos que, en el fondo, se trata de la desaparición del punto, del cual ella me responsabiliza. Creo que a veces sospecha que en realidad lo tengo, escondido, para vengarme de ella. “No debí confiar en ti – se reprocha -. Debí imaginar que me traicionarías.” […]
Luego de buscarlo en vano casi todo el día, me voy de casa, para no encontrar su mirada de reproche, su voz de odio. Toda nuestra felicidad anterior ha desaparecido, y sería inútil pensar que volverá. Pero tampoco podemos separarnos. Ese punto huidizo nos liga, nos ata, nos llena de rencor y de fastidio, va devorando uno a uno los días anteriores, los que fueron hermosos.
Sólo espero que en algún momento aparezca, por azar, extraviado en un bolsillo, confundido con los otros objetos. Entonces será un gordo, enlutado, sucio y polvoriento punto final, a destiempo, como el que colocan los escritores noveles.
REFLEXIONA
1. Señala el tema central del texto. Justifica tu respuesta.
2. Señala dos temas secundarios que aparezcan en el texto
3. Resume el texto.
4. ¿Por qué crees que necesitan usar los personajes el punto final después de un tiempo?
5. ¿Piensas que todos deberíamos guardar un punto final para algunas situaciones? ¿Por qué?
6. Comenta algunas situaciones de tu vida personal donde podrías usarlo.
7. Selecciona tres oraciones del texto que te gusten. Justifica tu elección.
8. Copia del texto:
5 sustantivos
5 adjetivos
5 adverbios
9. ¿Qué tipo de texto es? Justifica tu respuesta. ¿A qué género literario pertenece el texto?
10. Analiza los personajes que aparecen en el texto:
¿Son redondos o planos?
¿Quiénes son los protagonistas? ¿Hay algún personaje secundario?
¿Cómo están descritos? ¿Conocemos algunos rasgos psicológicos de los personajes?
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