“Me pones una felación y dos pares de tetas”, dice una menor al entrar en una panadería. “¿Las tetas las quieres grandes?”, responde la panadera desde el mostrador del local. En otro vídeo se muestra a un niño mirando vídeos pornográficos mientras su madre le sirve la cena con los ojos tapados por un pañuelo. “¿Qué miras?”, pregunta la progenitora. “Mira como le chupa”, responde el niño ante su insistencia. Las imágenes forman parte de uno de los siete vídeos cortos colgados en el canal de YouTube #ElPornoésFake y responden a una campaña para denunciar el acceso al porno de los menores, realizada por la comisión de prevención de violencia sexual del Alt Urgell. La comarca pirenaica, una de las menos pobladas de Cataluña, también ha encargado cuatro podcasts para concienciar sobre la facilidad con la que se accede a este tipo de vídeos y las graves consecuencias que la pornografía puede causar en la educación sexual de los menores. La campaña fue lanzada hace una semana y el vídeo más visto ya suma cerca de 3.000 visualizaciones en Youtube.
Las imágenes de la campaña, realizadas por los alumnos de la escuela de teatro de La Seu d’Urgell y que han causado revuelo en las redes sociales por su estilo impactante responden a datos preocupantes: siete de cada 10 adolescentes consumen pornografía de forma regular en España, y el 53,8% de los jóvenes entre 12 y 15 años afirma haber visto pornografía por primera vez entre los 6 y 12 años, según datos de organizaciones expertas. La organización Save the Children explica en su último informe publicado sobre el tema, que “el peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción. Muchos se inspiran en los contenidos pornográficos, algunos de ellos violentos y basados en relaciones de poder, para sus propias experiencias”. La ONG considera especialmente preocupante, que, cuando intentan imitar lo que ven, no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja. El 12,2% de los chicos lo ha hecho sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien, frente al 6,3 % de las chicas.
La técnica del área de igualdad del Consejo Comarcal del Alt Urgell, Olga Alonso, asegura que el primer acceso de los menores a la pornografía “suele estar vinculado con pantallas de publicidad que reciben mientras navegan por internet”. Alonso añade, además, que los adultos deben realizar un proceso de acompañamiento a los niños y jóvenes en el uso de las pantallas y abordar con ellos los temas que tienen que ver con la afectividad y sexualidad. El mismo día, el Consejo de Ministros aprobó en segunda vuelta el proyecto de ley de protección digital de los menores, que será tramitado ahora en el Congreso y en el Senado. El proyecto de ley dispone, entre otras medidas, la inclusión de controles parentales obligatorios para los dispositivos digitales con conexión a internet.
Actualmente, las páginas pornográficas no cuentan con sistemas que permitan verificar que el usuario sea mayor de edad para poder ver contenido sexual, pero el Gobierno presentó en julio, un sistema que permitiría asegurarse de que las páginas web pornográficas fuesen visitadas únicamente por adultos. Si entra en vigor, las páginas porno deberán pedir una confirmación de edad de cada usuario por medio de una cartera digital. Según un estudio realizado por el CIS en febrero del año pasado, un 93,9% de los españoles está a favor de restringir las páginas de pornografía a menores, pero la forma en la que se restringiría su acceso aún genera debate.
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