domingo, 26 de enero de 2025

¡PERO VALE YA DE TONTERÍAS Y VAMOS A HABLAR DE MANUEL MACHADO! (Y EL DECADENTISMO)

 

Manuel Machado Ruiz (Sevilla, 29 de septiembre de 1874-Madrid, 19 de enero de 1947) fue un poeta y dramaturgo español, enmarcado en el modernismo. Fue hermano del también poeta Antonio Machado, así como del pintor José Machado.

AUTORRETRATO
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed…
Lo demás, nada… Vida… Cosas… Lo que se sabe…
Calaveradas… amoríos… Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía…
¿Vicios? Todos. Ninguno… Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres… -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente…
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza…
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo «chic» y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna.
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo…
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde… Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.





El decadentismo es una corriente artística, filosófica y, principalmente, literaria que tuvo su origen en Francia en las dos últimas décadas del siglo XIX y se desarrolló por casi toda Europa y algunos países de América. ​La denominación de decadentismo surgió como un término despectivo sin embargo, fue adoptado por aquellos a quienes iba destinada.

La humillación que supuso para Francia la Guerra franco-prusiana en 1870 dejó la impresión permanente en la nueva generación de que una época había terminado (...). Según Louis Marquèze-Pouey, fue Maurice Barrès el primero que aplicó y oficializó la denominación de "décadents" a un grupo literario en 1884.​ 
À rebours / A la contra (1884) de Huysmans fue sin duda el aldabonazo del movimiento. Pero el término era despectivo, y solo se generalizó con la polémica que provocó una parodia en forma de pastiche de su estética, temas, estilos y aún de las biografías de sus desmayados autores (neurópatas, morfinómanos, amorales, pesimistas, extranjerizantes o peor: germanófilos y wagnerianos).
Una de las mejores expresiones de este movimiento la refleja el verso de Verlaine: Yo soy el imperio final de la decadencia. Precisamente Verlaine estuvo durante algún tiempo a la cabeza del movimiento, especialmente después de la publicación de Los poetas malditos (1884).

La fórmula pictórica y escultórica de los parnasianos (ut pictura poesis, según la norma de Horacio), se sustituye en el decadentismo por el ideal de una poesía que tiende a la cualidad de la música, que solo es forma (Walter Pater) y valora la libertad de expresión hasta el punto de mostrarse indiferente en su valoración a las cuestiones morales. El decadentismo arremete contra la moral y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado y explora las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente.


Como veréis, toda esta huella puede seguirse en Manuel Machado: se inicia en la literatura en Francia, influido por estos autores simbolistas y decadentistas, mantiene un gusto por la vida alegre y bohemia pero sin lograr abandonar un constante tono melancólico.

Esto lo veremos por ejemplo en las deudas confesadas en forma de homenaje o elegías a Alejandro Sawa (autor maldito por excelencia de la bohemia española, inspirador del Max Estrella de Luces de bohemia) o en el francés Verlaine:

– A ALEJANDRO SAWA
Jamás hombre más nacido
para el placer, fue al dolor
más derecho.
Jamás ninguno ha caído
con facha de vencedor
tan deshecho.
Y es que él se daba a perder
como muchos a ganar.
Y su vida,
por la falta de querer
y sobra de regalar,
fue perdida.
Es el morir y olvidar
mejor que amar y vivir.
Y más mérito el dejar
que el conseguir.


–CORDURA
SAGESSE, cordura… Mi pobre Verlaine,
di a la vida, contigo tan mala y tan dura,
que tenga cordura
también.
Di a la vida,
que aullaba a tu paso
y ponía el ajenjo en tu vaso,
que sea más cuerda,
que olvide y perdone…
Y, si no, dile el mot de Cambronne…

Quien gane y quien pierda
piense que jugamos.
Que los que hoy ganamos,
mañana perdemos…
Y que no sabemos…

Según el ensayista Matei Calinescu, "el verdadero opuesto a la decadencia es la regneración". Esta idea puede servirnos para recordar la diferencia entre Modernismo/Generación del 98 y, por tanto, entre Manuel y Antonio Machado.

Théophile Gautier escribe en el prefacio de 1868 para las Fleurs de mal de Baudelaire:
"El estilo inadecuadamente denominado como decadencia no es nada más que el arte que ha alcanzado un nivel de extrema madurez (...): esilto ingenioso y complicado, lleno de sombras y búsqueda".

Sin duda, Baudelaire establece una directa conexión entre "decadencia" y "modernidad". Delacroix, por su parte, sostenía que "los periodos de decadencia son siempre más complejos, más refinados y más analíticos que los que les preceden".


4
Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente…,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía…

Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía… No sabemos nada.
Todo es conforme y según.


ALCOHOL
CLARO nombre, mortal como el pecado
y la herida del corazón.
Agua de perdición.
Nombre de demonio.
Delicia insana.
Mal placer…
¡Alcohol!
Mentira, química, muerte.
Falso fuerte,
dicha fea…
¡Maldito sea!





 INTERNACIONAL
CHULO, souteneur, maquereau,
White-Chapel, Montmartre, Madrid.
son los biznietos del Cid,
los sobrinos de Diderot.
El argot
es cosa tan natural
como lo son los placeres,
el pegar a las mujeres
(que está mal)
y el caló.

Poesía de germanía
es poesía
por la gente desdeñada
todavía.

Hay cierto gusto cobarde
que halla elegante la tarde
e infame la madrugada.
(Crepúsculo vespertino,
bien mostrenco,
padre del matiz divino…)

El clarear matutino
huele a vino
y a flamenco…

Pues sabed
—vaguedad por vaguedad—
que, en el mundo, la verdad
es una cuestión de sed.
Tal la vida…
Si hoy estoy
abrazado a mi querida,
no hablemos más que de hoy.

Y mañana
hablaremos de otra cosa
más hermosa…
Si la hay, y me da la gana.

 NOCTURNO MADRILEÑO
De un cantar canalla
tengo el alma llena,
de un cantar con notas monótonas, tristes
de horror y vergüenza.

De un cantar que habla
de vicio y de anemia,
de sangre y de engaño, de miedo y de infamia,
¡y siempre de penas!

De un cantar que dice
mentiras perversas…
De pálidas caras, de labios pintados
y enormes ojeras.

De un cantar gitano,
que dice las rejas
de los calabozos y las puñaladas,
y los ayes lúgubres de las malagueñas.

De un cantar veneno,
como flor de adelfa.

De un cantar de crimen,
de vino y miseria,
oscuro y malsano…
cuyo son recuerda
esa horrible cosa que cruza de noche
las calles desiertas.




– MI PHRINÉ
NO es cinismo. Es la verdad:
Yo quiero a una mujer mala
fuera de la sociedad.
Una déclassée, lo sé,
pero… ¿la conoce usté?
¡No! Pues, bueno;
sea usted bueno y cállese,
que es el saber más profundo,
y nadie diga en el mundo
de este agua no beberé.

Es hermosa.
Sabe ser
a ratos voluptuosa
y querer,
o no querer.

De la prosa, sabe hacer
otra cosa.
Y es mujer
muy hermosa,
muy hermosa y muy mujer.

Lo tiene todo bonito
mi Phriné…
Desde el cabello hasta el pie
chiquito.

Ahí tiene usté
disculpado mi delito.
—No es delito.
—Ya lo sé.

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