INSOMNIO
Madrid es una ciudad
de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche
yo me revuelvo y me incorporo
en
este nicho en el que hace 45 años que me
pudro,
y paso largas horas
oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros,
o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas
gimiendo como el huracán,
ladrando
como un perro enfurecido,
fluyendo
como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas
preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre
lentamente mi alma,
por qué se pudren más
de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones
de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto
quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te
sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas
letales de tus noches?
Dámaso Alonso,
Hijos de la ira, 1946
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