jueves, 7 de marzo de 2024

"IGNIS AMORIS" (a.k.a. "flamma amoris"): esto es un incendio




"Ignis amoris" (también llamado flamma amoris) es un tópico literario (es decir, una forma de entender la vida o mirar el mundo) que muestra el amor como un fuego interno que abrasa al enamorado.
Es decir, describe el amor como una llama difícil de apagar, en ocasiones incluso eterna (al menos, por un rato). 
Por su efectivo simbolismo, este tópico se usa en muchos poemas románticos, incluso eróticos (todos conocemos las comparaciones o hipérboles relativas a "estar caliente como/más caliente que..."), ya que transmite fácilmente la pasión metaforizándola con el fuego (símbolo de calor externo... e interno) porque el enamoramiento a veces es una fiebre, más o menos pasajera y otras parece una llama de calor eterno, imparable, irracional, que arrasa con cualquier otro pensamiento –como las llamas–.

Como habrás podido entender, el "ignis amoris" o "flamma amoris" se trata de un perfecto ejemplo de lo que es un tópico literario, dado que seguramente alguien realizó esa metáfora y a posteriores lectores y escritores les pareció tan acertada que decidieron realizar su propia versión.









Concretamente Fue Safo de Metilene la primera en metaforizar el amor como fuego. (al menos, de lo que se tiene constancia). Concretamente, en el titulado como "Poema Segundo" de Safo, dentro de la antología de la poesía lírica griega, y habla del amor hacia una mujer. En sus versos 8 y 9 podemos ver la metáfora que dio origen a "ignis amoris". Dice así:

El hombre aquel que frente a ti se sienta,
y a tu lado absorto escucha mientras
dulcemente hablas y encantadora sonríes. Lo que a mí
el corazón en el pecho me arrebata;
apenas te miro y entonces no puedo.
Al punto se me espesa la lengua
y de pronto un sutil fuego me corre
bajo la piel, por mis ojos nada veo,
los oídos me zumban,
me invade un frío sudor y toda entera
me estremezco, más que la hierba pálida
estoy, y apenas distante de la muerte
me siento, infeliz

Safo de Lesbos o sencillamente Safo, poetisa griega (625 a.C – 580 aC). Platón la categorizó como la décima musa. Fundó una academia en Lesbos, la casa de Musas, para mujeres en la que les enseñaba diversos artes y a tratar con las emociones. De ella surgió el termino lesbianismo, a causa de su origen, la ciudad de Lesbos.


Safo fue muy importante en la Edad Antigua, una mujer empoderada y llena de arte. A causa de que amó tanto a mujeres como a hombres y de que lo proclamó sin reparo –sobre todo en el caso de las mujeres–, muchos siglos después se despreció su arte y su persona, principalmente en el mundo cristiano. La obra de Safo desapareció en parte cuando, en el año 1073, el Papa Gregorio VII ordenó quemar todos los manuscritos con los poemas sáficos (de Safo), considerados inmorales y pecaminosos. Se la tachó también de bruja por el hecho de ser mujer.Por suerte, algunas de sus obras consiguieron sersalvadas, aunque la búsqueda continúa. Esto fue debido a las personas que consideraron que el amor que retrataba en sus versos inocente, sin ser apasionado como el que podía haber entre un hombre y una mujer y, por tanto, que en ningún momento estaba cometiendo un pecado.
Como consecuencia de todo este repudio, suele atribuirse la autoría del fuego de este tópico a Catulo (poeta romano -87 a.C–57 aC-. Es uno de los autores de la literatura romana más conocidos en la actualidad, siendo uno de los representantes de la poesía latina. Tiene un tono desenfadado, su temática es variada y muestra sencillez en la mayoría de sus versos). En concreto, suele ser citado como creador de este tópico, gracias a la comparación que encontramos en su poema 83, más concretamente a sus versos 3–6, que dicen así:
Si nostri oblita tacert,
sana esset; nunc quod gannit et obloquitur, 
Lua
non solum meminit, sed, quae multo acrior est res,
irata est; hoc est, uritur et coquitur
(Si, olvidada de mí, se callara,
su corazón quedaría intacto; ahora que gruñe y me insulta,
no solo se acuerda de mí, sino, lo que es mucho más grave,
está airada, es decir, se abrasa y arde). (Traducción de Miguel Dolç).

A continuación veremos algunos ejemplos más: 




AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo (1580-1645)


AUSENCIA
   Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

      arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

      hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada, sobre fe, paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

      creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.
Lope de Vega (1562-1635)


AMOR ETERNO
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

(Gustavo Adolfo Bécquer)


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